Capítulo 6

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Narración.

Han pasado unos meses desde aquel accidente del cual Kiyomi aún tiene pesadillas, que apenas le permiten dormir. Desde entonces, su abuelo se mudó con ellos, y el departamento comenzó a sentirse más pequeño debido a la presencia adicional. A pesar de las dificultades, lo más importante para Kiyomi es que Naruto está más animado que antes.

Hoy es un día especial; Naruto comienza sus clases en la academia ninja en una hora, pero aún no se ha levantado. Kiyomi se ocupa preparando el desayuno, algo que rara vez hace, optando por una sopa miso y arroz blanco. Mientras cocina, escucha los pasos que se acercan al comedor y se gira para encontrarse con su abuelo tomando asiento en la mesa.

—Ese enano, ¿aún no se despierta? Hmp! Su primer día y ni siquiera se digna en ser puntual. — resopló el abuelo de Kiyomi mientras se acomodaba en la mesa.

—Anoche no pudo dormir de la emoción. Es normal que aún no se levante —respondió Kiyomi mientras colocaba un tazón de arroz frente a su abuelo—. La sopa ya casi está lista. Espera un momento mientras yo iré a despertar a Naruto.

Kiyomi se encaminó hacia su habitación, compartida por el momento con Naruto, mientras su abuelo ocupaba la de este último. El espacio empezaba a quedarse ajustado, y Kiyomi sabía que era hora de comenzar a buscar una nueva residencia, a pesar de las posibles deudas adicionales que ello pudiera conllevar. Pero eso era lo de menos; encontrarían la manera de salir adelante.

Con cuidado, abrió la puerta de su habitación y entró. Allí encontró a Naruto desparramado en la cama, dormido y apacible. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Kiyomi al verlo en esa postura tan inocente. Hubiera deseado tener una cámara en ese momento. Se acercó a él y se agachó junto a la cama, observándolo con cariño.

—Naruto~... —Kiyomi llamó con dulzura, pero solo recibió ronquidos como respuesta. Decidió actuar, así que comenzó a pellizcar sus regordetas mejillas.

—Hoy es tu gran día. Vamos, Naruto... —insistió, pero no obtuvo reacción alguna.

La paciencia de Kiyomi se agotaba rápidamente—. Mmm... Ramen... —intentó provocar un estímulo en su primo.

—Solo en eso piensas. No me gusta ponerme de este modo, pero no me queda de otra... — Kiyomi inhaló profundamente y se acercó a Naruto, preparada para gritar—. ¡NARUTO! ¡EL RAMEN SE ACABÓ!

El grito resonó en la habitación, logrando su cometido. Naruto se despertó de golpe y, desorientado, terminó cayendo de la cama. Kiyomi contuvo la risa para no hacer sentir más avergonzado a su hermano.

—Hermana... no es necesario que me despiertes así —se quejó Naruto, mientras se reincorporaba.

—¡Colmas mi paciencia! Sabes muy bien que me gusta la puntualidad, Naruto. —Kiyomi tomó a su hermano en brazos como si fuera un saco de papas—. Y tú no estás siendo puntual.

Kiyomi pudo percibir cómo Naruto temblaba ante su mirada. A veces se pregunta si lo esta educando adecuadamente.

—Solo por esta vez la dejaré pasar, pero para la próxima te castigaré —advertió con seriedad.

—H-Hermanita... —balbuceó Naruto, visiblemente preocupado por lo que vendría.

—Me pregunto qué castigo sería el ideal... ¿Limpiar todo el departamento? ¿Masajear los pies del abuelo? —planteó con una sonrisa traviesa. Luego, adoptó una expresión más siniestra—. O... No comer Ramen por todo un mes.

—¡Todo menos eso! ¡Juro que seré más puntual, haré todo lo que quieras, pero no me quites el Ramen!  —suplicó Naruto, horrorizado ante la perspectiva.

𝗄𝗈𝗂 𝗇𝗈 𝗒𝗈𝗄𝖺𝗇 ⸝⸝恋の予感 KAKASHI x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora