Kiyomi se sumergió en el papel de cuidadora de Naruto con una dedicación inquebrantable. Las noches se volvieron un desafío constante. El llanto de Naruto resonaba en la oscuridad, y Kiyomi se levantaba, fatigada pero decidida, para preparar el biberón que aliviaría el hambre de su pequeño primo. El suave tintineo de la botella y los murmullos tranquilizadores llenaban la pequeña habitación mientras Kiyomi intentaba consolar al bebé y calmar sus lágrimas.Kiyomi suspiró mientras sostenía a Naruto en sus brazos, pensativa. La pequeña aldea ninja bullía con murmullos y miradas de desaprobación cada vez que salía a pasear con el bebé en brazos. La noticia de que había asumido la responsabilidad de cuidar a su primo, a quien muchos consideraban un niño demonio, la había convertido en blanco de críticas y desconfianza.
Cada día era una prueba de paciencia y resistencia. Kiyomi se encontraba sola en esta tarea abrumadora, cuidando de un bebé que, para muchos, encarnaba el miedo y la superstición. Las miradas de desprecio y los susurros a sus espaldas se sumaban a la pesada carga de ser la única protectora de Naruto.
Las noches eran las más difíciles. Mientras intentaba calmar el llanto del pequeño Naruto, las sombras de las críticas y el rechazo de su propia aldea se hacían más oscuras. A menudo se preguntaba si estaba tomando la decisión correcta al criar a un niño que, a ojos de muchos, no merecía amor ni cuidado.
A pesar de la dificultad, Kiyomi se aferraba a la convicción de que Naruto no era un demonio. Veía en sus ojos inocentes la pureza de un niño que no merecía el odio que se le dirigía. La valentía de Kiyomi se manifestaba no solo en la lucha diaria por el bienestar de Naruto, sino también en su empeño por desafiar las expectativas de su propia comunidad.
Cambiar pañales se convirtió en una rutina diaria, una tarea que Kiyomi, aunque inicialmente incómoda, abordaba con paciencia y amor. Cada risa y sonrisa de Naruto, incluso en medio de la madrugada, recompensaban el esfuerzo constante. Los pañales, las fórmulas y las pequeñas prendas infantiles se volvieron parte integral de la vida cotidiana de Kiyomi.
Las mañanas eran un torbellino de actividad. Kiyomi aprendió a equilibrar sus deberes de búsqueda de empleo con las necesidades de un bebé que demandaba atención constante. La multitarea se volvió su aliada, y mientras entregaba currículums y participaba en entrevistas, mantenía a Naruto seguro y entretenido con juguetes y canciones suaves.
A pesar de su dedicación y habilidades como cuidadora, Kiyomi enfrentaba el desafío de encontrar empleo en la aldea. La noticia de que era la responsable de Naruto se había extendido, y muchas puertas se cerraban ante ella debido al estigma asociado con el supuesto "demonio". A pesar de su experiencia y habilidades, las miradas de desconfianza y los murmullos de la aldea dificultaban su búsqueda de trabajo.
En medio de la noche, cuando el silencio caía sobre la aldea, Kiyomi sostenía a Naruto en sus brazos, observando cómo el pequeño caía en un sueño reparador. La serenidad de esos momentos contrastaba con la incertidumbre del día siguiente, pero Kiyomi se mantenía firme en su determinación de brindar amor y cuidado a Naruto, incluso si eso significaba enfrentarse a la adversidad y a la falta de oportunidades laborales.
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Kurenai observó desde la distancia cómo Kiyomi enfrentaba la hostilidad de los aldeanos. La joven, reservada y desconfiada, parecía llevar sobre sus hombros el peso de un pasado sombrío. La insistente burla y la crueldad de aquellos que no comprendían su naturaleza protectora hacia un niño al que todos consideraban un "demonio" generaron una profunda compasión en el corazón de la ninja tranquila y amable.
Aunque Kurenai comprendía la desconfianza de Kiyomi, no pudo ignorar el deseo de ser su amiga. La soledad que envolvía a la joven la conmovió, y su instinto de protección se activó de manera innata. La ninja, acostumbrada a enfrentar desafíos, decidió romper las barreras que rodeaban el corazón de Kiyomi.
Un día, Kurenai se acercó con la delicadeza de una brisa suave, procurando no ser invasiva. "Sé que no confías en muchos, pero he notado que llevas un peso considerable. Quisiera ser tu amiga, Kiyomi", expresó con sinceridad. La mirada recelosa de Kiyomi se encontró con la calidez en los ojos de Kurenai.
"Yo también he enfrentado la incomprensión y la hostilidad", continuó Kurenai. "Soy una ninja, y sé lo que es cargar con un pasado difícil. Pero no todos somos iguales. A veces, encontrar a alguien dispuesto a comprender y aceptar puede marcar la diferencia".
Kiyomi, sorprendida por la empatía de Kurenai, empezó a considerar la posibilidad de que no todos fueran como los que le arrebataron a su familia. La persistencia amable de Kurenai comenzó a abrir grietas en las murallas que rodeaban el corazón de Kiyomi. Aunque seguía siendo reservada, empezó a permitir que Kurenai compartiera un poco más de su mundo.
La conexión entre ellas creció lentamente, impulsada por la paciencia y la amabilidad de Kurenai. A medida que se desarrollaba la amistad, Kiyomi descubría en Kurenai a una aliada leal, capaz de comprender las sombras que oscurecían su pasado. La ninjutsu de Kurenai y la habilidad de Kiyomi para soñar proporcionaban un equilibrio único que fortalecía su amistad, superando las diferencias y construyendo un lazo que ni el tiempo ni la adversidad podrían romper.
Alguien empezó a tocar la puerta, y Kiyomi se levantó para abrirla con Naruto en brazos.
Los golpeteos no cesaban, y Kiyomi se comenzaba a cansar—. Ya voy, por dios ¿Que no saben esperar?
Abrió la puerta, y se encontró con Kurenai. Una chica que conoció hace unas semanas, y desde entonces, son amigas. Kiyomi le dio el paso a su hogar, y ella entró agradeciendo. Ambas se sentaron en el sofá.
—¿Qué te trae por aquí Kurenai?
—Nada en especial solo vine a visitar a mi amiga y al pequeño travieso.
Kurenai tomó a Naruto entre sus brazos y empezó a hacerle cosquillas. Kiyomi fue a la cocina para servir jugo y galletas. Esta tardé no será nada aburrida con Kurenai.
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𝗄𝗈𝗂 𝗇𝗈 𝗒𝗈𝗄𝖺𝗇 ⸝⸝恋の予感 KAKASHI x OC
Fanfic❝𝘌𝘴𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘴 𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘺 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘷𝘢𝘴 𝘢 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘳 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘦 𝘪𝘳𝘳𝘦𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢.❞ En este fanfic, K...