Después de una bella velada juntos por Calle de Carintia y aprender un poco de alemán junto con Matteo, tomarse varias fotografías para cada uno en los pocos lugares que visitaron, se acercaron personalmente contando cada quien su historia, ninguno de los dos se había abierto a nadie de esa manera en un primer encuentro. Matilde regresa a su hotel, con una sensación extraña en el corazón y un sentimiento nuevo hacia un extranjero que es posible que no vuelva a ver. Al llegar a su habitación es emboscada por Claire; su amiga le pregunta qué ha pasado, cómo lo conoce y porque tanta confianza. Desde que Matilde dejo su hogar Claire se convirtió en su hermana simbólica. Matilde le contesta todo con naturalidad pero Claire nota ese brillo en los ojos que nunca se puede esconder en una mujer, su mejor amiga se enamoró a primera vista y no lo puede negar.
***
Matteo regresa a su departamento, vive cerca de la Kärntner Straße, a sólo unas cuantas cuadras, saluda a su perro, Taison, como el boxeador. Se quita los zapatos y revisas sus mensajes, cada uno son de la persona que siempre los deja antes de marcharse a su trabajo como guía turístico, el cuál tomó únicamente para mantenerse a sí mismo y lejos de casa. Matteo se siente identificado con Matilde, ya que ambos comparten el mismo pasado y presente, a acepción que él no está del todo solo como ella, o quizá sí.
Hace unos años, su novia se vio obligada a dejarlo porque él abandonó el hogar de sus padres. Matteo Oehler, hijo de un gran empresario austriaco y una modelo italiana. Su padre ansiaba que él estudiase Negocios pero Matteo se negó porque deseaba con todas sus fuerzas ingresas a la Escuela de Artes, por ello se fue de su casa. Katherine, su ex novia, le había dejado claro que lo esperaría cuando él decidiese volver con su familia ya que no podía estar con un “Don nadie”. Bufo para sí al recordar esa parte de su historia; que Matilde no llegó a saber. Katherine y la madre de Matteo dejaban mensajes casi a diario. El trabajo de Guía turístico le daba la libertad de estar fuera de casa mucho tiempo, entre las clases y el trabajo sumado a que tenía una buena vida social, no le daba tiempo más que llegar a hacer sus tareas y dormir un poco.
Matteo debía tomar una decisión. La Universidad de Columbia le había ofrecido un post-grado y beca por su gran talento y a eso había ido a Nueva York, a una entrevista en la Universidad. Pero pocas veces pasa que un europeo decide mudarse a Estados Unidos “Bien se sabe que la cuna del arte es Europa” le dijo uno de los entrevistadores. Matteo cogió una lata de soda y se sentó en el sofá de su sala, tomo un largo trago y pensó bien, de cualquier forma, tenía el dinero ahorrado, amigos en Nueva York, podía llevarse a Taison y conocía a una rehusada pianista que podía enseñarle la Gran Manzana, porque así lo había prometido.
-Taison, ponte guapo. Vamos a tomarte una foto- el perro maltes levanto sus orejas con atención y movió la cola energéticamente.
***
Es la mañana siguiente, Claire y Matilde dan su último tour en Viena, Matilde lleva a su mejor amiga a Calle de Carintia, a comprar algunas cosas para ambas, siendo temporada de invierno y fiestas todo está en rebajas y la calle está repleta de personas, turistas propios de Austria y otros más extranjeros. Matilde tiene la esperanza de encontrarse con Matteo, pero recuerda que él trabaja como guía turístico y lo más seguro es que ande en tour en estos momentos. Claire y ella toman un taxi y como último destino llegan al Río Danubio. Se quedan sobre un puente peatonal, viendo pasar varios chicos y chicas en bicicletas. Matilde sigue esperanzada pero nada, ni un rastro, revisa cada rostro de cada chico pero ninguno es él. Muchos de ellos la miran, atraídos por su peculiar belleza, pero ninguno la ve como lo ha hecho Matteo hasta ahora.
Matteo recuerda el hotel donde se hospedan Matilde y Claire, se acerca a la recepcionista y pregunta si ellas aún están ahí dando como referencia las características físicas de ambas y el nombre completo de Matilde, ella contesta que no pero que regresaran y ella le propone dejar una nota. Matteo acepta y escribe en un pedazo de papel una despedida corta, su móvil suena y sabe perfectamente quien es, pero decide no contestar. Se marcha sabiendo que es probable que no volverán a verse.