Jungkook había enfermado de gripe y Yoongi odiaba la gripe."Hyung..." su voz sonó amortiguada bajo las tres mantas de lana que lo tenían cubierto. "¿Puedes preparar limonada con miel?"
Aunque para ser realistas, lo que odiaba de la gripe era la manera cómo volvía a Jungkook más engreído de lo normal.
"Hyung esto, hyung lo otro..." así podía resumirse toda la mañana del pelinegro.
Lo peor era que sus padres estaban en el hospital, pues habían recibido una noticia inesperada sobre la tía Margot. Habían salido en la noche y lo único que había recibido fue un mensaje de texto de la mamá de Jungkook avisando que quizá se quedarían un tiempo extra haciéndole compañía a su moribunda tía.
Lo que significaba que el único encargado de la salud del mocoso, literalmente hablando, era Yoongi.
Tuvo que cancelar su clase de piano con Seokjin por tener que cuidar a Kook y no se sorprendió cuando el de hombros anchos le agradeció por avisar y comentó con una carita feliz que debido a ello podría pasar una tarde con su querido novio.
Genial, simplemente genial.
"¿Hyung?"
"¡Ya voy, ya voy!" gritó desde el primer piso, moviendo en círculos la cuchara dentro de la taza para enfriar el agua. Tal vez, y solo tal vez, se había excedido con la cantidad de agua caliente. "Mocoso engreído, ¡ni que fuera tu sirvienta!"
"¡Me amas!" escuchó unas risas y suspiró, tomando la taza entre sus manos y subiendo las escaleras sin apuros para evitar algún desastre.
Entró al cuarto del menor empujando la puerta con su cadera y casi deja caer la taza cuando vio a Jungkook en el suelo.
"¡¿Qué demonios?!" dejó la taza en la mesa de noche y tomó al menor en brazos para ayudarlo a regresar a su cama.
"Auch, eso dolió." expresó el pelinegro, sus manos sobando suavemente sus rodillas. "Perdón, intentaba alcanzar mi celular y me caí."
"¿Y para qué querías tu celular?"
El timbre de su casa sonó. El reloj parlante de Jungkook indicó las cinco de la tarde en punto.
"Pues...quería llamar a Jimin para avisarle que hoy no podría salir con él."
Yoongi se quedó como hielo. ¿Salir? ¿Como amigos? ¿Una cita?
Ante el silencio de su hermano mayor decidió volver a hablar.
"Lo siento. Debí decirte antes." el pelinegro alzó su mano, queriendo llegar hasta Yoongi. "¿Hyung?"
"¿Por qué no lo dijiste antes de...?" el mayor resopló y respiró hondo al volver a escuchar el timbre. "Le diré a Jimin que hoy no estás disponible."
Y para cuando Jungkook quiso decir algo más, Yoongi ya había llegado a la primera planta y tenía una extraña sensación en el pecho.
Seguramente era el asma, pensó.
"¡Buenas tardes! ¿Está Jung-...? Oh, hyung. Hola." Jimin empezó a hablar apenas pudo.
Yoongi abrió los ojos con sorpresa, sin creer lo que veía.
Jimin vestía unos jeans negros, un polerón rojo, unas botas negras y acompañaba el conjunto con un gorrito blanco. Él se veía bien.
Corrección, él se veía guapísimo.
Incluso si sus abultadas mejillas hacían juego con el color de su vestimenta o si su pancita sobresalía un poco, Yoongi creyó que Jimin se veía tan tierno y precioso que sintió un poco de celos al pensar que el castaño se había vestido así únicamente por su hermano.
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Fatiful Jimin » Yoonmin
Kurzgeschichten"La cantidad de números en una balanza no te define". O donde Jimin le enseña a Yoongi que el peso más importante es el de la felicidad. ✦ 200% Yoonmin. ✦ Mención de parejas secundarias. Leer las etiquetas, por favor. ✦Créditos por la portada para R...