Capítulo 9.

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Jungkook sabía que su hermano estaba triste. Era fácil saberlo porque Yoongi podría ser tan ácido como un limón cuando tenía un mal día o podía ser incluso más pegajoso que un algodón de azúcar cuando todo marchaba viento en popa.

Pero cuando estaba triste era diferente. Yoongi no demostraba sus sentimientos muy a menudo, su familia lo sabía, pero cuando algo andaba mal todos lo percibían en el ambiente. Se volvía tenso y no hablaba, rehusándose a recibir ayuda.

A Jungkook le dolía, pero no podía hacer nada más.

Había recibido una llamada de Jimin cancelando su encuentro en la tienda esa tarde, minutos antes de que Yoongi llegara a casa cerrando la puerta principal como un tornado y se encerrara en su cuarto.

Jimin no tenía razón que valga para cancelarle; por el contrario, era el castaño el que siempre lo llamaba para corroborar que él y su hermano estuvieran de camino a la plaza; sin embargo, su batería murió y no tuvo oportunidad de preguntar.

Pero por cómo Yoongi lanzaba la pelotita de antiestrés contra su pared y soltaba gruñidos por lo bajo, Jungkook se estaba haciendo una idea.

Le tomó un minuto estar parado frente a la habitación de Yoongi. Tenía deberes pendientes para el día siguiente, pero su hermano era más importante.

"¿Hyung?" tocó la puerta con sus dedos tres veces.

"Estoy durmiendo."

Jungkook bufó y golpeó la puerta nuevamente.

"¿Puedo pasar?"

"Ve a colorear o algo, Jungkook. Quiero estar solo."

El pelinegro abrió la puerta y arrugó la nariz al sentir el olor que salía del cuarto.

¿Por qué Yoongi estaba usando incienso?

"Ya no tengo 4 años, Yoon." Se quejó. "Y apaga esa cosa horrible, apesta."

Jungkook deseó poder ver, porque lo único que obtenía abriendo la puerta era la misma oscuridad que siempre. Quería ser capaz de avanzar sin miedo de tropezar con algo -lo cual era muy probable conociendo lo desordenado que era Yoongi- y poder abrazar a su hermano.

Yoongi no respondió, como usualmente lo hacía cuando Jungkook venía a darle apoyo emocional y moral. No hubo comentarios sarcásticos de por medio.

Pero sí hipidos, casi imperceptibles. Jungkook no escuchaba a Yoongi llorar con frecuencia, así que fue algo sorprendente lo que sucedió después.

"¿E-estás llorando?" preguntó con el corazón caído.

Su hermano era una de las personas más fuertes que había conocido. Jungkook constantemente decía que, si quisiera tener a alguien de modelo a seguir, ese sería Yoongi.

"N-no."

El menor cerró la puerta con cuidado y tanteó el aire con sus manos, tratando de buscar algo en qué sostenerse.

"P-puedes caminar de frente, u-uhm hice un camino para ti." la voz de Yoongi sonaba áspera por el llanto. El pelinegro avanzó tan rápido como se le fue permitido hasta llegar a la cama.

Dicho y hecho, ningún cuaderno o ropa en el suelo fue obstáculo para llegar a su objetivo. Jungkook creyó que Yoongi debía estar realmente dolido por lo que sea que haya pasado como para limpiar y hacer un espacio en su cuarto para cuando él fuera a animarlo.

Se sentó con cuidado y palpó el colchón, hasta llegar a tocar los cabellos del mayor. Los acarició suavemente y muy pronto sintió la cabeza de Yoongi en su regazo, abrazando sus piernas mientras ocultaba su cara en las mismas.

Fatiful Jimin » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora