"Bienvenida a Magic Shop, ¿en qué puedo ayudarla?" Jimin sonrió a la mujer mayor.Ya estaba cerca de ser su horario de salida y estaba más feliz que de costumbre. ¿La razón? Estaban por descubrirlo.
La pelinegra abrió la boca para responder cuando la puerta se abrió, dos clientes conocidos entraron agarrados del brazo.
Jungkook caminaba ayudándose de su bastón, riéndose por algo que su hermano había dicho. Yoongi mantenía una sonrisa burlona en sus labios, mientras avanzaban hacia la parte de la tienda donde se encontraban los soundtracks de las películas.
Jimin vio el momento preciso en el que la hija de la señora a la que estaba atendiendo tropezó con sus pies y golpeó casualmente a Jeon, quiso decir algo, pero ya era demasiado tarde.
"¡Ji-eun, discúlpate ahora mismo!" la señora exclamó avergonzada. Jimin pudo intervenir diciendo que no era nada de qué preocuparse, que Jungkook se lo tomaría con calma y podría bromear con ello; pero como el buen amigo que era, decidió divertirse un rato.
La castaña refunfuñó en su lugar por haber sido regañada y observó al chico con el que había chocado. Sus gafas oscuras le daban un aire de misterio, pero su blanca piel decorada con lunares esporádicos lo hacían... tierno.
Yoongi tenía el ceño fruncido, el mismo que se deshizo con rapidez al recibir la sonrisa de su novio; calmándolo al instante. Jungkook, por otro lado, se veía normal. Hizo el ademán de sonreír cuando la castaña habló.
"Lo siento, ehm, por chocar contigo. No fue mi intención, oppa."
La mandíbula del pelinegro se desencajó y sería estar mintiendo decir que Jimin estaba ajeno a toda la situación. Él estaba disfrutando ver a Jungkook sonrojado por descubrir la voz de una chica.
Hubo un silencio durante unos segundos y Yoongi miró a Jungkook confundido. Su hermano tenía una expresión difícil de leer, agregándole el hecho de que se había quedado completamente callado; algo que no ocurría casi nunca.
"¿Jungkook? La chica se está disculpando." Intervino, dándole un codazo de advertencia a menor.
"N-no pasa nada." Habló finalmente. "E-estoy bien, hyung." Terminó, refiriéndose a su hermano.
Ji-eun abrió bien sus ojos al escuchar el nombre del chico.
"¿Jungkook? ¡Así se llama mi dibujante favorito!" ella exclamó, sonando emocionada. "Sus trabajos son geniales."
Jungkook tosió de repente. Yoongi no se percató de la señal implícita e infló su pecho de orgullo para decir.
"Mi hermano también, aunque no pueda verlo; tiene un talento artístico irreal." Rio y agregó. "Tanto tiempo mandándolo a colorear dan resultados."
"¡No es cierto!"
"¿En serio? Wow." Ji-eun habló impresionada. "¿Puedo ver algún dibujo suyo, oppa?"
Y así fue cómo Jungkook luchó contra su timidez natural y habló con la muchachita de voz angelical sobre cómo había aprendido a dibujar pese a su discapacidad. Ji-eun asentía a todo lo que decía y su madre tuvo que llevársela del brazo, luego de comprar el disco de Super Junior, porque la chica parecía no querer dejar de hablar con el tímido niño.
Taehyung había salido de su escondite -que no era más que el cuarto de despensas- riéndose y con el cabello desarreglado, al igual que Hoseok, solo para disculparse con Jimin por haber estado ausente y decirle que ahora él se encargaría de la caja. Su mejor amigo le dio una mirada juguetona y picó sus cachetes al despedirse; divirtiéndose al ver el sonrojo en las mejillas de Hoseok cuando le susurró un "Usen protección" al pasar a su lado.
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Fatiful Jimin » Yoonmin
Short Story"La cantidad de números en una balanza no te define". O donde Jimin le enseña a Yoongi que el peso más importante es el de la felicidad. ✦ 200% Yoonmin. ✦ Mención de parejas secundarias. Leer las etiquetas, por favor. ✦Créditos por la portada para R...