Aquel día Jimin entró a su lugar de trabajo como si fuera el día más soleado y cálido del siglo. Su sonrisa habló por sí sola y Taehyung lo miró enarcando la ceja."Buenos días para ti también, mejor amigo."
Jimin giró hacia él y asintió, sin decir algo más entró al reducido despacho que tenía el mayor.
Taehyung pensó dos cosas en ese momento.
O Jimin tenía fiebre o alguien le había dado muchos chocolates.
Ninguna era una buena.
"Park Jimin" llamó, volteando casualmente el letrero de su tienda para cerrarla momentáneamente en lo que hablaba con el menor.
"¿Si?" su ligera voz se coló en el aire, una tierna sonrisa alegró su mañana.
"Tú ¿por qué estás tan feliz de repente? Ni siquiera has dicho algo sobre mi cabello." se quejó, tratando de sonar enfadado.
"¿Tu cabello? Se ve genial, Tae." Kim no iba a ceder así de fácil y volvió a mirarlo inquisitivo. "¿Pasa algo? ¿Por qué la tienda está cerrada?"
"Eso debería preguntarte yo a ti." acusó, acercándose al menor. "¿Pasó algo que deba saber?"
Jimin negó sonriendo, un tono carmesí cubriendo sus mejillas.
"Solo me caí manejando bicicleta y fue lo mejor que hice en mis 20 años de agradable existencia."
"¿Te golpeaste muy fuerte? No entiendo nada, Chim."
Y ciertamente, Jimin tampoco lo hacía.
Él solo sabía que había pasado la mejor de sus tardes al lado de Yoongi ese día.
Le había contado que las películas eran de cuando Jungkook apenas tenía 5 años y podía ver. Cuando sus padres decidieron contraer matrimonio y así volverlos una familia de verdad.
Jimin no pasó por desapercibido el tono de Yoongi al contarle sobre su madre. Su voz se tornó melancólica, pero podía sentir el orgullo impregnado también. Él la amaba.
Pero también amaba a Jungkook. Sería como tapar el sol con un dedo si intentara hacerle creer lo contrario. La viva sonrisa que tomó lugar en sus pálidos labios cuando narró la primera vez que vio a Jungkook y cómo este pareció amarlo desde el primer momento, aferrándose a sus piernas y negándose a dejarlo ir.
"Era tierno ¿sabes? Muy alegre, de aquí para allá sin descanso. Papá adoraba verlo jugar."
Jimin tomó asiento al lado del mayor para escuchar cómodamente la historia.
"Él solía tenerle miedo a Kumamon, mi peluche favorito." Jimin creyó que esta vez Yoongi hablaba más para sí mismo cuando lo vio dirigir su mirada hacia la ventana, pero siguió escuchando sin hacer ruido. "Lloró cuando lo vio en mi cuarto así que tuve que prometerle que cuando estuviéramos juntos Kumi se iría."
"¿Renunciaste a tu peluche por él?" preguntó boquiabierto. Yoongi asintió.
"Tenía que hacerlo." explicó, relajándose sobre el sofá. "Jungkook lloraba mucho y yo odiaba verlo llorar."
Jimin no hizo más preguntas, pero Yoongi volvió a hablar, sorprendiéndolo.
"Hasta que el día llegó." soltó un suspiro pesado. "Su madre lloró mucho, papá la consolaba y yo...no sabía qué hacer. Fue doloroso ver cómo iba perdiendo la vista. Una enfermedad hereditaria dijeron." Yoongi frunció sus labios y volteó a ver a Jimin, quien tenía lágrimas en los ojos. "Hey, no llores. Sí, fue difícil como la mierda y dolía cada vez que lloraba por no poder hacer algo, pero aprendió a vivir con eso. Entre todos lo apoyamos y puedes ver el resultado por ti mismo. Es un chico seguro de sí y no tiene complejos sobre su discapacidad."
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Fatiful Jimin » Yoonmin
Historia Corta"La cantidad de números en una balanza no te define". O donde Jimin le enseña a Yoongi que el peso más importante es el de la felicidad. ✦ 200% Yoonmin. ✦ Mención de parejas secundarias. Leer las etiquetas, por favor. ✦Créditos por la portada para R...