Si alguien le hubiera dicho a Yoongi que terminaría completamente perdido por esa bolita de arroz que tenía como novio, probablemente se hubiera reído sin dudar.Su hermana siempre se lo sacaba en cara, al igual que su padre. Incluso Seokjin, el día que terminaron, le había dicho que vendría un chico a poner su vida y todo lo que había conocido, de cabeza. Yoongi había puesto mala cara, golpeándole la nuca y negándose.
Pero ahora todo tenía sentido.
Yoongi había oído y leído sobre el amor. En canciones y libros; sin embargo, era algo completamente diferente vivirlo en carne propia. Lo tomó por desprevenido, es lo primero que concluye cuando piensa en ello; pero admite que fue la mejor casualidad que le pudo tocar.
Conocer a Jimin no estaba en sus planes, amarlo mucho menos. Jimin era una estrella para él. Su estrella. Yoongi se había autonombrado un agujero negro cuando el menor le había preguntado por eso. El chico de mejillas rellenitas se había reído y lo había besado tranquilo, susurrándole con cariño.
"Si ese es tu modo de decir que quieres comerme y no soltarme nunca, no me opongo."
Claramente esa no había sido su intención, pero no se atrevió a negarle nada a esos hermosos ojos cielo que lo miraban con adoración.
Su relación se iba construyendo de a poco, sin apuros ni tensiones. Eran solo dos chicos descubriendo un nuevo sentimiento y aprendiendo mucho en el camino.
Jimin ahora puede tocar sin muchas equivocaciones un par de piezas en el piano que su gruñón novio le enseñó pese a su poca paciencia. También puede decir que ha mejorado considerablemente en números y operaciones, ya que Yoongi era un genio con esos temas.
Yoongi, en cambio, ahora puede hervir agua sin quemarla; así como usar la lavadora sin inundar su casa. La madre de Jungkook casi arma una fiesta el día que vio a su hijastro preparar el almuerzo por ella sin ayuda de Jimin. Ella también tenía mucho que agradecerle al chico de sonrisa dulce.
Los problemas no faltaban, como en cualquier relación. Yoongi seguía siendo inseguro y poco hablador casi todo el tiempo. Era el tipo de chico que guardaba sus pensamientos para sí mismo y se negaba a compartirlos cuando estos podían reflejar debilidad.
La primera discusión fue por una tontería. Jimin había acompañado a Namjoon a comprar ingredientes para preparar un nuevo postre que el mayor quería cocinar para sorprender a su novio. Jimin se emocionó por el detalle, asegurándole que a Seokjin le encantaría, y se ofreció a acompañarlo al supermercado.
Yoongi fue a Magic Shop ese día, para sorprender a Jimin con las entradas para un concierto que ambos habían estado esperando. Se encontró con Hoseok mirando embobado las payasadas que Taehyung recitaba mientras limpiaba el lugar, moviéndose junto a la escoba entonando una canción aleatoria con voz chillona solo para hacer reír al otro. Sabía que era el horario de almuerzo para ellos, pero asumió que habían terminado hace un rato y ahora aprovechaban en limpiar.
"¿Dónde está Jimin?" Había preguntado en el momento que no lo notó sentado comiendo algún dulce.
"Sí, estamos bien. Gracias por preguntar." Taehyung se había burlado. Hoseok rio con él.
"Uhm, salió con un chico alto. A comprar, creo." Kim respondió finalmente.
"Oh... vale." No había dicho nada más. Hoseok le dio una mirada extraña cuando se fue cabizbajo. Taehyung estaba igual de confundido que él.
"¿Dije algo malo, Hobi?"
"No lo creo, pequeño." Hoseok murmuró pensativo, pero luego sacudió su cabeza y se encogió de hombros. "Ahora, sigue bailando y cantando para mí."
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Fatiful Jimin » Yoonmin
Storie brevi"La cantidad de números en una balanza no te define". O donde Jimin le enseña a Yoongi que el peso más importante es el de la felicidad. ✦ 200% Yoonmin. ✦ Mención de parejas secundarias. Leer las etiquetas, por favor. ✦Créditos por la portada para R...