Capítulo 3.

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Los hermanos Jeon volvieron a la tienda al día siguiente. Al posterior y el que le seguía a este, tanto así que finalmente se volvió una rutina.

Oh, pero Yoongi no había dejado de actuar grosero con Jimin y eso Jungkook no lo iba dejar pasar por alto.

Precisamente ahora, sus padres habían salido a comer a un restaurante que recién se había inaugurado. Jungkook, por su seguridad y la de su hermano, se encontraba en la habitación del mayor; dibujando mientras se deleitaba de las melodías que Yoongi sacaba en piano.

Era casi celestial y Jungkook quería, desde lo más profundo de su ser, que Yoongi fuera más amigable con el chico de voz linda y sonrisa agraciada. Porque aunque no pudiera ver, escuchaba los rastros de ilusión en la voz del menor y notaba cómo ese ánimo decaía cuando Yoongi soltaba algún comentario fuera de lugar.

"Eres un idiota" murmuró enfadado.

La melodía se detuvo.

"¿Ah? Más respeto con tus mayores."

Jungkook suspiró, dejando el lápiz en la mesa y girando en dirección al sonido.

"Eres un idiota, hyung."

Yoongi rio entre dientes.

"¿Puedo saber por qué?"

"Tratas mal a Jimin."

"No es cierto. Me cae bien." se defendió.

"Oh, Jimin, creo que deberías dejar de comer un poco. Oh Jimin, tus mejillas se ven más rellenitas hoy. Oh Jimin..." imitó la voz del mayor.

"¡Yo no hablo así!" se quejó ofendido.

Jungkook hizo un gesto aburrido y volvió su atención al papel sobre la mesa, empezando a dibujar.

"Lo que digas." dijo con cierto fastidio. Yoongi estaba por comenzar a tocar, cuando el timbre de su casa lo distrajo.

"¡Voy!" se puso de pie, ordenando sus partituras, saliendo de la habitación y ordenándole a Jungkook mantenerse quieto.

Cuando llegó a la primera planta se quedó quieto.

¿Quién podría venir de visita un domingo?

Obtuvo la respuesta al abrir la puerta. Su aliento se perdió en el aire.

"¿Jimin?"

El pequeño tiritaba de frío, cubriéndose la boca con ambas manos para darse calor. Tenía la ropa completamente mojada. Sus mejillas estaban coloradas, al igual que casi todo su rostro.

Oh no, esa no era una buena señal.

"Y-yoongi hyung..." murmuró con una sonrisa.

Una sonrisa.

¿Cómo podía sonreír cuando estaba muriendo de frío?

"Oh por...¿qué haces ahí? ¡entra de una vez!"

Eso hizo. Con un poco de torpeza, se adentró en la mansión de los Jeon-Min. Cuando cerró la puerta, lo único que pudo notar fueron los moretones que Jimin tenía en ambos brazos.

Fue peor cuando giró su rostro nuevamente. Pudo notar cómo de su labio inferior salía un poco de sangre. Tenía unos cuantos rasguños en el rostro, pero se mantenía sereno y con una sonrisa.

Él en serio quería saber por qué seguía sonriendo en situaciones así.

"¿Vas a decirme qué te pasó?"

"¿P-puedo usar tu baño?"

Este chico estaba mal de la cabeza.

"¿Qué? Claro que puedes."

Jimin asintió y empezó a caminar en dirección al pasillo. Se detuvo a dos pasos.

"¿D-dónde está el baño?

"Sigue de frente y luego giras a la izquierda. Lo notarás al instante, es la única puerta de vidrio."

Volvió a asentir y siguió las órdenes del mayor, perdiéndose de su vista.

"¿Yoongi? ¿Quién era?" la cabecita de su hermano apareció cerca de las escaleras.

"¡Te dije que no te movieras!"

"Lo siento, hyung. Tardabas mucho en volver y estaba aburrido ¿Era Seokjin?"

"¿Por qué mi profesor vendría a visitarme? Qué cosas dices."

"Vino antier a dejarte una nueva partitura." se explicó. Yoongi lo miró extrañado.

"¿Y por qué nadie me dijo nada?"

"Era sorpresa." rio y Jungkook se dio cuenta de su error "Rayos, olvídate de lo que dije. Me voy a dormir."

"Ve con cuidado. Descansa, Jeon."

El pelinegro se fue arrastrando sus pies, se oyó el sonido de una puerta siendo cerrada y ese fue el momento de Yoongi para actuar.

Fue por un par de ropas a su cuarto y tomó también unas de Jungkook, solo por si acaso. Sabía que su hermano odiaba que tomen sus cosas sin permiso, pero era por una buena causa.

Cuando oyó el sonido de la ducha detenerse, habló.

"Jimin, voy a entrar, dejo una muda de ropa y me voy ¿Estás bien con eso?"

"S-sí, hyung."

Obtuvo la afirmativa que quería y abrió la puerta con cuidado. El baño entero estaba impregnado del shampoo olor a fresa de su hermana mayor.

Se apresuró en dejar una toalla y la ropa ordenada, sin hacer el más mínimo ruido.

Cuando terminó, avisó a Jimin y salió del cuarto de baño con las mejillas sonrojadas.

¿Por qué? Él no había sido tan inteligente como para pensar en todo. No se puso a pensar que al darle ropas nuevas, tendría que lavar las otras.

Él odiaba lavar.

"Ah...todo lo que hago por ti, Mochi."

Dijo eso sin darse cuenta de las maneras en las que ese mísero mensaje podría ser interpretado.

En ningún momento pensó en preocuparse por la talla de Jimin. No pasó por su cabeza en traer ropa grande, como usualmente hubiera dicho, para la comodidad del menor.

Y tal vez, Jimin no la necesitaba.

Fatiful Jimin » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora