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Estaba a punto de salir al escenario a cantar Million Reasons. Sentía la emoción corriendo por sus venas, los nervios a flor de piel por cantar delante de casi sesenta mil personas en el Bernabéu. Los más grandes habían estado allí, y ahora estaba él.

Sin quererlo las dudas empezaron a recorrer su cuerpo ¿y si no le salía la voz? ¿Y si se olvidaba de la letra? ¿Y si no gustaba? No tubo mucho más tiempo para pensar porque una mano se deslizó sobre su nuca.

-Deja de preocuparte rubio. Vas a estar impresionante.-

Y después de una mirada que irradiaba confianza, seguridad, amor y admiración por parte del canario, Raoul supo que todo iba a estar bien. Asintió levemente y comenzó a andar hacia el escenario, echando una última mirada llena de agradecimiento al moreno.

Desde el backstage Agoney miraba a Raoul y no podía describir con palabras lo que sentía al oírle cantar. Ves tonto pensó Estamos a tus pies". Raoul estaba clavando cada nota que salía de su boca y el Bernabéu se emocionó con él, al igual que habían hecho minutos antes en Manos Vacías.

- ¿Estas seguro?- preguntó el mayor, aún sin poder creer lo que estaban a punto de hacer.

-Claro que si. Ni que fuera la primera vez que lo hacemos- dijo el rubio como si fuera algo obvio, y no viera todo lo que implicaba esta vez.

-Joder Raoul, pero ahora es diferente. Si lo hacemos hoy estaremos confirmando que...- no encontraba las palabras, así que el rubio lo hizo por él.

-¿El qué Agoney? ¿Que nos queremos? ¿Que estamos juntos? ¿Que por fin estamos bien? No es como si no lo supieran. Lo han visto este último mes desde lo de Gran Canaria. Son listos Ago, más de lo que pensamos. Nos quieren. Nos apoyan. ¿Qué más necesitamos? Creo que este es el momento Agoney, hoy quiero sentirme libre de una vez por todas, y que cuando me pregunten por nuestra relación, poder decir que es lo mejor que me ha pasado. Que eres lo mejor que me ha pasado.- Agoney pudo ver como a su niño se le iluminaban los ojos al decir todo aquello, y eso le bastó para aceptar con gusto lo que llevaban queriendo hacer mucho tiempo.

Cuando su actuación acabó, seguida del lema que había hecho tanto por tantas personas y el esperado beso que llevaban meses sin darse (al menos de cara al público), el estadio vibraba por los gritos, vítores y aplausos que ELLOS habían provocado.

Raoul entró de nuevo a la sala con el televisor desde el que veían las actuaciones de sus compañeros. El primero en felicitarle fue él. A su chico le faltó tiempo para levantarse de un salto y besarle, expresando todo el orgullo que sentía por él.

Agoney estuvo espectacular en Eloise, y para variar, había puesto cachonda (una vez más) a España entera. no había nadie que no se rindiera ante Agoney. "No puede ser humano, es un dios" pensaba Raoul cuando le oía cantar, y si a eso le sumaba lo guapo que es, su eyeliner y sus ágiles movimientos a la hora de bailar (y magrearse con quien pillaba delante de su ensalada), se le caían las bragas al suelo, aunque eso era normal hablando del canario.

El concierto transcurrió con normalidad. Tras el emotivo discurso de Miriam, comenzó Camina, actuación en la que ambos chicos parecían dos lapas, y en la Revolución Sexual sostuvieron juntos la bandera (cosa que no habían hecho nunca antes) toda la canción hasta que en el instrumental, Raoul no aguantó más y se lanzó a la boca del contrario, susurrando un "te quiero" en sus labios. no les importó la genre, las cámaras, los miles de móviles grabando el momento, porque en ese momento solo importaban ellos.

Estaban los dieciséis en la piscina del hotel de Madrid. No hacía frío, todo lo contrario, era una noche muy calurosa, por eso la disfrutaban entre chapuzones, copas y música. Aquel era un día para celebrar.

ONE SHOTS - RAGONEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora