Matemática de la Carne

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Con eL leNgUajE dE laS maNosS, LeyEnDO en bRaiLle cAda sUrCO de Tu PiEL peRo tamBiéN tuS lAbIoS



La suave brisa veraniega se colaba por la ventana del dormitorio de Agoney. Hacia casi una semana que había vuelto a Tenerife y lo que menos imaginó al llegar era que su novio se plantaría en su casa. Estaba solo dos noches atrás cuando de repente llamaron al timbre a las once de la noche. Cuando abrió la puerta, su sorpresa fue mayúscula cuando aquella pequeña figura de tupé rubio le miraba con cara de no haber roto un plato en su vida y una sonrisa de medio lado.
-¿Pero qué haces aquí? - Fue lo primero que dijo
-Yo también me alegro de verte cariño.- Raoul rio suavemente por la mueca de estupefacción que adornaba la cara del canario en esos momentos. - ¿Puedo pasar o me vuelvo al aeropuerto?- Ante esto la única respuesta del moreno fue tirar de su brazo hasta que cruzó el umbral de la puerta y estampar sus labios en un beso lento, gesto que el rubio interpretó como una negativa ante su propuesta de regresar a la península.

La desnuda silueta del rubio se distinguía gracias a la tenue luz de la luna. Estaba tumbado de lado en la cama mientras Agoney dejaba suaves caricias por todo su costado. Caricias que se vieron interrumpidas cuando el menor se tumbó completamente bocabajo.
-Ago, dame un masaje porfa. - sus palabras eran amortiguadas por la almohada, pero aún así la petición llegó perfectamente a oídos del moreno.
-¿Te duele la espalda, chiquitín? - En su tono había algo de preocupación, a pesar de que sabía que lo de su novio era más capricho que necesidad.
-Un poco, el otro día en la furgoneta cogí mala postura por culpa de Mimi, que no me dejaba en paz. Además digamos que el vuelo tampoco ha ayudado. Tener que coger vuelos improvisados para sorprender a mi novio acaba pasando factura.
Agoney esbozó una sonrisa y tal vez fue su buen humor, o cosa del azar, que decidió levantarse hasta el baño a por el aceite corporal. Cuando regresó a la cama se encontró a Raoul, todavía desnudo, pero ahora sin sábana que cubra la parte baja de su cuerpo. En otra situación, esa imagen habría hecho le hubiera invitado a "bajar tonos", pero se había propuesto compensar a su chico por todo lo que hacía por él, aunque sabía perfectamente que todo lo que hacía Raoul para hacerle feliz no podía compensarse con un simple masaje. Nunca podría hacerlo. Se sentó sobre el culo del rubio, con una pierna a cada lado, cosa que hizo que este soltara un suave gemido. Agoney respiró y contó hasta diez, tratando de que la sangre que comenzaba a agolparse en su bajo vientre, volviera a su cabeza. Abrió el bote de aceite y de echó una cantidad generosa en las manos para cubrir así toda la espalda de Raoul. Comenzó por los hombros, masajeándolos suavemente y deteniéndose en aquellas zonas que estaban más tensas o duras. Estaba tan concentrado en su labor, que casi pasan desapercibidos los jadeos que el rubio suelta cada cierto tiempo. Casi. Pero no. A pesar de ello siguió masajeando la espalda, ciertamente contracturada, de su chico. Los jadeos, se iban transformando en pequeños gemidos, que se iban intensificando a medida que Agoney bajaba más por su espalda llegando a los límites de esta. Raoul no tenía intenciones de dejar de provocar al moreno, y este último, estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba. Estaba a punto de dar la vuelta el cuerpo del rubio para empezar a comérselo a besos cuando éste habló.
-¿Qué te parece un masaje con final feliz? - Su voz sonaba grave y ronca, lo cual no ayudaba a la situación.
- ¿No has tenido suficiente con lo de antes?
-Contigo nunca es suficiente, Agoney.
Eso bastó para acabar con el poco sentido común que le quedaba al canario. Giró completamente el cuerpo del catalán y se lanzó a su boca, devorándola, haciendo que sus lenguas explorasen cada rincón de la cavidad contraria. De vez en cuando mordía su labio inferior para aprovechar y que ambos pudieran coger algo de aire antes de volver a sumirse en una batalla a la que ninguno de los dos tenía pensado poner fin.
El mayor de los dos alargó el brazo para alcanzar de nuevo el bote de aceite, y sin poner cuidado en si manchaba o no las sábanas, se volvió a embadurnar la mano con el líquido resbaladizo. Comenzó a masajear los abdominales de Raoul, sin dejar en ningún momento de besarle. Se recolocó sobre el cuerpo del menor, con una pierna a cada lado de sus caderas se inclinó hacia su oreja para morderle el lóbulo, acto que arrancó al rubio un gemido,mientras sus manos tomaban rumbo al miembro del contrario. Pronto el silencio que se había instaurado en la habitación minutos atrás, fue sustituido por una sinfonía de gemidos que acompañaban a cada embestida, a cada movimiento, a cada roce, a cada caricia. Ambos se fundieron en un placentero éxtasis que ahora hacía que sus cuerpos, pegados a pesar del calor, rezumaran relajación.
Agoney descansaba sobre el pecho de Raoul cuando éste cogió el móvil y comenzó a teclear. A los pocos segundos, se lo paso para mostrarle un tweet, escrito por el mismo que rezaba:

1:22 No hay mejor skyline que verte tumbado.

No sabía como reaccionar, así que simplemente sonrió y le devolvió el teléfono a su chico, que no se molestó en mirar las miles de notificaciones que ya hacían acto de presencia.


Amanecer por los rayos del sol en verano, en frente de la playa, está guay. Pero hacerlo con Agoney al lado, eso era otro royo. O eso pensó Raoul cuando despertó a causa de la luz que comenzaba a filtrase por la ventana. El cuerpo de tez morena descansaba tumbado bocabajo con la cara hacia él, con los ojos cerrados, los labios entreabiertos, el pelo revuelto, y la  mayor expresión de paz posible. Raoul sonrió inconscientemente ante esa adorable imagen. No supo cuánto tiempo estuvo mirándole, hasta que se revolvió entre las sábanas, cambiando de posición hacia el lado opuesto. Pensó que era un buen momento para meterse en twitter y ver la que se había armado después de su último tweet. Empezó a leer comentarios, la mayoría de ellos de fans desquiciadas que pensaban que le habían hackeado, y se dio cuenta de que le daba igual. Le daba igual lo que la gente pensara de él porque sabía la opinión  persona que importaba. Solo para demostrar que uno, no le habían hackeado la cuenta de twitter; y dos, que era cierto que el mejor skyline era ver a su novio tumbado; se bajó de la cama, se metió en instagram y subió una foto a contraluz en la que se podía distinguir la silueta de Agoney, tapada de cintura para abajo con una fina sabana blanca que seguramente habría que cambiar. Esta vez no tomo ni un solo minuto en leer los comentarios que volvían a inundar las redes respecto al contenido de las últimas horas. Cinco minutos después de unir aquella foto a sus historias, Agoney despertó y se desperezó haciendo el ruido más adorable que Raoul había oído nunca.
-Buenos días amor. - dijo el moreno sentándose en la cama. No dejo que le respondiera porque volvió a hablar. - Dios Raoul, tienes la cara™️, ¿qué has hecho? - A pesar de que intentó permanecer serio, la risa le traicionó a mitad de la frase, risa a la que su novio se unió en seguida y se sentó a su lado en la cama. Le mostró la foto y el mayor se llevó la mano a la boca mientras reía.
- Se te ha ido la cabeza. - Afirmó sin parar de reír.
-Puede ser. Pero me da igual. -Raoul advirtió el brillo que estaban adquiriendo los ojos de Agoney. -Ago,... sabes que yo también ¿verdad?
El rostro del aludido estaba lleno de confusión.
-Que tu también  ¿qué? - el rubio agachó la cabeza por pura vergüenza y comenzó a ponerse rojo
- Que una vez a los veinte. - A Agoney casi se le sale el corazón del pecho cuando dijo eso. Ya lo sabía. No hacía falta más que ver cómo le miraba, pero nunca se lo había dicho a la cara en voz alta.
-Lo se mi niño, lo se. - le dedicó su mejor sonrisa- Venga vamos a desayunar que tengo hambre.- Raoul alzó una ceja y dijo:
-Besayúname.

















Holaaaaaaa. Perdón por haber tardado tanto tiempo e actualizar. Lo se podéis matarme. También se que no son horas pero no podía dormir y me apetecía hacer algo soft. Tengo el próximo capítulo casi acabado así que lo subiré esta semana. Muchas gracias por las 1000 vistas os cuero mazo
Podéis encontrarme en Twitter como @dietapacuarenta y cualquier sugerencia es bienvenida. Gracias por leer 💜💛

ONE SHOTS - RAGONEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora