9. Las cartas de San Valentin.

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Carta 1

Recuerdo ese día como si fuera hace seis años.
Fue hace seis años... ¡Ay que importa! Sigue el cuento.

Gracias. Era una novata aspirante a puberta de solo diez años. San Valentin se acercaba y llenaba el aire de rojo y blanco y estaba intoxicada de ese negocio llamado «amor». Las parejitas en el aire y yo así toda forever alone soñando con personajes que no existen.
Patético.

Eres de lo mejor. Nótese mi sarcasmo.

En fin que en el curso decidieron hacer un buzón y todos estaban mandándose cartas, sea a un amig@ o novi@. Y lo bueno era que ahí me daba cuenta de mis verdaderos amigos cuando no recibía ningún año ni una misera cartita de amistad. Vayanse a la mierda falsos amigos.

A mi me gustaba alguien del curso, y él lo sabía debido a un incidente que les contaré otro día pero en fin que quise hacerle una carta anónima. Expresé mis sentimientos e hice lo posible por que pareciera que yo era de otro curso. Claro, que era de lo más ridícula.

«Fulanito quería decirte que me gustas mucho y estoy enamorada de ti. Aunque pronto me iré así que en poco tiempo no podré verte ...»

Y cada vez que lo recuerdo me quiero tirar de un puente. Dios, dime como es que era tan estúpida.
Creo que eso está fuera de todo entendimiento. Ni siquiera él debe saberlo.

Él lo sabe todo, se que un día llegará mi respuesta. Algún día.

Bueno, el caso es que no le puse mi nombre y la entré al buzón con disimulo. Pasaron los días y llegó el tan esperado San Valentin. Veía el movimiento y los demás que habían recibido cartas, incluso mis «amigas» y yo toda forever alone sentada en la silla del profesor esperando. Y esperando. Y esperando. Y terminan de entregar las cartas y yo, ni una.

No pos que se vayan a la merga, no los necesito.

Rato después el grupito de quien me gustaba me llamaba y yo como «¿WTF?» pero en fin que los seguí. Y mejor me hubiera quedado. Los muy malditos sabían que era yo la de la carta y el muy hijo de su mamá y su papá se los enseñó a todos. Y me preguntaban que si era yo, y yo... yo lo negaba como que mi nombre es Amy.

—Yo sé que fuiste tú la que la escribió.

—Ay por favor. Esas pendejadas y cursilerías son para niñas estúpidas y yo no haría algo así. Pfff se nota que no me conocen.

—Amy, eres tú la que está enamorada de Billy.

—¡Que no, joder! Lo mio es escribir algo en una hoja para luego romperla en pedacitos, mojarla en agua y botarla en la basura, o escribir en un diario para que al final mi hermana lo lea frente a mi mamá pero no algo así como escribir cartitas. Todos vayanse a la verga.

Un día que sin duda no podré olvidar. Se que ellos no me creyeron.

Carta 2

El San Valentin del año siguiente fue muy patético. Ya había aprendido la lección de no mandarle cartas a un enamorado y no lo volvería a hacer, pero esta vez fue algo super extreme forever alone.

Todos hacían cartas para sus amigos por eso del día del amor y la «amistad» y mis supuestas «amigas» también lo hicieron. Yo sabía que ese año, como en todos los anteriores no recibiría nada. Pero quería presumir que aunque sea una carta me hayan mandado. Así que hice una carta falsa.
Me avergüenzo de ser tu consciencia. Juro que si me hicieras caso...

Los pepitos grillos no están para hacerles caso. Sino para decir «te lo dije» cuando cometes un error.

Buaaaano —si, como Germán— el caso es que me escribí a mi misma un poema muy lindo y super cursi con lapiceros rosa y morado, ya se podrán imaginar que estaba para vomitar arco iris por los ojos. El sobre también lo decoré con florecitas hechas con marcadores verde, rosa y amarillo y después de terminada la eché «Clandestinamente» en el buzón.

El día de la entrega me la dieron, muy bien todo blablabla. Un tipo con el que siempre me relajaban de que me gustaba me dijo que le dieron una y saltó no me acuerdo quien «Eso seguro fue Amy» y yo como «¿WTF? Ni en sus más hermosos y cursis sueños».

Lo más fuerte del caso es que yo decía que me dieron una. Cuando claramente sabía que yo misma me la había dado.
Creo que soy la consciencia con el trabajo más difícil del mundo.

Forever Alone Detectada.

Cartas en clase.

Ese mismo año se encargaron de dejarme en ridículo como siempre. La profe de Artes nos dijo que para San Valentin debíamos hacerle una carta a alguien. Sea un familiar o amigo. Y como siempre el payaso del curso que no podía durar quince minutos sin molestarme soltó su bocota.

—Amy se la va a hacer a Billy.

—Jódete Patricio. Que no le voy a hacer carta a nadie.

—A Billy se la vas a hacer.

—¡Qué no, mierda!

—Amy, no digas esas palabras en clase —Interrumpió la profesora—.

—Billy, Billy, le harás la carta a Billy.

En esa edad tenía problemas con el auto control y era muy impulsiva. Y dichosamente tenía una tijera en mano. Ya se imaginaran en la cabeza de quien llegó a parar. Y al final comoquiera se rieron de mí.

Por eso y mucho más, fundé el club: Revolucionarios contra San Valentin (RESANVA)

A la mierda el amor y la amistad.

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Oh San Valentin! Eres tan trágico!

¿A ustedes les ha pasado algo bochornoso o molesto en San valentin? Yo no tengo que responder porque... bueno, ya saben porqué.

Gracias por leer y por sus votos, siento que exploto de emoción cuando veo esas personas que apoyan tan de cerca esta.... ¿historia? o como lo quieran llamar. Yo lo llamaré comedia barata.

♥A Kiss for you. ♥

Aquí no existe principe azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora