Caminaba por la ciudad, las personas iban y venían, me sentí cansada y pensé en ir a una de mis cafeterías favoritas ya que estaba cerca, hacía tiempo que no iba. Al llegar me senté una de las sillas que estaban en la barra, observé el lugar, todo estaba igual, nada había cambiado o eso creía... Esperaba a Martina para hacer mi pedido, ella era la camarera y con quien solía hablar casi siempre, bueno al menos cuando iba a esa cafetería. Pero noté extrañada que Martina no estaba por ningún lado, pensé que a lo mejor estaría ocupada en el almacén, la busqué con la mirada, pero aún no aparecía, mi sorpresa al ver que un chico del otro lado de la barra está parado en frente de mí, no me lo esperaba, ¿él aquí? Pensé....Era Daniel, quien disimuladamente me trataba como a una simple cliente desconocida.
-¿Qué le puedo ofrecer? –Dijo como si no me conociera, en tono sarcástico.
-¿Qué haces aquí? –Le pregunté extrañada.
-No puedes responder mi pregunta con otra pregunta –Contestó con sus aires de superioridad intelectual.
-Bueno, está bien.... Quiero un Capuchino Súper Spush, por favor –Respondí.
-¡En seguida! –Dijo mientras se volteaba para preparar mi café.
-Ahora sí, ¿puedes contestar a mi pregunta? –Le dije insistente.
-No lo sé, tal vez –Contestó con su clásico tono sarcástico.
-¿Qué haces aquí? –Le pregunté.
-Mmm no lo sé... Te estoy preparando un café, limpio las mesas, a veces recibo propinas –Dijo aún con más sarcasmo-. ¿Vos que pensás que hago acá?.
-No me refería eso con exactitud –Dije algo disgustada.
-Lo sé.... –Dijo soltando una risita al ver mi cara de disgusto.
-No sabía que trabajabas aquí –Dije un poco más relajada.
-Vos no me lo preguntaste –Contestó colocando mi capuchino encima de la barra.
-Tienes todas las respuestas, no?... -Le dije cruzándome de brazos.
-Y vos tenés todas las preguntas -Dijo con una voz seductora colocando sus manos sobre la barra, inclinándose hacia mí a una distancia considerable, mientras me miraba y yo a él. Hubo silencio hasta que me decidí a hablar...
-Quería preguntarte.... ¿Desde cuándo conoces a Danisse? –Le pregunté tomando un sorbo de mi café.
-Mmm... desde hace tiempo, si hace mucho tiempo –Dijo, dudando y nervioso.
-Eso no es cierto... Danisse me ha dicho otra cosa –Le dije mintiendo acerca de eso.
-Pues... ¿y qué es lo que te ha dicho esa mina? –Dijo inclinándose hacia mí con sus brazos cruzados encima de la barra.
-Cosas...de ustedes dos... -Le contesté balbuceando. Estaba cayendo en mi propia mentira.
-Sabes que cuando mentís, al balbucear te pueden descubrir –Dijo riéndose. Sabía que estaba mintiendo, debí decir algo más convincente... ¡Rayos¡ -Pensé.....
-Está bien, está bien, me descubriste, Danisse no me ha hablado sobre ti, pensé que tal vez... tu si querías hacerlo –Hice el intento de sacarle información.
-Que queres que te diga, ella es como...rarita, un poco torpe, creo que siempre anda urgida –Dijo burlándose ero sin dejar su tono sarcástico.
-¡Oh Vamos! Hay algo que ninguno me quiere decir, no comprendo el porqué de tanto misterio...... ¿Anduvieron saliendo antes? ¿Te gusta? Oh sí, eso debe ser.... Te gusta. –Dije casi rogando para que me dijera la verdad de una vez por todas. Sus ojos se abrieron más de lo normal, se ruborizó por lo que había dicho, creo que era eso... Le gustaba Danisse, solo que su ser intelectual y sarcástico-engreído no lo dejaba demostrar su atracción hacia ella.
-No, no me gusta ella, por una simple razón.....Me gusta alguien más. –Dijo agachando su mirada y pasando un pañuelo de limpiar sobre la barra. Iba a continuar hablando, Pero lo llamaron para que fuera atender a unos clientes, se despidió y yo simplemente lo dejé hacer sus quehaceres. Finalmente dejé el dinero sobre la barra y salí de aquel lugar...
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Margaritas en Verano
JugendliteraturSINOPSIS Alice Blanco, 18 años, una chica ordinaria con grandes conocimientos, con una belleza tanto física como intelectual; venezolana al fin. Pero por motivos de estudios y además por la fuerte situación que se vivía día a día tuvo que irse a la...