-Narra Alice:
Iba bajando las escaleras cuando escuché una voz amenazante y varios golpes, acompañándole un desesperado y entre cortado llanto, era.... No podía creer lo que mis ojos veían, era Sebastián que golpeaba bruscamente a ese chico hasta hacerlo sangrar y dejándolo gravemente herido, no sabía qué hacer, entré en pánico, me mantuve en silencio, paralizada por el miedo, él se dio cuenta de que lo observaba, así que sólo dejó de golpearlo y se marchó haciéndome una mirada escalofriante y amenazadora, diciéndome con ella todo y a la misma vez nada; sentí temor pero mi mente se concentró en aquel chico que estaba en el suelo moribundo y casi sin signos vítales, corrí hasta donde se encontraba él, di varios gritos para pedir ayuda, pensé que estaba sola, pero al girarme noté que estaba otra chica en el lugar, estaba parada allí, casi ni se movía. ¿Cuánto tiempo llevaba allí?, ¿Habrá visto lo que pasó?. En fin, sólo podía pensar en cómo ayudar a ese chico que seguía desangrándose hasta dejar mis manos empapadas de su sangre. Aquella chica salió de su transe mental y salió corriendo en lo que creo que fue en busca de ayuda, ya que luego llegó la directora; la Madre Patricia, junto con ella dos señoras que se encargan de hacer el aseo en el colegio, y bueno luego todos los de mi salón y otros se aglomeraron a mi alrededor, la Madre Patricia estaba aterrada por lo que vio, llamó a urgencias, estos llegaron minutos después...
Vi como se llevaban a ese chico en la ambulancia, me sentí muy mal, sentí que debía ir con él pero ya estaba en la compañía de una de las profesoras. En lo que la ambulancia se iba alejando la Madre Patricia pone su mano en mi hombro, ella era una mujer muy cariñosa aunque tenía su carácter particular. Con voz suave y tranquilizante me dijo: – Hija vamos adentro para que pases el mal rato y así podamos hablar.- Asentí, nos giramos y nos dispusimos a entrar, yo sabía que iba hacerme preguntas acerca de lo que allí pasó, y no sabía si decirle el nombre de quien lo hizo, sabía lo peligroso que era Sebastián y de lo que era capaz, y si se enteraba de que yo lo eché de cabeza con la directora no sabía que daño podría causarme, así que lo medité y pensé que mejor sería no decir toda la verdad y mantener al culpable en anónimo, eso sin duda sería lo mejor. Llegamos a la oficina, la Madre Patricia me pidió que tomara asiento, me ofreció una pastilla y un vaso de agua para los nervios, y comenzó a decir: -Hija yo sé que no es fácil, ya que de seguro aún estás en shock por lo que pasó, quizás sientes temor, pero confía en que puedes contarme todo, es necesario y si sabes quién fue el que lo hizo debes decirme para que esto no vuelva a pasar, al decirme estarías protegiendo a todos tus compañeros y todo estudiante de que le pasé algo parecido-. Mientras ella hablaba el terror y el miedo invadían mi cuerpo no sabía qué hacer, ella tenía razón mis compañeros estaban en riesgo si no decía quién lo hizo, sin embargo yo corría más riesgo al decirle, así que solo respondí y le dije lo que vi. Al salir de la oficina vi que la chica que estaba cerca del lugar donde me encontraba con aquel chico ensangrentado estaba sentada como esperando a que yo saliera para ella entrar a la oficina de la directora, la observé y se notaba lo nerviosa que estaba ¿Será que ella sabía de Sebastián, lo habrá visto cuando hizo lo que hizo? Las preguntas abundaban en mi cabeza, me disponía a cercarme a ella para preguntarle, pero justo la llamó la Madre Patricia para invitarla a pasar. Seguí caminando me dirigí al salón, al entrar todos me miraban con curiosidad, decidí ignorar todo lo que se relacionaba con lo que había pasado, no quería pensar nada más. El día transcurrió normal como era de esperarse, se terminó el turno y me dirige a la salida, mis compañeras casi no me dejaron cruzar la puerta sin antes preguntarme sobre lo que le ocurrió a aquel chico, era tan obstinante, bufé y no les di ninguna razón. Iría a casa o bueno a la habitación acogedora que compartía con mi amiga Denisse, ya que tenía el resto del día libre en el trabajo; con eso de que mudarán la cafetería a otro lugar y todo ese rollo.
YOU ARE READING
Margaritas en Verano
Roman pour AdolescentsSINOPSIS Alice Blanco, 18 años, una chica ordinaria con grandes conocimientos, con una belleza tanto física como intelectual; venezolana al fin. Pero por motivos de estudios y además por la fuerte situación que se vivía día a día tuvo que irse a la...