nuestro pecado

CAPITULO DOS

Me escondí detrás del árbol para evitar que me viera nadie debía saber que yo conocía e iba a ese lugar las superioras pensaban que pasaba en mi habitación, estaban tan equivocadas.

Él comenzó a desvestirse iba a entrar al lago, sabía que no debía ver pero la curiosidad y atracción que sentía fueron más fuertes que mi pudor, lo observe detenidamente tenía un cuerpo perfectamente trabajado por el trabajo duro entro al agua y al salir pude ver como su cabello y torso mojado lo hacían ver más atractivo aun, se veía tan perfecto parecía un ángel pero lo que era es un demonio el que me arrastro a mi perdición.

No sé cuánto tiempo pase ahí observándole pero cuando note que el sol empezaba a ponerse decidí que era tiempo de volver salí de mi escondite con cuidado y fui hacia la salida de mi refugio de regreso a mi realidad.

Toda la noche no pude conciliar el sueño solo pensaba en él, en su perfecto cuerpo su rostro y sus carnoso labios que me incitaban a besarlo, sabía que estaba mal debía estar avergonzada de mis pensamientos y de lo que había hecho pero era imposible.

No sé con precisión cuando caí profundamente dormida solo sé que al despertar me sentía fatal la falta de sueño estaba cobrando su deuda pero tenía que levantarme y hacer toda mi rutina diaria, me bañe y arregle antes de bajar a realizar mis oraciones y ayudar con los niños, si, teníamos un orfanato cuidábamos a todos los niños abandonados los formábamos para que puedan ser buenos y no convertirse en las calles en ladrones, esa era una de las pocas cosas que me gustaban de ese lugar el poder ayudar a esos niños sin hogar.

La mañana paso igual orando y ayudando con esto y aquello nada muy emocionante ni divertido más bien todo lo contrario la vida en este lugar era muy aburrida y monótona por eso no podía esperar a q llegue la hora de ir a mi refugio.

Cerca de las 3 de la tarde estaba libre y me escabullí sin que nadie lo notara hasta mi pequeña cueva, hacia un día nublado pero eso no hacía que fuera menos hermoso más bien le daba un toque de misterio y paz , me recosté en el árbol en el cual me había encontrado la tarde anterior viendo el cielo o el lago era tan tranquilo que podías respirar la paz en aquel lugar pero luego escuche pasos y de prisa me escondí para evitar ser vista, estuve atenta para ver quién era pero nadie aparecía, hasta que deje de escuchar aquel ruido, me asome con cuidado a espiar que había sido, de repente volví a escuchar el ruido de pisadas pero esta vez eran a mis espaldas, regrese a ver asustada y entonces reaccione; no podía verme ahí tenía que esconderme, corrí y encontré un árbol hueco, me metí en el y espere hasta escuchar el sonido del agua al ser interrumpida su calma.

Salí de mi escondite y lo observe desde el mismo árbol que la última vez, era hermoso me hipnotizaba a tal punto que me tentaba a que me acerque, que lo toque, pero no; no podía verme y peor saber que lo estaba observando, así que desde mi escondite lo veía y me deleitaba viendo las finas pero fuertes facciones de su hermoso rostro y su perfecto y delineado cuerpo.

Pase largo rato observándolo hasta que salió del agua, iba a esconderme y no mirar más de lo debido pero me fue imposible, mi deseo era más fuerte y lo observe, cada parte de su perfecto e imponente cuerpo sin nada que lo cubriera y por primera vez pude ver la perfección del diablo porque eso era él, tuve que sacar fuerza y control para no salir  disparado a su encuentro, y ahí me quede viéndolo hasta que se marchó.

Ese día llegue más tarde de lo normal lo que causo que me amonestaran y castigaran, tenía tanto por hacer que sabía al día siguiente no podría ir a verlo de nuevo.

Así pases la semana levantándome temprano a realizar mis oraciones, ayudando con los niños y en la cocina, incluso me toco servir a la superiora, a terminar la jornada siempre me encontraba muy cansada pero no podía dormir, me pasaba dando vuelvas en la cama o viendo por la ventana pensando en sus ojos, sus labios su cuerpo, pensaba tan solo en él.

Así pase los días haciendo lo mismo, pero a la noche no lograba dormir.

Por fin acabo la agotadora semana; emocionada aquel día el cual sería mi perdición, en mi boleto al infierno , me levante, realice todas mis actividades diarias con una sonrisa, amor y esfuerzo esperando finalmente a que llegara la tarde y poder volver a verlo escondida.