Llegue justo a tiempo para escabullirme a mi habitación sin ser descubierta, me puse una fina bata de seda blanca con la que solía dormir, me acosté viendo al techo absorta en mis pensamientos, no podía dormir mi mente regresaba una y otra vez a ese momento en el cual escuche su voz, pude observar más de cerca sus impresionantes ojos y sobre todo cuando me dijo su nombre, sabía que aquel nombre ya lo había escuchado alguna vez en otro lado y me daba una mala sensación, pase dando vueltas en mi cama intentando recordar donde había escuchado ese nombre, me dormí ya muy entrada la noche y soñé que besaba esos labios que me incitaban a morderlo y sentía sus fuertes brazos rodear mi cuerpo, y así comenzó mi perdición.
Al día siguiente me desperté contenta, estaba decidida a averiguar de dónde conocía aquel nombre y saber más acerca de Bastián.
Hice todas mis actividades diarias con una sonrisa, todas me veían extrañadas porque yo nunca estaba tan feliz normalmente pasaba triste y sola a causa de la vida que me toco y por la pérdida de mi padre, pero ese día estaba feliz no deje de sonreír todo el día y el clima estaba igual que yo, había un cielo azul despejado con el sol brillando en lo alto, era un día perfecto.
Al llegar la hora del almuerzo me senté junto a mi amiga Scarlet, ella era menor que yo, aún era una niña y me daba mucha pena por ella, estaba ahí por orden de sus padres para que conserve su pureza hasta la madures y poder desposarse con un noble, me parecía tan horrible el que un padre obligue a su hija a un matrimonio sin amor, tan solo por una posición social, económica o un título, pero esa era su realidad, aún tenía 17 años, era una niña dulce, muy blanca con un cabello liso y rubio, unos ojos color zafiro que escudriñaban todo a su paso, con una voz dulce y melodiosa, era muy hermosa y sabía que podría conquistar a cualquiera que la viera, pero lo que hacía que la apreciara tanto era su dulce trato y su inocencia de niña, la veía como una hermana pequeña, una que jamás tuve.
Estaba concentrada en mi comida cuando escuche que me estaba hablando.
-Joanne hazme caso, porque no me escuchas, en que estás pensando-me lo dijo con curiosidad-acaso es por la misma razón por la que has pasado tan feliz todo el dia.me sonroje y con delicadeza le respondí
-no Scarlet, no es nada, simplemente estoy intentando ver de otro modo las cosas, me canse de pasar triste por estar metida en este lugar y que mi padre no se encuentre conmigo-le dije con una sonrisa de lado y con pesar.
-oh, lo siento; yo pensé que tenía algo que ver con que desaparezcas todas las tardes- me miro con curiosidad y una graciosa ceja levantada
Rayos al parecer me había descubierto, pero no pensaba afirmar sus sospechas así que decidí hacer como si no supiera de lo que hablaba
-de que me hablas, yo paso las tardes en mi habitación leyendo
-pues no me lo creo, yo he ido a buscarte en tu habitación y no te he encontrado ahí, así que dime a donde te vas sin que nadie lo note
Suspire y le respondí
-Scarlet no puedo decírtelo, lo siento querida pero te pido que confíes en mí y no te preocupes
-bueno-lo dijo con resignación-pero espero que no sea nada malo porque de lo contrario tendrás problemas
Yo asentí pensando en el sueño de esa noche ¿Qué pasaría si llegara a suceder? Sabía que estaba mal, pero ese hombre me cautivaba en la manera que nadie había logrado jamás
Me sonroje al recordar lo que vi cuando lo espiaba en el lago y Scarlet me vio con cierta curiosidad pero prefirió no decir nada
Almorzamos tranquilas sin volver a decir nada, después de terminar caminamos por el jardín y conversamos de cosas banales mientras que yo me sentía impaciente por irme quería volver a verlo me desesperaba el tener que esperar.

ESTÁS LEYENDO
nuestro pecado
Teen FictionEl amor es lo mejor del mundo y más si es correspondido pero que pasa si ese amor es prohibido y esconde un secreto tan grande que podria cambiarlo todo. Nuestro pecado una historia de amor pasion engaño y el boleto al infierno