CAPITULO TRES

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Al llegar el momento de irme me escabullí con cuidado para evitar que me descubrieran y volvieran a amonestar.

Llegue con cuidado por si él se encontrara ya ahí y me llegara a ver, luego de cerciorarme de que no estaba salí y decido darme un baño en el lago ya que aún faltaba para la hora en la que solía venir.

Estuve flotando viendo al cielo mientras me relajaba, hasta que escuche sus inconfundibles pasos, me asuste ya que me encontraba desnuda en el lago, pero cuando estaba por salir ya era demasiado tarde, él estaba ahí viéndome con su oscura mirada mientras levantaba una ceja y me observaba con diversión.

No sé cuánto estuvimos viéndonos, pero sabía que yo debía estar dando un espectáculo lamentable y entretenido, sentía mi cara quemar y sabía que estaba muy roja, pasamos así un rato hasta que él hablo; me sorprendió escuchar su voz, era muy potente y masculina pero a la vez elegante y dulce.

-vaya vaya que tenemos aquí, acepto que es una vista espectacular pero por su ropa intuyo que es una monja-me miro entretenido-que hace aquí en medio del lago desnuda y no rezando en su convento-rio sarcásticamente-no me diga,sus superioras no saben que esta aquí; admito que el panorama es alentador ;una mujer desnuda en el lago y nada más que una monja-lo dijo pensativo más para sí que para mí-pero con el respeto que se merece quisiera preguntar ¿Qué hace una belleza como usted siendo monja? Y ¿Por qué esta aquí?

-yo…yo-me quede sin habla, lo que había dicho logro que se me fuera el aliento y me ponga aún más roja si eso era posible.

Él, el hombre por el cual suspiraba en secreto estaba diciéndome que era espectacular; aunque yo no lo creo así, no soy nada fuera de lo común, no soy muy alta ni muy baja con un cuerpo con pocas curvas y un cabello largo y rizado color chocolate, unos ojos verdes y unos labios demasiado finos, tenía una apariencia frágil por fuera como por dentro, pero él seguía mirándome con curiosidad espetando a que le respondiera y así lo hice:

-lo siento señor, pero es una larga historia

-así que si sabe hablar,bien,pensé que el ratón había comido su lengua-se rio de su propio chiste-bueno creo tener tiempo, me iré por allá para que pueda vestirse y luego contarme el porqué se encuentra aquí, ya que con esa apariencia sería una gran distracción.

Y se dio la vuelta para dejarme sola; me cambie muy rápido por miedo a que regresara a ver y me encontrara desnuda aun, aunque estaba segura de que tuvo una buena vista a través del agua del lago y lo poco que mis manos lograron tapar.

Después de un rato me dirigí ya vestida a donde se encontraba y lo toque ligeramente con un dedo, él tenía una sonrisa en su rostro aunque no logre descifrar si era de diversión,ironia,sarcasmo o burla; no lo sé pero decidí no querer saberlo, me indico que nos sentáramos bajo un árbol, era el mismo árbol desde el cual solía espiarlo; estuvo en silencio un rato, pensativo mientras yo me moría de los nervios y daba vueltas a mis manos, después de un rato volvió a hablar, yo estaba absorta en mis pensamientos que su voz me sobresalto.

-y digame cuál es su nombre-me dijo

Yo me quede viéndole y tomando aire le respondí

-mi nombre es Joanne mercier

-mmm Joanne mercier lindo nombre me gusta-lo dijo pensativo, luego cogió mi mano y la beso-un gusto mademoiselle-lo dijo con un toque de diversión

Saque valor de donde no lo tenía y le pregunte su nombre, me moría de nervios ya que llevaba mucho tiempo preguntándomelo.

-mi nombre es Bastián Fournier pero para usted si gusta soy únicamente Bastián-me lo dijo con una sonrisa la cual hiso que me derritiera, pero no lo hice pues ese nombre me era familiar y me quede con la duda, tenía que averiguar porque ese nombre me ponía tan alerta.

-un gusto Bastián-lo dije con una pequeña reverencia

-bueno ya que las presentaciones han acabado, se supone que usted mi dama tenía una historia por contar

-oh, sí, lo siento pero tengo muy poco tiempo, pronto será hora de que regrese o no volveré de nuevo esta semana aquí-lo dije sin pensarlo pero cuando reacciones ya era tarde.

-vaya, vaya, vaya con qué; otra vez eso quiere decir que ya se ha encontrado aquí otras veces , mmm me pregunto, si usted me podría decir la razón de que un par de días haya sentido a alguien observándome cuando me bañaba en el lago –lo dijo con una ceja alzada.

Comencé a sentir mi cara arder y supe que debía estar roja como un tomate, ja, vaya creo que me ha descubierto, pero no pensaba darle el gusto aunque con mi coloración me había delatado sola

Respire un par de veces hasta dejar de sentir arder mi rostro y respondí

-no señor, es usted la primera y única persona que he visto por aquí en todo este tiempo, pero creo haber visto un par de veces una cierva, de seguro ha de ver sido su mirada la que ha estado sintiendo.

-si usted lo dice mademoiselle confiare en su palabra ya que al pareces ha pasado más tiempo aquí que yo.

Suspire aliviada pues no había sido descubierta o eso era lo que yo pensaba

-bueno, pero creo que nos volvimos a salir del tema y yo estoy ansioso por escuchar su historia, pero puesto que no le queda mucho tiempo le hare una pregunta que será más fácil de responder, no lo cree-me miro expectante, esperando a que le respondiera y así lo hice

-pues bien, dígame cuál es su pregunta y yo veré si puedo contestársela

-¿Por qué se encuentra aquí y no en el convento en donde deduzco es donde usted debería estar?

Su forma tan directa de preguntármelo me dejo atontada y descompuesta, pero tomando aire y con un suspiro cansado respondí

-este lugar es mi refugio, la vida en el convento es muy aburrida y eso trae recuerdos triste y pues por esa razón me encuentro aquí

-¿Cómo es que ha salido de su hogar y llegado aquí aparentemente sin ser descubierta? disculpe mi indiscreción pero es que me tiene asombrado el que eso sea posible

Lo vi y note su curiosidad en la mirada así que decidí contárselo

-pues un día caminando por el bosque propiedad del convento caí en una cueva y en vez de pedir ayuda camine para ver donde llegaba y así encontrar este lugar-suspire- se supone que nadie debe saber que estoy aquí o tendré graves problemas

Entonces levante la vista la cual tuve en mis manos todo este tiempo y lo vi a los ojos suplicante.

Con un asentimiento d cabeza me dio a entender y confirmo lo que le estaba pidiendo “no iba a decir nada sobre aquel encuentro”

Pasamos callados únicamente viéndonos a los ojos, retándonos a ver quién baja primero la vista, tenía unos ojos tan hermosos que me perdía en ellos y hacia que me sintiera en paz pero a la vez muy inquieta y un temor que crecía en mi interios,no entendía como podía tener aquellas dos sensaciones al mismo tiempo, pero así era.

No sé cuánto duro nuestro duelo silencioso pero cuando note que ya era tarde me levante muy deprisa y despedí a la misma velocidad mientras salía corriendo de regreso a la realidad y él a lo lejos me observaba alejarme y desaparecer.

nuestro pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora