Maia Gilbert IV: Cura y maldición.

Capitulo 8.

-¡Esto es un desastre!- dije tomándome la cabeza y sentándome en la cama de Stefan, él puso un dedo en sus labios.

-Mira, no sabemos nada con certeza- dijo serio.

-¡Sí, lo hacemos! Lo que significa que su único deseo ardiente es hacerlo feliz, ¡al igual que Klaus y sus híbridos!- dije sobándome la cara.

-No, no lo es. Un vampiro engendrado por otro vampiro es uno en un millón. Tal vez no la afecte de la misma manera- dijo con una mueca.

-Ya sabemos que la está afectando. Se ha convertido en el perro faldero de Damon- el me miro molesto-¡Es verdad! Todo lo que dice, ella está de acuerdo. Todo lo que le pide que haga... lo hace.

-Necesitamos hacer algo- saque mi teléfono para llamar a alguien.

-Espera, no, espera Maia- me quito el celular- No puedes dejar esto solo antes de que sepamos lo que está ocurriendo.

-Necesito hablar con Tyler, ¿de acuerdo? Quizás él sepa qué hacer. No habla con Caroline, hablara conmigo- dije tendiéndole mi mano para que me diera el celular.

-Está bien habla con Tyler, pero por favor no se lo digas a nadie más. Si esto es cierto, entonces puede tener influencia en todas las acciones y emociones de Elena desde que se convirtió en vampiro- dijo tomándome de los hombros.

-Bien, soy una tumba- dije rodando los ojos.

-Y ahora, cámbiate de ropa porque tu vestido se ve realmente horrible- dijo con una mueca.

-Gracias, era mi vestido favorito- dije yendo hacia mi maleta- ¿En dónde dormirás?

-No es obvio, en el sillón- dijo suspirando- en lo que nos acomodamos todos- me sonrió.

-Yo puedo dormir ahí- dije divertida, el negó con la cabeza- entonces, duerme conmigo.

-No creo que sea lo correcto, Klaus me mataría...

-¿Klaus?- enarque una ceja- Voltéate me voy a cambiar- el obedeció.

-Dormiste ayer con el ¿no?- me pregunto.

-Si- dije seria- pero, no significo nada creo.

-¿Crees?- me pregunto.

-Ya puedes voltear- dije sentada en su cama, la palmee, él lo pensó un poco y se recostó a mi lado.

-¿Entonces?- me pregunto.

-Klaus es Klaus, cuando tenga lo que quiera se ira y me dejara aquí- dije encogiéndome de hombros- Aparte, no es nada serio, nada formal.

-Solo sexo- dijo divertido.

-No así, se escucha muy feo, sino que, me da miedo- dije suspirando y acostándome.

-¿Él te da miedo?- me pregunto el castaño apoyándose en su codo.

-Sí y no, me da miedo que mate a Elena o los mate a alguno de ustedes- dije mirándolo- tengo miedo por ustedes y bueno, también le tengo miedo a el- reímos. Stefan se iba a levantar pero se lo impedí- duerme aquí, no voy a hacerte nada- lo dudo pero se quedó.

-Buenas noches, Maia- dijo volteándose- gracias, eres la mejor.

-¡Ay! Qué bonito- dije abrazándolo, el rio y atrapo mi brazo haciendo que nos quedáramos dormidos así.

Toda la noche escuche gemidos y se los juro que no eran míos, ni de Stefan, sino que nada más y nada menos que el Salvatore mayor y mi hermana, no dormí en toda la noche de estar escuchando y lo único entretenido que tenía era el cabello de Stefan quien al parecer era de sueño muy, muy pesado. Cuando la película de mi hermana y su nuevo novio termino pude dormir un poco hasta que sentí un peso aplastándome.