4. Mercedes de la Selva

115 1 1
                                    

El resto de días transcurrieron con normalidad. Normalmente Mireia y yo follábamos en mi despacho en muchas posturas diferentes: en la silla, contra la pared, debajo de la mesa...

Un día de esos Mireia me dijo:

-Oye, tengo una amiga que va a venir desde Perú y le da morbo hacer un trío, y como las dos somos bisexuales queremos follar contigo. Dice que le pone mucho tu barriga que cuelga.

-Me ponen mucho las latinas.

-¿Eso es un sí?

-¿Tú qué crees?

Y me comió la polla.

Me dijo que iba a venir esa misma noche a España y yo me fui a casa muy contento.

Cuando llegué María notó mi felicidad y parece que no le sentó muy bien:

-¡OYE ELVER! ¿QUIÉN COJONES TE CREES PARA SONREÍR Y VENIR CONTENTO A CASA? ¡SI TÚ VAS A ESTAR FELIZ VA A SER POR MÍ, NO POR TU TRABAJO DE MIERDA O ALGUNA OTRA GUARRA! ¡¿EH EH?!

-Oye María, no me toques los cojones.

-¿QUE NO TE TOQUE LOS COJONES? ¡PUES NO SONRÍAS!

-¿Y si quiero sonreír qué pasa?

-Que te echo de casa.

Era mi oportunidad de alejarme de la Harpía.

Seguí sonriendo.

-¡FUERA DE MI CASA, HIJO DE PUTAAAA!

《Madre mía, a esta mujer le faltan veinte tornillos》

Cogí mis cosas y me fui.

Fui al piso de abajo y llamé a la casa de Mireia.

-Holaaaaa, soy Elver. Mi mujer me acaba de echar, ¿puedo quedarme aquí indefinidamente?

-Claro, guapo. Pasa, pasa. Cuéntame qué ha pasado con tu mujer.

-Pues bueno, he sonreído y le ha molestado. Y como no he parado de sonreír me ha echado.

-Sí, algo he oído. Esa mujer siempre grita mucho.

-Esto... oye... ¿cuándo va a venir tu amiga?

-Pues dentro de poco, no debe tardar mucho. De mientras voy a preparar la cena.

Se puso a cocinar patatas fritas y un huevo frito para cada uno. Al cabo de un rato llegó su amiga.

Era muy guapa, de piel morena, pelo rizado, ojos muy oscuros y pelirroja de bote. Medía más o menos lo mismo que Mireia y tenía un culazo.

-Hola, ¡cuánto tiempo, amiga! ¿Cómo has estado?

-Ay Mercedes, mi amor, te he echado mucho de menos.

-Yo a ti también -entonces me miró a mí-. Y tú debes de ser Elver. Un gusto conocerle.

-Hola nena, ¿cómo va todo?

-Hola papi, ¿te gustan las mamis latinas?

《Cómo me pone ese acento, pero no entiendo muy bien lo que me ha querido decir》

-Espera, espera, para el carro. ¿No crees que es un poco pronto para pensar en hijos? Tengo 50 años y no he querido hijos en todo este tiempo, ¿por qué iba a quererlos ahora?

-Jajajajaja, además eres chistoso. Estoy comenzando a amarte y no llevamos juntos ni cinco minutos, papishulo.

Y sin poder aguantar más les solté:

-¡JODER, QUÉ PERRACO ME PONÉIS! ¿PERO PODEMOS FOLLAR YA?

-Jajajajaja -se rió Mireia- tan directo como siempre, qué mono eres.

Mercedes se sorprendió mucho al escucharme, pero se encogió de hombros y dijo:

-Yo quería cenar primero pero puedo cenarte la verga antes.

Nos miramos entre nosotros y seguimos a Mireia hasta la habitación. Mireia empezó a desnudarse y Mercedes también. Cuando yo me quité la camiseta mi hermosa latina me miró y dijo:

-Oh, sí, papi. Cómo me gustan los gordos sebosos como tú.

Después de este comentario se acercó a tocar mi barriga y manosearla.

-Si hasta tienes más senos que yo, papito -después de decir esto me mordió un pezón y gemí.

Mireia observó la escena sorprendida, pero al final se rio de forma muy descarada.

-¡JAJAJAJAJAJA! Veo que os llevais bien. Eso me alegra.

Se tiró a la cama y se abrió de piernas.

-Vaya, muchachita, ya veo que tú no pierdes el tiempo.

Me tiré encima suyo y Mercedes se quedó observando con ganas de unirse. Me dio pena así que le ofrecí que se uniera.

Cuando se quedó en ropa interior empecé a verlo... toda esa perfección que veía en ella se fue a la basura...

《Qué ascazo por favor》

-Guau... esto... sí que eres... exótica...

Mercedes notó mi incomodidad, pero le dio exactamente igual y empezó a hacerme un pajote de los ricos... pero no se me subía. ¡Eso fue todavía más incómodo!

Estaba muy buena, pero los pelos en el chocho le quitaban todo el encanto.

Pero gracias a Mireia conseguimos caldear de nuevo el ambiente y no fue tan desastroso como parecía.

Después del polvo nos pusimos a cenar y se me ocurrió decirle a Mercedes:

-Oye, a la próxima depílate el coño, que le quita todo el morbo al asunto.

Mireia abrió la boca después de aquel comentario, yo no entendía nada hasta que vi la cara de Mercedes.

-¿PERO QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA DECIRME QUE ME DEPILE LA CONCHA? ¡MACHISTA! ¡POR GENTE COMO USTED EL MUNDO VA A PEOR!

-Oye nena, lo siento si te ha ofendido.

Refunfuñando me contestó:

-Mira, te perdono pero porque me pone tu grasa y quiero seguir follando contigo, que si no te faltaba casa para correr.

《Joder, qué mal, que esta tía folla como el culo... igual deberíamos probar eso.》

-Vale, gracias.

Y de nuevo Mireia ayudó a que el ambiente fuese un poquito más cómodo. Después, nos fuimos a dormir.

Al día siguiente María me llamó y me hizo volver a casa.

Cuando me abrió la puerta estaba muy tranquila y sonreía.

《¿Qué mosca le habrá picado?》

-Buenos días Elver, espero que te lo hayas pasado bien durmiendo en la calle.

-Uy, sí, súper emocionante. Me ha encantado esta experiencia -mentí.

-Deberías haber escuchado los gritos que pegaban los vecinos de abajo anoche. ¡Qué escándalo! A ver cuando tenemos una noche salvaje, cariño...

《Contigo, nunca más en la vida》

-Esto... no creo que el sexo sea capaz de arreglar esta relación. Ya pasó lo mismo con el perro. Lo compré para que lo cuidáramos como a un hijo y aquí el único que se encarga de él soy yo.

-¿Pero qué dices, Elver? Si yo le doy mucho amor.

-Sí, ¿pero aquí quién tiene que recoger la mierda que suelta, eh?

-Tú, pero es que yo estoy muy ocupada.

-¿Haciendo qué, puta loca? -me estaba empezando a cabrear.

-¡¿QUE, CÓMO ME HAS LLAMADO, HIJO DE PUTA?!

-Nada, nada. Pero por favor no me eches de nuevo.

Y se fue llorando al balcón.

-No me sigas Elver, mi vida ya no tiene sentido. Ya no quieres follar conmigo, de hecho ya ni me quieres... me quiero morir.

-Pues vale.

Y se tiró por el balcón.

El Capitán Aguaplast🔥💦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora