10. Mi polla abajo porque arriba España

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Llegué a casa y María me recibió con un cañón de confeti rojo y amarillo. VAYA PUTO SUSTO.

-¡Feliz día de la hispanidad, cariño!

-Hostia, ¿que era hoy?

-Pues claro, ¿cómo no te puedes acordar de uno de los mejores dias del año? ¡VIVA ESPAÑA, JODER!

-Lo siento, últimamente tengo la cabeza en otras... partes. ¡VIVA, VIVA!

-Ay cariño, al ser hoy un día tan especial deberíamos follar... por España -dijo con voz seductora.

-¿Pero hoy? Hoy es el día de España, hay que glorificar a nuestra patria. Hoy mi polla debe estar abajo... ¡PORQUE ARRIBA ESPAÑA!

-Tienes razón. ¡ARRIBA, ARRIBA!

Hubo un largo silencio incómodo que terminó por romper María.

-¡Oye! ¿Sabes que hay una manifestación en contra del fascismo catalán que organizan los de Ciudadanos y los de VOX? ¡Vamos a partirle la cara a los rojos y a los antitaurinos!

-Me parece bien, es un buen plan para hoy.

《Mejor que quedarnos en casa y que me viole... bueno, tampoco sería la primera vez》

Cogí la bandera española del trastero y, después, me vestí con un chaleco y un polo. De parte de abajo llevaba unos pantalones ajustados y de calzado los zapatos de mi boda.

María salió del baño, despampanante, con un vestido confeccionado con los colores de la bandera. En la parte izquierda de su torso llevaba diferentes chapas: una con el aguilucho de Franco, otra con un toro y otra con el logo de Vox.

《Joder, después de casi 30 años casados y más de 15 sin querer tocarla ni con un palo y me está empezando a poner cachondo otra vez... ¡ELVER, RECAPACITA! Hoy lo único que debe levantarse es Españita》

Después de esos 4 segundos de lujuria se me pasó el calentón. Le pusimos a Adriansito el collar y la correa de la bandera de España y nos dirigimos hacia la manifestación.

El ambiente era bastante agradable, la gente coreaba el Cara al Sol y gritaba ¡VIVA ESPAÑA! ¡PUTOS CATALANES!, entre otras frases y canciones patrióticas al unísono. Al cabo de un rato, me pareció ver una silueta familiar a lo lejos.

¡Era mi amigo el policía, que es policía! Iba con su mujer y su hijo y me acerqué a saludarle.

-Hombre, Pedro, ¡qué grata sorpresa!

-Buenas, Elver, ¿cómo te va todo? ¿Y esta señora quién es? ¿Tu nueva novia? Ya veo que no pierdes el tiempo -me guiñó un ojo.

En ese momento entré en pánico, ya que María podía llegar a descubrir todas las infidelidades pero, por suerte, ella dijo:

-Elver, ¿quién es? ¿Es un amigo del instituto?

-SÍ SÍ CLARO, EXACTAMENTEEEEE -miré a Pedro con desesperación para que me siguiera la corriente, mientras su mujer observaba la escena atónita- Pedro, te presento a mi mujer, María. Llevamos casi 30 años casados.

-¡Andaaaa! ¡Pero bueno, ligón! Seguro que eres un marido estupendo -dijo con cierta ironía.

《¡Qué incómodo! ¡Puto Pedro, por esto me tendrás que invitar mínimo 5 veces más!》

Después de hablar un rato de la manifestación y de lo españoles que nos sentíamos decidimos seguir nuestros caminos por separado. Casualmente, María y yo pasamos delante de unos baños móviles.

-Elver, ¿qué tal si entramos ahí? Me estoy muriendo de ganas de hacerte el amor.

-¡ARRIBA ESPAÑA! Olvídate del sexo, hoy es el día de nuestra patria. Hoy es el día que conquistamos medio mundo -intenté excusarme como podía.

La verdad es que no tenía ganas de follármela, pero ya me había acostumbrado a hacerlo en sitios públicos y tenía ganas de probarlo en uno de esos minibaños. ¡Una experiencia nueva a la lista! Además, podía imaginarme la cara de Mireia, así que no tenía por qué ser tan malo.

-Cariño, hace tanto que no exploras en mi interior que mi vagina quiere que la redescubras... Amor, ¿no harías eso por mí? -insistió.

-¡MARÍA, ERES UNA PESADA! Y eso me pone... -la agarré del brazo y entré junto a ella al baño.

La verdad es que fue bastante incómodo, no solo por la cara fea de la Harpía, sino porque apenas había espacio para una persona y, encima, con lo gordo que estoy, ¡casi lo tiramos abajo de tantos botes!

Cuando salimos había una enorme cola de personas esperando para entrar y que nos estaban mirando fatal. ¡JODER! ¡Ni que fuese para tanto!

Nos habíamos despistado tanto que habíamos perdido a Adriansito. Cuando nos dimos cuenta, a María le dio un ataque de ansiedad pensándose que le habría atropellado algún coche. Por suerte, el perro se guiaba por su olfato y nos estaba esperando en el portal de casa. ¡La única cosa para la que es listo!

Por la noche estuvimos viendo el telediario y cómo los catalufos habían organizado contramanifestaciones llamándonos fascistas, ¡VAYA ESTÚPIDOS! Esa noche me fui a dormir muy cabreado. De hecho, me cabreé tanto que por lo visto le estuve pegando puñetazos a María, que se despertó con la cara hinchada insultándome y llamándome maltratador. ¡LO QUE ME FALTABA, QUE SE VUELVA FEMINAZI!

El Capitán Aguaplast🔥💦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora