Capitulo 6

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La mañana llegó, Nancy abrió los ojos y se desperezo, observó a su alrededor y se sentó en el mismo sillón en que se hallaba acostada.

Se quedó un rato pensativa y luego miro la mesa de centro que estaba frente a ella, observó un poco más arriba y encontró la foto del día de su boda. La tomo de aquel delicado marco en el que se encontraba, y acarició de manera suave y delicada la foto.

Flashback

Se encontraba frente a aquel espejo, colocándose los aretes que su tía gentilmente le había obsequiado, dió un último arreglo a su vestido y miro una vez más su reflejo inclinando la cabeza.

-Esta todo listo, solo faltan las novias.-dijo Gabriel apareciendo en el pequeño cuarto.

-Bueno, entonces ya es hora.-contesto Nancy.

-Yo estaré a un lado de la puerta trasera esperándote, Luz está afuera con el auto por si lo necesitas.-comento Gabriel mientras ambos salían de la habitación.

Llevaba todo lo que una novia necesitaba, algo viejo, algo nuevo, algo azul y algo prestado.

Sus amigos se encontraban sentados en aquel salón aguardando por su llegada, sus mejores amigos la esperaban en la salida listos para huir por si se arrepentía.

Era muy poca la gente que se encontraba en el lugar, algunas de sus tías por parte de su madre, su tía Irene por supuesto quién la había criado, sus hijos y su esposo, se encontraba más familia de su padre, casi toda y aún así casi no los conocía, se hallaban sus amigos más cercanos y en la fila principal solo hacía falta un asiento, su madre.

La hacía sentir nostalgica, pero no debía ponerse así finalmente se trataba del día más feliz de su vida, llegó a la entrada del pasillo, su padre tomó su brazo y Gabriel se colocó en el lugar que le dijo.

Comenzaron a caminar, Nancy sentía que el estómago se le revolvía y por un segundo pensó en hechar a correr, entonces la vió, en su hermoso vestido y con su sonrisa que resplandecía, toda ella era hermosa y entonces tuvo por seguro que era con ella con quién quería despertar cada mañana, a quién quería besar a tes de dormir y con la última persona con la que quería discutir.

Llegó a su lugar y la ceremonia legal inició, no había nadie más feliz en el mundo que ella, cuando tomó su mano lo supo, tenía que amar a esa mujer hasta que sus fuerzas para más no dieran, hasta que los días se le terminarán, tenía que amar cada uno de sus detalles.

Fin del Flashback

Llevo esa lección, a cada pelea que tuvieron, a cada pequeño brote de celos, en cada beso e incluso en cada noche que pasaba a su lado, llevo esa lección hasta aún después del engaño.

No pudo evitarlo, las lágrimas brotaron, se limpio el rostro y subió en silencio a la habitación. Saco del closet dos de sus maletas y empezó a empacar toda su ropa, vio a Miriam aún dormida, se metió a dar una ducha y trato de ser lo más breve posible.

Salí de bañarse y se colocó la ropa que había preparado, una blusa de puntos blancos y un suéter color mostaza, combinado con unos jeans negros.

Salió del cuarto de baño y tomó ambas maletas, bajo de nuevo a la sala y fue por un vaso de agua, se sentó de nuevo en aquel sofá y tomó sus papeles personales, los acomodó en una carpeta y se dedicó a reacomodar su ropa y todas sus demás pertenencias.

Miriam despertó, le dolía horrible la cabeza y después recordó el porque, se levantó y fue en busca de su bata, tomo unas sandalias, se las puso y bajó. Entró a la cocina y preparo dos tazas de café, fue hacia la sala y encontró a Nancy sentada en el sofá, Miriam se paró a un lado y le extendió a Nancy una taza de café con una gran sonrisa.

-Bueno días.

-Ah hola, ¿Te encuentras mejor?-pregunto Nancy tomando la taza.

-Si ya estoy mejor, Nancy yo, bueno tú y yo debemos hablar.- dijo finalmente la castaña.

-Miriam, no es algo que se pueda arreglar, intenté todo contigo y nada funciona, ya no sé qué hacer no sé si quedarme, irme o no se.- respondió Nancy.

-Nancy, sé que lo que hice estuvo mal, pero te prometo que no se volverá a repetir, podemos ser felices, no dejemos que esto nos destruya.-contesto Miriam.

Y en ese momento la pelinegra cambio su expresión totalmente, se puso sería y la cólera se apoderó de ella.

-¿¡Me crees estúpida!? Yo sabía que te revolcabas con alguien más desde hace tres años Miriam, no soy idiota, me engañaste durante tres años y por alguna estúpida razón, creí que podías cambiar, que podias dejarla y podían arreglarse las cosas, pero no.

-¿Por qué no lo habías dicho?-pregunto Miriam apenada.

-¿¡Eso importa ahora!? Ya lo hiciste no hay remedio y sabes que es lo peor, que ni siquiera tengo el derecho de estar reclamandote, cuando yo también la cagué.-grito la pelinegra.

-¡Maldita sea Nancy! Me engañaste y ahora me gritas, no ves que ambas cometimos un error, no puedes simplemente dejar de hacerte la víctima.-respondio Miriam.

-No, no puedo porque al menos yo lo admito, así como también admito que estaba ebria y que el tipo con el que me acosté folla mejor que tú.- escupió Nancy dirigiéndose a la entrada.

-¿Y ahora donde irás? ¿Piensas dejarme aquí como idiota?-pregunto Miriam furiosa.

-Ire a recuperar mi vida, porque por ti deje hasta a mí madre y no, no voy a dejarte como idiota, porque la única idiota aquí fui yo, ahora si eres libre de revolcarse con tu amante cuantas veces quieras.-dijo Nancy tomando las dos maletas y dando un portazo.

Se dirigió hasta su auto, abrió la cajuela y metió ambas maletas, se subió y tomó el volante, pizando el acelerador a la velocidad más prudente que pudo, pero también tratando de huir lo más rápido que podía.

Entre Las Piernas EquivocadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora