9. "Mejores amigos. Siempre seremos mejores amigos."

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Me trepé encima de el, y acomode mis piernas sobre su cintura. Tome su rostro entre mis manos, y luego volví a besarlo. El posó sus manos sobre mi cintura, y comenzó a acariciarme sobre la tela de mi vestido.

Mierda.

Me sentía tan bien a su lado. Nunca había tenido un sentimiento más sincero que esto. Besar a una persona que realmente amaba. ¿Esto? Esto si era el mejor sentimiento.

Continué besándolo. Me estaba comenzando a quedar sin aire, pero ignoré eso y seguí con nuestro beso, moviendo mis labios sobre los de el. Dejé de agarrar su rostro, y luego llevé mis manos hacia su cabello, para poder acariciarlo.

Me separé de el en busca de aire, y luego el junto nuestras frentes. Me quede observando sus ojos por unos segundos, y luego sonreí. El igual me sonrío, y luego me deposito un corto beso en mis labios.

Aún continuaba acariciando su cabello.

— Chloe.. — susurro en mis labios con los ojos cerrados.

Nuestras respiraciones se escuchaban en toda la habitación.

Lo observé, aún pegada a su frente.

— ¿Dime? — pregunté.

El abrió sus ojos, y luego me observo.

— Te amo.. — susurro en mis labios.

Dios.

Lo amaba.

Cuanto lo amaba.

— Yo mucho más.. — susurre en sus labios.

El sonrió. Yo igual sonreí, y luego deposité un suave beso en sus labios.

— Vámonos de aquí. Después de todo, ya estamos con quienes queremos estar. — susurro, y luego sonrió.

Yo asentí con la cabeza, y luego me separé de el, para poder pararme de encima de el.

Me paré, y luego el se paró. Sentí como agarro una de mis manos, y comenzó a caminar conmigo hasta la puerta de la habitación.

Félix abrió la puerta, y ambos salimos de la habitación. Comenzamos a caminar por el enorme pasillo, y luego comenzamos a bajar las escaleras.

Aún seguíamos agarrados de manos. Sonreí al ver nuestro agarre.

Llegamos al primer piso, y aún había muchísima gente por toda la gran mansión. Todos aún brincaban de un lado a otro, y la música continuaba súper alta, que juraría que explotaría mis oídos.

Noté a lo lejos a Jonathan, besándose con Gabriela.

Me sorprendí al haber visto esa escena.

Que puta es.

Ignoré todo, y luego salimos de la mansión.

Aún afuera de la mansión tenía muchísimas personas. Muchas más personas de lo que había hace unas horas atrás. Por Dios, cada hora que pasaba, más personas llegaban.

Sentí como alguien me había jalado bruscamente, interrumpiendo mis pensamientos y rompiendo el agarre que tenía con Félix.

Me gire rápidamente, y noto qué.., mierda.

¿Como me volvió a encontrar?

Era el idiota de horita.

— Aquí estas maldita. Te estaba buscando por todos lados. Tú serás mía, ¿Okey? — dijo con aliento a alcohol.

Mentir Para No Herir. {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora