14. "Mi querida tonta Chloe"

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Note como de algún momento el auto había parado totalmente. Mire a mi alrededor y noté que ya habíamos llegado a la high school.

Mire a Preishariz, quien se encontraba algo sería.

— Bueno, ya llegamos. — afirmó.

— Si. ¿Vienes? — pregunté con una sonrisa.

Quería tratar de alegrarle el día.

— Entraré después. Puedes ir tú si quieres, para que busques a Félix. — respondió con una sonrisa.

Ella comenzó a alzar sus cejas a la vez una y otra vez, queriendo decir que me gustaba.

Yo reí y luego negué con la cabeza varías veces.

— No seas idiota Trinidad. — dije riendo.

Luego le di un pequeño empujón.

— No te hagas la tonta Chloe. Se que sientes algo por Félix. Otra cosa es que no lo quieras admitir. — afirmó riendo.

Yo me uní a su risa.

— ¡Claro que no! — exclame riendo. — Hemos sido mejores amigos desde que éramos pequeños, y tú lo sabes, todos hemos sido mejores amigos desde esos tiempos. Es como un hermano para mi... — afirme.

Preishariz rodó sus ojos mientras reía.

— Okey, okey, está bien. Como tú digas señorita Sandman. — dijo riendo.

Luego se bajó del auto rápido, y me dejo sola dentro del el.

¿Es Enserio Trinidad? JA

¡La matare!

Agarre mi mochila y de igual manera me baje de su auto. Comencé a correr para poder alcanzarla, ya que estaba más adelantada que yo.

Pero cuando estaba a punto de alcanzarla ella comenzó a correr igualmente para que no la pudiera alcanzar.

Juraba que parecíamos dos niñas pequeñas corriendo para la entrada de la escuela. Era simplemente lo mejor pasar momentos como estos con tu mejor amiga.

Locuras. Muchas locuras y que nunca acaben esas locuras que siempre hacemos para reír y estar felices ambas.

— ¡Eres una tonta! — exclame riendo.

Aún seguía corriendo tras de ella. Ella igual corría para que no la pudiera alcanzar.

Ambas llegamos a la entrada de la high school aún corriendo, y todas las miradas se posaron sobre nosotras en cuanto entramos.

Preishariz se rindió y dejó de correr, y al igual lo hice yo. Teníamos nuestras respiraciones agitadas de lo mucho que corrimos, y reímos a la vez.

Comencé a reír y Preishariz se unió a mi risa.

— ¿¡Porque corrías de mi tonta!? — pregunté riendo.

Preishariz solo reía y no podía responder debido al ataque de risa que tenía.

Yo dejé de reír y noté como varias miradas aún seguía posadas sobre nosotras. Mire a Preishariz y le di un codazo para que dejara de reír.

Preishariz miro a su alrededor y luego paró de reír.

Yo alce una de mis cejas, y luego me cruce de brazos.

Mentir Para No Herir. {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora