Narra Hanna
—Para haber estado en coma varios meses usted está muy bien señorita, es muy sorprendente pero al parecer esta misma tarde podrá salir de aquí—decía el doctor que tenía frente a mi
Sonreí por impulso, quería estar lo más pronto posible lejos de este lugar
—¿Está misma tarde?—pregunte aún emocionada
—Por supuesto, empezaré a hacer los trámites y en un par de horas estará fuera
Asentí y lo vi salir sin antes darme una sonrisa
—¿Escuchaste eso? Hanna vas a salir hoy—dijo Evelin frente a mi
—Ya se, Necesito empezar a arreglarme, mi bebe y yo estaremos juntos esta noche por fin
—Ten—me dijo extendiendo una pequeña maleta—Aquí tienes todo lo que necesitas, ¿quieres que te ayude?—me pregunto con nerviosismo
—Claro que no, en 1 hora estaré lista y nos iremos—dije entusiasmada
—¿Iras al departamento?—pregunto nerviosa
—Si, iré a recoger mis cosas lo antes posible, sabes que no quiero encontrarme con Cole
—El llegará esta noche, me lo dijo en una llamada
—Pues para esta noche ya no estaré aquí—dije sonriendo
—Vamos apúrate que el tiempo vuela—dijo saliendo de la habitación
Y así lo hice, alise mi cabello con las manos y me levante para ir directo a la pequeña ducha que había en la habitación del hospital, me tomo 25 minutos salir de ahí perfectamente limpia, salí y me puse mi ropa interior de algodón que me hacía sentir cómoda, un pantalón de mezclilla liso y una blusa blanca con un estampado que decía "fuck you" -perfecto para la ocasión-pense, me puse una chaqueta de cuero negra que había traído Evelin y procedí a ponerme mis converse por último me miré en un pequeño espejo que estaba en la maleta junto a varias cosas de maquillaje
Mi cara ahora lucia más pálida de lo normal, había pequeñas ojeras que cubrían mi rostro y las pecas resaltaban en mi rostro, mi cabello lucia más largo y más alborotado de lo normal
Me comencé a maquillar para tratar de que las horrendas ojeras desaparecieran y así lo hice, un poco de rímel para alargar las pestañas, un pinta labios clarito y un poco de rubor para que no se notara mi palidez y por último mi cabello lo cepille con sumo cuidado y puse algunas cremas para que no se alborotara con El Paso del día y por fin estaba lista, sonreí a mi reflejo y me encamine a la pequeña camilla que estaba ahí
Hoy por fin vería a mi pequeña hija y la emoción me emanaba por cada poro de mi cuerpo, estaba tan feliz que recordar a Cole no me afectaba en estos momentos
—¿Estás lista?—pregunto Evelin entrando al cuarto
—Lo estoy—Dije acercándome a abrazarla
—Vamos entonces—dijo dándome un beso en la mejilla y así salimos de la habitación
Hicimos algunos papeleos donde tuve que firmar y salimos por fin del hospital
El aire me pegaba en la cara y el sol me iluminó por unos segundos, me costó un poco acostumbrarme a la luz natural y sonreí
—Estas de vuelta amiga—Dijo sonriéndome
Sonreí en respuesta y así caminamos tranquilamente
Los nervios se empezaban a apoderar de mi, Evelin de había encargado de decirme que Cole vivía con alguien más que aunque solo había sido al principio por ganar un poco más de dinero ahora ella era su novia y seguía viviendo en el departamento y que aparte de todo estaba embarazada, cuando había mencionado eso las lágrimas habían caído como cascadas por mis ojos porque yo amaba a Cole y tal vez lo seguiría amando siempre y saber que me había traicionado de tal manera me había roto el corazón de tal manera que sabía qué tal vez nunca lo iba a perdonar y que ahora solo lo que nos unía era nuestra hija
—¿Segura que estás lista?—pregunto Evelin cuando estuvimos fuera del edificio
Le sonreí en modo de respuesta y me adelanté a entrar
Evelin me tomo de la mano y subimos por el elevador y con El Paso sabía que pronto la conocería, mis nervios aumentaban cada vez más y más hasta que estuvimos en la entrada
—¿Tienes la llave?—pregunte nerviosa
Me la entendió y me dio una última sonrisa antes de entrar
Abrí lentamente y suspire al ver todo perfectamente arreglado, un toque de mujer era lo que había notado ahora y una chaqueta en el piso y una mochila escolar me habían hecho sentir mal
Seguí caminado en silencio mientras Evelin cerraba la puerta detrás de mi
Camine directo a la que era nuestra habitación y me encontré con ropa de mujer tirada por todo el lugar, la sangre me empezó a hervir y me apresuré a ir al pequeño armario que había donde yo había dejado mi ropa guardada pero no encontré nada de lo que era mío y en vez de eso estaba la ropa de otra chica, suspire y salí de ahí, tomé una llave que habíamos escondido y abrí el pequeño cuarto donde dormiría nuestra pequeña, todo estaba desordenado y me apresuré a guardar las cosas como ropa y todo lo que yo le había comprado lo guardé en una pequeña maleta que llevaba y salí de ahí
—Podemos irnos—dije tratando de sonreír pero una pelirroja interrumpió mi paso
—¿Quien eres tú y qué haces en mi casa?—dijo mientras yo la analizaba de pies a cabeza
Era bonita no lo negaba
No quise decir una palabra y pase a su lado empujándola mientras Evelin me miraba alerta
Le sonreí en nuestra de que no pasaba nada aunque por dentro estaba a punto de explotar, tomé el pomo de la puerta y cuando estaba a punto de abrir un brazo me detuvo
—¿Te hice una pregunta estupida?—dijo esta vez la pelirroja
Tomé aire intentando no explotar
—En primera a mi no me vienes a insultar—dije tratando de guardar la calma—en segunda está es mi casa y yo puedo estar aquí las veces que quiera no como tú que eres una zorra—dije volteando de nuevo dispuesta a irme pero unos brazos a mi alrededor me lo impidieron
El olor a cigarrillo y el perfume que tanto conocía invadieron mi nariz, empecé a escuchar un llanto descontrolado y por instinto lo empujé
Era él, era Cole.
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Por fiiiiinnnnnn!!!
Se están encontrado otra vez ¿que creen que pase? ¿Están listos para lo que viene?
Esperen el próximo capítulo que cada vez está más cerca del final y no olviden seguirme Para que les llegue la notificación del nuevo capítulo.
Besos!❤️
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Sin segundas oportunidades.
Ficção AdolescenteCuesta comprender que todas las promesas y todos los sueños que habíamos dicho ya no serían, que se habían desvanecido aquel frío 28 de enero y se habían resbalado de mis manos como se me resbalaba tu sangre. Cuesta comprender que nos habíamos pasa...