Un hasta pronto, no es un adiós Capitulo 1

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- Tengo la impresión de que te marchas para siempre. No te has ido aún, pero, me invade la tristeza de perderte –le susurro mirándole a sus profundos y marcados ojos marrones–.

Apenas podía pronunciar palabra, pero lo veía feliz. No por su partida, si no por la separación que conlleva. Estaba emocionado por los grandes cambios que se avecinan, del cual llevaba toda su vida esperando.
- Sabes, me cuesta mucho irme. La idea de no verte más. Me derrumba– le dijo con un tonto apagado– , Pero también, soy consciente de que nos vendrá bien el cambio.

El no sabía cómo reaccionar a sus palabras, pero sentía que lo perdía.
A pesar de que su marcha solo será un año. Lucas sabía que no era una simple despedida, su corazón y su mente le advertía que no lo volvería a ver.
Su rostro entristecido, solo podía expresar una tímida sonrisa de conformidad. Pero, él mismo se engañaba. Recogió la maleta que había tras la puerta, y en ese momento por su memoria recordaba esos días de risas, lágrimas , alegrías y penas.

Cuyas lágrimas le había servido de aprendizaje junto a él.
No podía reprimir y dejaba caer pequeñas lágrimas, que le producían cierto cosquilleo en su mejilla. Aunque trataba de que Mikel no lo viera, pero el lo agarro fuerte del brazo y lo beso como nunca antes.
- Volveré – con cierta felicidad–, y cuando lo haga. Te pediré matrimonio. Quiero compartir mi vida a tu lado.
- Te extrañaré mucho Mikel. – la tristeza era tan exagerada que no podía reprimir el llanto–. No quiero que dejes de besarme, no quiero olvidar todo esto, tus besos, tus caricias.

Aunque trataron de sonreír, Lucas apenas podía contener su llanto, pero Mikel se tenía que marchar.
- Te amo !! – lo besó –. Recuerda siempre ... un hasta pronto , no es un adiós. Nos vemos en un año. De nuevo, ¿de acuerdo? –Posaba su dedo corazón en los labios–.

Ambos se volvían a fundir en un beso tan intenso que se podía percibir el amor que profesaban, por cada rincón de la casa.
Pero, afuera alguien esperaba a Mikel. El claxon de un coche no dejaba de pitar.
Estaba triste, apenado. Por ni siquiera poder despedirse de su amor en el aeropuerto.
Pero Mikel, salía y tras él la puerta se cerraba. Se abalanzó hacia la puerta y sin dejar de llorar se arrodilló postrando su espalda en el. Podía sentir a Mikel en la misma posición y se abrazó fuerte a su pecho.  – Te quiero , te quiero intentaba decir a medias , pero sus palabras apenas se podían escuchar con claridad–.

Cuando tan solo había transcurrido un par de horas. Desde que su vuelo salió rumbo a Pekín, desesperaba por saber de él, hablar con él.
Aunque tarde o temprano su teléfono sonaba y sería su voz la que escuchara.
Pasaban las horas y se las pasaban mirando todas esas fotografías que compartían juntos. Días y momentos llenos de felicidad.
No veía el momento, que se abriera esa puerta y apareciera él.
Sentía una presión en el pecho. Por su cabeza llegaban voces. Voces susurrantes que apenas podía entender. Eran tan fuertes que el sonido que sentía eran de tristezas. Dolor, mucho dolor, y rabia.
Esas palabras se agudizaban y provocaban un intenso dolor en su tímpano - Para, para. Por favor !!!!–gritaba de desesperación–.

Era tan fuerte la sensación que tenía adentro de dolor que sin poder reaccionar y casi sin pensar, que su cuerpo entraba en posición fetal. Provocándose en si, un molestoso dolor muscular.
Escuchaba un fuerte estruendo y con él las voces, desaparecían.
-Mikel !!! – gritaba con desesperación–.
El vibrador de su móvil daba entrada a una llamada. Hasta que comenzó a sonar la melodía. Una preciosa balada que pertenecía en señal de su amor.
Sin apenas fuerzas , podía coger el teléfono desde el suelo. Tan solo, pasaban unos minutos y volvía a sonar.

- Lucas, cariño ...– con la voz entrecortada–.
- ¿Mikel?.. es ... que ¿puedes llamar? Es imposible que hayas llegado a Pekín, tan rápido– le dijo con un tono preocupante–.

A Lucas, su voz le temblaba. No podía articular ni media palabra, apenas se le entendía.
Pero, Mikel. Parecía otra persona. Su voz, era diferente. Extraña, pálida. Sonaba a perdida.
- Mi amor, no puedo ... perdóname... te amo – con mucha desesperación, sentía su despedida–.

La llamada, se detuvo uno instantes, hasta que un sonido rimbombante como si bajara del universo, cortaba la llamada.

No sabía qué pensar, algo estaba ocurriendo. Por su mente pasaron todo tipo de cosas. Estaba desesperado, llegando incluso a sentir cierto agobio. Algo, alguien, le advirtió y encendió la tele sin ser consciente de su acción.
<< Atentado en el aeropuerto de Pekín. Un avión comercial, había sido secuestrado y posteriormente varios testigos pudieron observar como el aparato daba varios giros y caía al mar. Provocando la muerte a trescientas personas, entre tripulantes y pasajeros>> .
Comentaba el reportero enviado especial a la ciudad de Pekín.

Su corazón se rajaba literalmente dejando de latir. Le faltaba aire y con cierta fuerza que ni él mismo sabía de dónde la sacaba. Podía respirar.
Atento a la pantalla, observaba cómo las autoridades aceptaban y daban por echo el fallecimiento de todos los pasajeros. En ese momento la ciudad era declarada en cuatro días de luto.
Había sido la última persona que vio a Mikel con vida. No volver a verlo, besarlo, abrazarlo lo había perdido. Y con él, todas las ilusiones de futuro se habían esfumado.

Su teléfono, volvía a sonar. Familia , amigos , compañeros. Todos estaban al tanto de lo que había ocurrido. ¿Lucas?, pobre Lucas.
Deseaban, que fuera un error, pero Lucas no estaba preparado para hablar con nadie y estampó su teléfono contra la pared.
- Mikel !!!! –gritó sin piedad, dejando su voz desgarrada–.

Sus cuerdas vocales rompían, perdía poco a poco la voz. Solo quería llamarlo, pero no tenía voz.
Sintió las sirenas de las ambulancias en un ir y venir por la calle. Sus vecinas a las que siempre saludaba con mucha cortesía y amigable. Se reunían frente a su puerta y entre murmullos escandalizadas por los gritos que escuchaban.

Quería verlo, besarlo. Estar con él como siempre. Por un momento logro recordar su última frase << un hasta pronto, no es un adiós>>.

Pero lo fue, realmente. Lo fue

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