Sus padres antes de fallecer, le habían inculcado unos valores.
Basados en el respeto y el amor hacía lo material, pero sobre todo, a las personas.
Pero sin embargo. A él, no le enseñaron a entender algunas circunstancias de la vida. Simplemente, le desgarraba el corazón.Lo primero que se le pasó por la cabeza, quedarse solo. No tenía familia, estaba solo.
Pero, llegó Mikel a su vida. Un joven apuesto, algo mayor que él. Era, el típico hombre que le solía atraer, e incluso enamorar. Aunque ya tenía a su hombre ideal. Con sus rasgos, y el tipo de pensamientos que debía tener ese hombre.
Pero eso solo, lo tenía en su mente. El corazón era el que elegía de verdad, el que sentía cada palmo. El sincero.Un día, lo vio aparecer. Le temblaba hasta las piernas, pero disimulaba, y no caer en la tentación. Y ser solo, una noche más de sexo. Del cual, muchos hombres ya lo tenían acostumbrado. Pero se equivocó.
- Buenos días, Lucas. Hoy será tu día – exclamó con deseo–. Anhelaba con sentir desde hace tiempo, frente a su espejo.
Aparentemente parecía viejo, al tener un estallido en un lateral. Provocado por sus maneras poco sensible de colocar sus cremas y demás objetos. Adornado con esas pequeñas gotas secas del agua.- saldré, ahí fuera como todos los días. Regalaré sonrisas, respeto y amor.
Después de todo. Cometía fallos como toda persona. Pero también tenía sus pequeños aciertos.
Intentaba deslumbrar con su naturalidad, era poco habitual verlo sonreír y ser amable, de por si. Las personas que se rodeaban a él, o las que querían serlo. Ya sabían cómo era.- Como todos los días. Llegando tarde, este hombre – le dijo, con un tono sarcástico. A la única persona que había en la parada–.
Le sonrió, pero ella permanecía en otro mundo, algo distante. Lo cual, a él, le sorprendió.
Resoplaba con fuerza, pero de lejos observaba cómo se acercaba un chico.
Con una manera un tanto chulesca de andar.
Enseguida se aburrió. Era ridículo y giró su cabeza.
Aunque, se sintió algo atraído por ese cuerpo perfectamente fibroso.- ¿ Tienes fuego? – le dijo, estirando su brazo, marcándoles unas enormes venas que sobresalían de la piel–.
- No fumo, lo siento. – le sonrió con una sarcástica sonrisa–. Era respondido de la misma forma.
Le impresionó sus ojos redondos y luminosos- Mejor !!! ... soy Mikel. Lucas, ¿no? – le dijo con certeza –.
- ¿Perdón?. ¿ nos conocemos? – mostrando preocupación. Algo aturdido–.
No tenía el placer de conocerlo. Aunque llevaba días queriendo conocerlo.
Su vecino, poco ortodoxo le dio sus señas.
- Estuve ayer en tu trabajo. Compre algunas manzanas ¿ recuerdas?
- Ah, si !!! – se sentía avergonzado–.
Inclinaba su cabeza hacia abajo. Por el rabillo del ojo miró, a la chica que permanecía a su derecha. - ¿ Esta muerta? – pensó–.
Ni siquiera sus ojos, pestañeaban.- Ya debo marchar. Se acerca mi autobús. Un placer Mikel. – dejaba caer su brazo de cortesía casi a la altura de sus labios–.
Que manos más suaves –pensó–. Pero con una tremenda fuerza agarró la suya y la besó.
Le hizo recordar, esos señores de antaño hacían al conocer a las damas. Incluso los galanes en las telenovelas. Dónde el hombre mostraba amor al conocer a una chica. Sonrió.
- Un placer, adiós
- Hasta pronto!!!La puerta del autobús, cerraba y Lucas buscaba un asiento. Justo quedaba un asiento libre, al lado de una jovencita. Pero se pudo quedar el de la ventanilla.
Aún, Mikel quedaba parado con su mano alzada en forma de despedida. Le atrajo, era el gesto que lo enamoraba.
En ningún momento miró a la chica que permanecía a su lado. A través de sus ojos se podía percibir la velocidad con la que pasaban los edificios y las personas.- Serán felices. Pero no será siempre así – le dijo la joven misteriosamente–.
El amor, les iba a durar. Pero no en esta vida. Uno dirá adiós, y otro se quedará. Alguien del universo estará a su lado, pero tampoco iba ser para siempre – le decía la joven–.- ¿Que? – respondió asustado–.
Estaba tan asustado por sus palabras tan profundas y algo inusual. Aunque algo extraña ya sentía la chica. Dónde en ningún momento mostraba empatía con nadie.- conócelo. Date ese capricho de ser feliz. No lo dejes escapar. Lucas ... – le repitió–.
Devolvió la mirada hacia el exterior, asustado por tanto misterio a su alrededor.
¿Como sabe mi nombre? ¿De que me conoce?. Pensaba, tratando de buscar una respuesta.
Esperaba no encontrársela nunca más.
Pero tenía razón. El corazón decía que si. Trato de bajar del autobús, volver y conocerlo. Pero cuando se dio cuenta, ni la muchacha estaba a su lado. – ¿Donde está?. Pensó–.
Pero seguía su camino. Pensaba que ya había perdido su destino. Dejaba la felicidad atrás en esa parada. Aceptó, que era uno más. Uno más, que vería pasar.
No podía quitarse de su mente al joven. A veces dejaba caer una pícara sonrisa de deseo. Pero desaparecía de su mente, al mezclarse con la manera de expresarse de la muchacha.
ESTÁS LEYENDO
El susurro de tu pasado
RomanceLucas y Mikel son una pareja que deciden emprender una vida en común. Pero las inesperadas muerte de Mikel, Lucas debe aprender a convivir con su espíritu y aceptar su muerte