Pasaban los días, y Lucas seguía con su vida de siempre. De vez en cuando su cabeza le recordaba al joven Mikel. Provocándole en si una sonrisa.
Sintió, que ese momento fue hermoso. Descubrió en el. Un joven atento y simpático. Aunque su chulería le tiraba para atrás.
Ese día volvía aparecer en su trabajo. Con esa preciosa y cuidada sonrisa que lo caracterizaba.
No podía evitarlo, y simplemente le devolvía con su sonrisa de joven enamorado.
Pero no podía permitirse el lujo de despistarse.
Mikel, se acerca logrando unos escasos milímetros de sus oídos.- Gracias .. estaban sabrosas tus manzanas –le dijo susurrante–.
Aunque sintió estúpido el comentario. Le había alegrado el día y sonreír. Bajaba su cabeza aunque deseaba verle sus ojos. Mikel, se giró y posó su mirada frente a la suya. Obligando en cierto modo a Lucas, devolverle la mirada.
Le sonrió al sentir vergüenza.
- Me alegro, Mikel – tartamudeo–.
Fueron las únicas palabras que pudo pronunciar ante tanto enfrentamiento y emoción al mismo tiempo.
Se volvió a su trabajo, pero Mikel quería más. Quería demostrarle que estaría dispuesto a quedar con él y conocerlo. Embriagado por el deseo de alejaba pero sin dejar de rozar sus pieles, provocando en Lucas una desorbitada emoción.El turno llegaba a su fin. Y Lucas se dirigía a la parada junto a sus compañeras de trabajo. Pero cuando llegó, allí estaba de nuevo la joven. Intacta, como si los días no pasaran para ella. La misma ropa desaliñada, el mismo peinado. Llegándose a retroceder su estómago al sentir un fuerte olor que desprendía de su cuerpo. –Debió pensar–, esta joven jamás se ah duchado.
Pero intentaba no prestar mucha atención. No sentía obligación. Mikel, a lo lejos observó que él estaba allí nuevamente, y no estaba solo. Se acercaba y demostraba nuevamente su galantería. La misma que atrajo a Lucas. Recogió su mano y la besó. Provocaba en si unas vis mal risas y murmullos entre sus compañeras. Pero enseguida se sintió presionado ante tanta atención y la apartó.
- Otra vez... que bueno verte, Lucas !!! – sin apartar su mirada en los suyos–. ¿Puedo pedirte algo? –le pregunto con cierta duda–.
- Claro ! !
Quería llevarlo a casa. Hablar con el. Conocerlo, ahorrarse el tiempo de esperar y no perder tanto tiempo. Estaba siendo cortés.
Pero !!!NO!!!, –exclamó–. No podía, apenas se conocían.
Era, la primera vez que alguien se ofrecía a llevarlo a su casa.
- llevamos dos, dos días – Se expresaba con sus dedos, de forma chulesca–.En ese momento, se volvía a sentir esa complicidad entre ambos regalándose una sonrisa. Aunque, las compañeras lo intentaban animar. Se tenía que soltar más e irse con él. Sentía mucho respeto con cierto pudor, se podía equivocar.
Pero una oportunidad así, tal vez, no la vuelva a sentir.
- Entonces... ¿vamos? – Mostraba su lado romántico–.Sin pensarlo, con una delicada fuerza agarró de su mano y lo subió a su coche. Aunque, estaba relajado aparentemente, mantenía oculto sus nervios.
- Gracias!!. No sabía cómo acercarme a ti.
- Ahora es cuando entra el invento de las manzanas ¿no? – exclamó con titubeo–.Fue tan brusca la frenada. Que gracias al cinturón y a su rapidez de colocar su mano en el salpicadero no salió disparado. Su reacción, estalló en una carcajada, provocada del susto.
- ¿ Era verdad? – le dijo mientras reían–.
Claro que era verdad, se lo mostraba con esa forma de risa nerviosa. Pero, tenía su explicación. Él, siempre se había sentido atraído por Lucas. Deseaba conocerlo, tenerlo cerca suya. Sin que se sintiera acosado.
- No tengo por qué sentirme acosado.. – le dijo de forma sorprendida–.
Al contrario, se sentía halagado, por tanta atención y muestras de cariño y respeto.
Aunque, habría momentos que si se podía pensar en un acoso. Sabía perfectamente dónde vivía.
Le hizo el gesto de bajar del coche, pero lo detuvo aproximándose tanto a él. Que solo había cabida para el aliento.
- Quédate un minuto más. Por favor – mostraba su lado cariñoso –.Lo estaba sintiendo tan cerca, que el deseo que le provocaba el perfume que desprendía de su aliento. Era, de besarlo. Lo deseaba en ese instante con fuerza. Respiraba profundamente donde sus labios se daban caricias y muestra de amor. Provocando deseos por todo su cuerpo.
Suavidad, delicadeza. Ambos sentía esa complicidad y armoniosa sintonía. Dejaba flotar esa pasión ahumando los cristales del coche. No quería parar de sentir sus besos, tampoco lo pensó en ningún momento.
Disfrutaba de la noche. Deseaba que no llegara a su fin. Temía ser solo un sueño, abría sus ojos, solo para verlo de cerca. Por su cara salía desprendida una lágrima de felicidad. Deseaba sentir esas emociones fuertes nuevamente.
Ese beso, le estaba provocando algo que ya había olvidado. La pasión y el amor volvía a formar parte de su vida.
Cuando entró a la casa, dejó todo aún lado, y se tumbó en el sofá.
Recordaba la forma en que se besaron, dejando esparcir el deseo y la pasión que había sentido. Ojalá no acabara el día– pensaba–. Tenía miedo, miedo a que fuera esa noche y todo acabara al día siguiente.
Se podía ver una sonrisa de felicidad perfectamente en su rostro. Se veía dichoso.
- Ojalá seas de verdad. Mikel –pensó y deseo en voz alta–.
¿Se arrepentía del beso? pensaba. Se lamentaba en cierto modo. Pensó que había corrido mucho. Pero solo fue un beso. Aunque le había provocado mucho más eso, que cualquier cosa.
Mientras se había preparado un vaso de leche caliente, se volvía a tumbar. Pero él mismo cansancio lo vencía y de su mano se desprendía el vaso. Rompiendo en mil pedazos al chocar al suelo.
Había amanecido, estaba radiante de felicidad. Se notaba que había soñado algo precioso. Pero apenas recordaba sólo el beso. Se dio prisa, deseaba verlo. ¿ estaría allí?– pensó–.
No se había dado cuenta de que era domingo. No trabajaba, y se suponía que Mikel tampoco.
Entonces... ¿hoy no lo veré? – pensaba con cierta tristeza–.
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El susurro de tu pasado
RomanceLucas y Mikel son una pareja que deciden emprender una vida en común. Pero las inesperadas muerte de Mikel, Lucas debe aprender a convivir con su espíritu y aceptar su muerte