Capitulo 6 - Meses despues

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Pasaban los meses y podía reflexionar muchas cosas. Mi pasado se volvía presente.
A lo largo de la vida, uno pierde muchas cosas, de las cuales marcan nuestras vidas. Para siempre.
A veces llegando a una edad temprana, otras sin embargo, llegan años después.
– Que injusta es la vida– pensaba con frecuencia.

Durante toda esa reflexión llegó a darse cuenta de que era feliz. Fue feliz, con todo lo que le rodeaba.  La muerte de Mikel, la aparición de cierta forma de su abuela, aunque al principio no la reconocería. Descubrió cosas de su madre.
Quería volver a ver a Mikel. Deseo que le pedía de forma constante a su abuela. Veía en ella, un puente de conexión.
Pero solo conseguía que ella le guiñara un ojo y dejara caer su hermosa sonrisa.
- Cuando se desea algo de corazón y esa persona necesita verte de nuevo. Te buscará – le dijo mientras acariciaba con sus dedos las manos de Lucas.

Pero él, esas palabras lo habían confundido. Recordó a sus padres. Deseaba verlos de nuevo. Había muchas cosas que contar. –Acaso, ¿ es que ellos no?– pensó.
- Te dieron todo el amor del mundo. No necesitan demostrarte nada más. – le respondió con cierta nostalgia–.
Solo quería decirle que los amaba. Pero su abuela le dio la oportunidad de hacerle entender que ellos ya saben que son amados.
Lucas, tenía que volver a su vida. Tenía obligaciones, sus compañeros requerían de su amistad, percibiendo como se iba alejando más. Echaba mucho en falta la presencia de Mikel. Trataba de disimular todo lo que podía.
Notaba cómo su forma de pensar y carácter habían cambiado de forma drástica. Llegando a desconfiar con aquello que no conocía.
Agonizaba cada vez que salía a la calle. La gente, el ruido. Todo era molesto.
Sus ojos veía lo que antes ignoraba, su cabeza registraba continuos cambios a lo largo de los meses.
En el pasado, lo que le resultaba insignificante. Ahora, pasaba hacer importante. Dónde los pensamientos e ideas resurgían como el ave fénix.
Los días los pasaba por aquel lugar donde un día se enamoró, al caminar.  Pasaba horas en aquel lugar. Lo relajaba, era feliz en ese único sitio. No le importaba, en verdad pensaba que no tenía nada que hacer.
Había notado como había cambiado tanto aquel lugar. Permanecía deteriorado.– habría muerto al igual que Mikel–. Pensó.
Las pocas personas que esperaban en ese lugar, lo hacían en pie.
Perdiendo su mirada al final de la calle. Sonreía al desear volver a ver a ese tío con pinta chulesca, alto y fuerte. Pero todo había cambiado, y la vida seguía su curso.
No quería, trataba de estar el mayor tiempo fuera de casa. El olor aún permanecía en el. Cada rincón, cada gesto. Le recordaba.
Estaba agobiado, aturdido. Todo giraba en torno a Mikel. Deseaba no vivir de esa forma.
Desea expresar lo que tenia y sentía dentro, pero no sabía cómo explicarle a una persona que en cierto modo hablaba con los muertos.
Enseguida vio cómo llegaba desde el fondo a un tipo. Su pinta chulesca, alto y fuerte lo tenía acongojado. – Ostias !!!, es el– repetía nervioso.
Su corazón palpitaba tan bruscamente que daba miedo que saliera expulsado de forma inminente de su pecho.
- ¿ tienes fuego?  – le dijo.
- No fumo. ¿Mikel? – confundido.
Se sintió extraño que de repente Lucas lo llamara por su nombre. Jamás se habían visto.¿ como sabía su nombre ?.
En ese momento reacciona y vio el verdadero rostro del joven. Sintió tanta vergüenza que no le miraba a los ojos.
- Te confundí con otra persona.
Decidió marcharse de aquel lugar, dejando atónito al joven.
Llegaba a casa y dejaba su chaqueta en la silla. Algo le reflejaba en sus ojos, una luz fuerte y brillante. Pero no le molestaba. Era él, lo reconocía al vez que se sentía atraído por esa fuerza. Estaba frente a frente a escasos milímetros de su boca. Sintió nuevamente ese aliento, deseaba besarlo sin duda.
- Te amo !!!. Solo vine para que lo supieras.
- ¿ Porque te fuiste, Mikel? – solo quería saber.
Ni el sabía el porque habían ocurrido así las cosas. No sabía cómo responder. Tan solo sabía expresar ese amor que sentía por el, esos minutos. Le deseaba que fuera feliz, que creciera como persona. Que volviera amar, aunque le doliera que no fuera el.
Esas palabras sentía que lo abrazaba. Estaba tranquilo. Allí estaba su abuela y pudo sentir su abrazo por última vez.
- Siempre te protegí cariño. Te cuide como un hijo. Pude conseguir que Mikel volviera por última vez. Pero no pude conseguir que se quedara
Lucas no quería entender nada. Su cabeza no estaba en ese momento cuerdo.
Suspira y le entrega un libro pequeño, pero extenso.
- Todo está aquí hijo. Aunque yo ya no estaré, volverás a querer y amar. Solo él vendrá a buscarte.
En ese momento, se dio cuenta que solo estábamos aquí para vivir la vida y no comprenderla. Las cosas pasaban por alguna razón, y que apenas había respuesta.
- ¿Tengo qué decirte adiós? – le dijo entre lágrimas.
Su voz parecía quebrada, apenas se se percibía.
- Despídete de Mikel. Y, recuerda que siempre te amaré. – se marchaba.
Mikel, cogía de sus manos y le regalaba por última vez esa sonrisa que lo había enamorado.
- Se feliz Lucas,  se feliz.
Se alejaba de la misma manera que la luz oscurecía. Sentía alivio al poder despedirse de Mikel a pesar de que no volvería a verlo. Sus lágrimas caían como si nunca encontrara un final.

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