-Capítulo 2-

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2 meses después

Louis caminaba por los pasillos del Instituto al lado de Niall, como todos los días. Había tenido mareos constantes, náuseas, le daba asco probar la comida y se negaba rotundamente a ver un médico para saber qué era lo que ocurría. El rubio estaba preocupado, muy angustiado por la situación de su amigo.

–¿Podemos caminar más despacio, Niall? –preguntó agitado apoyando la mano en su cintura y arqueándose un poco hacia atrás. –Mis pies, me duelen mucho.

–Claro... –dijo y se detuvo de inmediato. –Cada vez estás peor, Louis, te urge ir a checarte.

–Ya te dije que no tengo nada.

Por sus mentes no cruzaba la mínima posibilidad de que un nuevo ser estuviera formándose dentro del vientre del castaño. Por fortuna, el director jamás se dio cuenta del incidente en el laboratorio y el grupo de concursantes estaba demasiado ocupado en llevar a cabo la prueba como para prestarle atención a cualquier otro problema. La habían mandado hace ya algunas semanas y ahora esperaban el resultado.

–Por favor... Me preocupa que algo malo te pase.

–Ya, está bien. –Se rindió. –Saliendo de la escuela vamos juntos para que escuches lo que diga. Verás que no será nada malo.

–Gracias, ahora vamos a clase.

Subieron a paso lento cada escalón, entraron al aula, ahí se encontraban todos los chicos del concurso. Pasaron por alto las miradas que se posaban en ellos y ocuparon sus respectivos lugares.

–Llegan doce minutos tarde, jovencitos. –Regañó la profesora señalando el reloj de la pared.

–Fue mi culpa, no podía caminar rápido.

–¿Ah sí?

–Sí, le duelen los pies –se apresuró a decir Niall.

–Bah, ya no importa –ignoró. –Sus compañeros tienen algo que decirles.

Hizo una seña a los estudiantes y empezaron a mirarse entre ellos. Se decían cosas entre dientes, estaban nerviosos, como cuando estás por exponer un tema y no sabes si presentarte o ir al grano para explicar de una buena vez.

–Bueno, en dos días darán los resultados de nuestro proyecto –habló Harry, –y cómo sabrán, estamos poniendo a prueba un experimento totalmente nuevo.

–Exacto –agregó Zayn, –si logramos que funcione será significativo para el prestigio de nuestra escuela y nos encantaría que nos acompañaran a la presentación que se llevará a cabo el próximo jueves.

–Estamos conscientes de que las posibilidades son nulas, pocos fueron los experimentos aprobados y nos costó trabajo encontrar un hombre que quisiera someterse a la prueba...

–Niall, me estoy mareando de nuevo –susurró Louis tocándole el hombro al rubio.

–Vamos afuera, ven. –De levantaron de sus asientos dirigiéndose a la puerta.

–Horan, Tomlinson, ¿a dónde van?

–Disculpe, maestra... Louis no se siente bien. Lo llevaré a la enfermería. –La profesora asintió y los chicos desaparecieron por el pasillo.

[...]

–No me convence, es imposible que se trate de la comida cuando llevas días así.

–Ya la escuchaste... 

–De igual forma te llevaré con un médico, Louis.

La enfermera había dicho que se trataba de una infección estomacal debido a la comida que había consumido, pero un a infección de ese tipo no te provoca dolor y cansancio en los pies, no se presenta por tantos días.

Las clases concluyeron como siempre, una rutina que estaba por terminar. Cuando el timbre sonó todos empezaron a guardar sus cosas, excepto Louis, él estaba hecho un ovillo en su asiento y tocaba su estómago. Dolía un poco fuera de lo común.

Niall lo noto y empezó a guardar las cosas del castaño por si mismo dentro de la mochila de este para irse lo más pronto posible al doctor.

–Vamos, Lou... Pronto estarás bien. –Se levantó con esfuerzos, el rubio lo tomó del brazo y se fueron a la clínica mas cercana a la escuela.

Louis caminaba extraño, tocaba su espalda y se arqueaba, sus ojos mostraban las molestias que sentía. Esperaron algunos minutos antes de entrar a consulta y empezó a contarle al médico todo lo que sentía, todo lo que le pasaba. El hombre de bata lo escuchaba atento, con los ojos muy abiertos, entrelazó las manos por encima de la mesa y negó con la cabeza cuando escuchó a Louis decir: –Tengo muchas ganas de vomitar y mi estómago duele bastante.

–¿Sabe lo que tiene, doctor?

–Antes de decírtelo debes saber que casi no existen casos de este tipo, que no debes alarmarte y prometerás tomar la noticia con calma.

–Vale, vale... Ya digame qué tengo.

–Aún no, dime... ¿Ha pasado algo con algún chico?

Niall y Louis se miraron confundidos.

–¿Un chico?, ¿a qué se refiere? –preguntó el rubio.

–Quiero decir, si has tenido relaciones sexuales con un hombre.

–¡¿Que?! –rió, –No, no soy gay.

–Estás en problemas, niño.

–Ya dejese de rodeos y dígame qué es lo que me sucede. Me empieza a preocupar.

–Estás... Estás esperando un bebé.

Todo se detuvo después de eso. Él no podía estar esperando un hijo. ¡Era un hombre!, ¡los hombres no se embarazan!

De pronto todo cobró sentido. Las jeringas, prueba de fertilidad para el sexo masculino, juego, líquido dentro de su cuerpo, las náuseas, los mareos, el dolor, el cansancio, un experimento a prueba.

–Mierda.

UN BEBÉ POR ACCIDENTE. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora