VI.-Por mil noches: segunda parte

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 ----> COMENTARIOS DEL AUTOR: "hola lectores, lamento haberme demorado mas de lo establecido, la verdad es que hasta ultimo momento dudaba acerca de ciertas cosas respecto a lo que van a leer a continuación, esto es porque a medida que lo redactaba nunca me sentía satisfecho, para evitar ese tipo de cosas les querría pedir el favor, de si podrían comentar sugerencias, o simplemente su opinión, de si les gusta o no lo que leen. Desde ya muchas gracias, y espero sea de su agrado esta parte 2/3 del nudo "por mil noches" <----- fin de comentario del autor. 

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Los hechos que se narrarán a continuación sucedieron cuarenta y ocho (48) horas antes (aprox.) en un universo enajenado a la comprensión humana, pero aferrado a la aceptación mediante fe, o desgracia.

—Servil... servil... servil—una leve voz del más allá a parecía estar llamándome.

—¿Qui- quién eres?—repliqué asustado. El miedo a lo desconocido se había hecho presente en aquel lugar que estaba totalmente en blanco.

—¿Tú eres el juguete de mi hermano?— me preguntó curiosamente la voz que llenaba la nada misma, no dejando espacio al vacío dado el eco que producía.

—¡Yo no soy el juguete de nadie!— exclamé para dentro mío, no sabía porque, pero sentía miedo o respeto por aquella voz.

—Mi hermano otra vez se está divirtiendo con los mortales de aquel lugar—dijo como recriminándomelo.

—Quiero verte ¿dónde estás? — pregunté seguro de que, por alguna extraña razón, ya no corría peligro.

Entonces un resplandor se comenzó a acercar a mí, el brillo era tan intenso que no podía ver nada. Me cubrí los ojos con las manos y entonces pregunté —¿quién eres?

—Soy Amaterasu, hermana de Tsukuyomi. Soy el sol que ilumina hasta la mismísima luna, soy quien da vida a las plantas y aleja el mortal invierno que azota al fatigado.

—Hermana del dios de la luna, la diosa del sol... - reflexioné en voz alta.

—Servil, ayúdame a destruir a Tsukuyomi—me dijo, casi dándome una orden.

—¿Por qué habría de hacer tal cosa? yo, ya estoy muerto...

—Aun no lo estás , tú , solo estas preso ¿o acaso no te has comunicado con los "vivos"? Mitsuki...

—Si lo he hecho, pero tu hermano lo ha notado y ahora estoy privado totalmente de mi libertad... o eso creo.

De repente, el destello de luz se apagó y logré distinguir una figura humana, femenina y sensual.

—Puedo devolverte la libertad- murmuró en mi oído

—¿Qué clase de libertad?— cuestioné en voz baja sin razón alguna más que la desconfianza que nos hace humanos a todos cuando nos encontramos ante lo extraño y desconocido...

—Absoluta, libertad...

—¿Podría volver a Falktown?

—Podrías viajar al mundo entero si quisieras...- continúo susurrando.

—Solo quiero volver al pueblo.

—Ayúdame y podrás hacerlo- aquí sus palabras hicieron eco en todo el lugar.

—¿Como haré tal cosa?

—Precisaré en primer lugar, contarte una historia...

—¿Una historia? - interrumpí- ¿para qué quiero escuchar un cuento?—solo creía estar perdiendo mi tiempo. El entusiasmo de saber que podría llegar a ser libre me hizo perder el foco en las cosas que realmente deberían importarme.

La luna sobre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora