XII.- El obrar de los dioses: segunda parte

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Bueno, este arco tendrá tercera parte porque sigue siendo largo lo que tenía preparado como para meterlo en una parte o en dos. De todos modos, este es el ante último arco, es decir, un preludio del final.

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"Este es un destino roto. Noches de insomnio violentas me quieren matar y el cuento del destino, no lo puedo re-escribir"

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Luego de aquel rutinario saludo, el presentador continuó:

-Hoy lamentablemente Antonio, el invitado que ya conocía nuestro público, no nos va a poder acompañar, pero en su lugar tenemos un nuevo invitado- dijo señalándome.

Yo no entendía nada y mi cara en aquel momento se lo hizo saber a todos.

-Un poco tímido el pibe- dijo el que estaba en frente mío; quien tenia ropas de grafa. Los otros miraban de reojo a Analía, mientras ella se hacia la distraída.

Entonces, el presentador que vestía esmoquin retomó:

-Contanos un poco ¿Cómo te llamas?

-Mitsuki- le dije, previendo el cuento chino.

-¿Cómo? - indagó nuevamente quien por la placa que portaba en su traje, deduje que se llamaba Gerardo.

-¡Ah, es chino este! Ya se me hacía, pero debe estar cruzado, porque los ojos no están tan chiquitos-dijo Raúl.

-No ¿Cómo cruzado, Raúl? El muchacho no es un perro- aclaró Gerardo.

-Interrumpió el que estaba como cantinero- Mitsuki contanos de donde sos, que haces y como llegaste acá.

Iba a contestarle, pero antes, preferí informarme sobre que pensaba Analía, ya que tenía una sonrisa en su rostro como si estuviera disfrutando la situación. Ella pensaba "no puedo esperar a que se enteren de donde lo saque". Entonces contesté al cantinero quien se llamaba Carlos.

-Bueno, vengo de un pequeño pueblo ubicado al norte de Escocia. Mi madre era japonesa y básicamente arribé Buenos Aires hace dos días.

-¿Viniste a laburar? -me preguntó Raúl.

-Raúl, no ves la pinta que tiene. Este debe tener plata y se habrá venido a estudiar o emprender- Dijo un tipo que hasta entonces se encontraba callado. Era quien se encontraba a mi derecha, tenía anillos de oro y su placa no tenia nombre, sino apellido: "Martínez".

-Ni uno, ni lo otro. De hecho, vine a buscar a una amiga, pero nos desencontramos y "ando por ahí".

-¿Por ahí? - preguntó el presentador.

-En la calle, justo estaba por llevar a cabo un emprendimiento, al estilo artista callejero. Así que, se podría decir que vine a emprender- Todos miraron al mismo tiempo a Analía, quien sostenía un cartel cuya inscripción rezaba: "Es verdad".

-Si esto sigue así nos vamos a llenar de pobres. Vienen los de afuera, para vivir de los de adentro- Dijo Raúl.

-Bueno che, que te pasa hoy ¿Viniste enojado? Pedile algo a Carlos -le dijo Martinez.

Luego me miró y me dijo - ¿Y que haces, podes mostrarnos un numerito? -entre dos sorbos de champagne fue que peticionó esto.

-Claro- de hecho, esperaba que me lo pidieran, Analía me había dicho que solo tenía que hacer lo que previamente hice en la esquina. -Yo me dedico a leer la mente de las personas, si es que puede decirse así- todos se miraron entre sí, algunos rieron, otros hicieron gesto de incredulidad, como mordiéndose el labio inferior y negando con la cabeza suavemente. Casi un gesto de burla. - Necesito una baraja.

La luna sobre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora