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Desde la publicación de Humano, demasiado humano en 1878 (un libro de aforismos sobre múltiples temas) Nietzsche había roto por completo con la filosofía de Wagner y Schopenhauer. Incluso con Deussen y Rohde había perdido el contacto.

Había pasado un año, y su salud se había debilitado tanto que había tenido que dejar su puesto de profesor.
Estaba destrozado por sus momentos de debilidad generalizada, la ceguera, las fuertes migrañas y los ataques estomacales graves.

——Maldito Wagner.—— se ponía aún más enfermo pensando en Parsifal, el auto litúrgico para el Viernes Santo camuflado como ópera, escrito por el que un día fue su amigo. ——Ni siquiera disimula la explotación de motivos artísticos cristianos, estúpido chovinista antisemita.

Aquello sobrepasaba la paciencia y tolerancia de Nietzsche, que ya era bastante más que la de su ex-amigo. De pronto se dio cuenta de que se encontraba hablando solo, gritando solo, para ser más exactos. ¿A caso estaba delirando?

Wagner se había convertido en su enemigo, y lo sería hasta el final de sus días. Aunque cuando Nietzsche recibió la noticia de su muerte, este sufrió un colapso mental más grave que cualquier otro que le hubiese podido provocar con anterioridad. Aunque, siendo realistas, rara era la ocasión en la que Nietzsche no sufriera un colapso mental ante cualquier noticia, las nuevas no eran precisamente buenas pero la grandilocuente mente de Friedrich tendía a dinamitarse a sí misma usándolas.

Nietzsche, cómo muere DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora