♥Coffee♥ YoonMin

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Había llegado tarde, de nuevo. Lamentablemente, su teléfono se había quedado sin batería y su mamá se fue con una amiga con la cual se va a quedar toda la semana.

Cuando llegó los pasillos estaban desiertos. No tomó ni siquiera café porque no había llevado su billetera. Mierda y más mierda.

Y realmente se alivió al saber que TaeHyung no había ido, sino tendría que soportar a YoonGi-actitud-de-culo.

Y es que YoonGi odió suponer que el chico bonito, como decidió apodarle, podría haber estado esperando por él.

El profesor lo regañó y le envió una nota. Y para el colmo YoonGi tenía sueño, estaba que se dormía en el pupitre. Lo mandaron a lavarse la cara.

Así que fue al baño, se lavó la cara y decidió ir por un café pero se maldijo internamente al recordar que no tenía dinero y que probablemente no comería nada en el receso.

—Oh, bien. No le puedo pedir a nadie porque a todo el mundo lo mando a la mierda —Ahora sí se sentía mal, a él le costaba hablar con las personas y a la mayoría le caía mal.

TaeHyung fue una persona que logró formar parte de su rutina. Y ahora lo echaba de menos.

—Ah, ¿por qué tuviste que faltar? Escucharía tu molesta historia de cómo conociste a tu crush —Negó suavemente, miró una última vez a la máquina y caminó a su aula.

—¿Hyung? —Oh... bueno, eso intentó—. Pensé que había faltado.

YoonGi sonrió enseguida. Esa voz había alegrado su pésimo día.

—Llegué un poco tarde —pronunció mientras sacudía su cabello. La idea de hacer que el lindo chico le comprase algo pasó por su cabeza, pero definitivamente no haría algo así.

—Tiene ojeras, hyung. ¿Comió algo por lo menos? —YoonGi amaba ver como aquel chiquillo se preocupaba por él.

—Me quedé haciendo un trabajo y... no —El chico de mejillas esponjonsas arqueó su ceja—. Ya comeré en el receso —mintió.

El chico bonito sacó su billetera y compró un café. Fue hasta YoonGi y lo arrastró hasta el comedor. Y después el castaño obligó a YoonGi a comerse un emparedado que él le había comprado y pasarlo con café.

—¿Qué haces fuera del aula? —preguntó YoonGi mientras se acaba el café.

—Tenía hora libre y quise ir a devolver unos libros de la biblioteca —dijo con un tono calmado. Pero luego recordó que los había dejado encima de la máquina. Abrió sus ojos y corrió hacia la máquina y se disculpó con YoonGi.

YoonGi solo podía pensar en que era un ángel. Botó la servilleta y el vaso de café.

Cuando regresaba a clases, una chica tropezó con él, o bueno, él tropezó con la chica pues él andaba en las nubes. Se disculpó y la ayudó a recoger sus cosas.