Capítulo 1
Todo estaba oscuro. Sólo me veía a mí, gracias a una tenue luz que no sabía de dónde provenía. Miraba hacia el suelo desanimada, completamente rodeada de soledad. Podía escuchar los solitarios latidos de mi corazón. Entré en pánico, al sentirme completamente sola. Miré hacia todos lados y no lograba ver a nadie. Trataba de gritar pero no salía de mi boca ningún sonido.
Abrí los ojos inmediatamente alterada por la más extraña pesadilla que había tenido en mi vida. Encontrándome con la blanca pared de mi habitación. Los latidos de mi corazón controlaban su ritmo conforme, me tranquilizaba. Podía sentir mis músculos más tensos de lo normal.
Me llevé las palmas de mis manos al rostro para tallar mis ojos, estaba totalmente bañada en sudor. La ventana reflejaba un poco de luz lo cual indicaba que estaba a punto de amanecer. Tuve que esforzarme para poder levantarme y sentarme sobre mi cama. Entre cerré los ojos para observar el reloj colgado en la pared de mi habitación.
Salté de mi cama, sólo tenía 15 minutos para alistarme. Aunque deseaba quedarme en mi ―no tan cómoda― cama otros minutos más, no podía llegar tarde.
No esa vez, no ese día.
Rápidamente busqué entre mi ropa y me coloqué lo primero que vi, unos pantalones holgados de mezclilla, junto con una chaqueta gastada también de mezclilla y mis vans preferidos, totally black. Me miré en el espejo del baño y traía unas ojeras de muerte debajo de mis ojos. Trencé mi rebelde y despeinado cabello en una sencilla trenza, y me puse un gorro tejido de lana azul marino. No me agradaba traer mi exuberante cabello suelto en el instituto. Tampoco me gustaba usar fijador, era algo que me desagradaba tanto. Aunque algunos cabellos me molestaran en el rostro, no me gustaba usar ningún tipo de gel. Cepillé rápidamente mis dientes dejando regada un poco de pasta de dientes sobre el lavabo. Al terminar, rápidamente puse en mi morral todos los libros que usaría ese día.
No tenía ninguna alarma que me despertará temprano. La noche pasada me había desvelado leyendo.
―Apúrate, que llegarás tarde.―gruñó mi padre desde abajo. Bajé lo más rápido que pude las escaleras, casi a punto de tropezar y rodar por ellas―. ¿Por qué tardas tanto?―gritó de nuevo mi padre furioso.
Realmente no quería pelear con él, como era de costumbre. Ya tenía demasiados problemas cómo para causar otro, así que me trague las palabras que estaba a punto de decirle. Iba a buscar algo que almorzar en el camino al instituto, pero mi padre me interrumpió―. ¿Qué carajo haces? ¡Ya vete!―me gritó, más que furioso .Mi padre era más insoportable en las mañanas. Azoté la puerta de mi casa al salir lo más fuerte que pude. Me molestaba que se desquitara siempre conmigo. Esperen, no me molestaba; me enfurecía. Al ya estar lejos de casa. Saqué mi iPod y me puse los audífonos en los oídos.
― I know i´m uloveable―Canturreaba mientras caminaba por la calle dirigiéndome al instituto.
Creía que esa canción había sido hecha para mí en específico. Aunque sabía que no lo era, me gustaba imaginar que lo era. Cada vez que me colocaba mis audífonos y seleccionaba play. Solía perderme en mi propio mundo, o el diferente mundo que creaba cada canción en mi cabeza. Me hacía escapar del mío por unos minutos y estar en el de alguien más. La música era una de mis cosas favoritas en este mundo. Amaba la música, era lo más increíble y hermoso que se pudo haber creado. Al escuchar música, ignoraba mí alrededor, mis problemas, mis preocupaciones. Todo.
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Odio, Amarte tanto
Fanfiction¿Cómo puedes odiar, amar tanto a alguien? ¿Cuántos secretos puede albergar tu alma?