6. "Mi mejor amigo"

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Capítulo 6

En el segundo receso estuve vagando sola entre los  pasillos y a Harry no lo encontraba por ningún lado. Entonces pensé que era totalmente ridículo que estuviera buscándolo cuando obviamente él no lo hacía. 

Terminaron las clases y me dejaron poca tarea de francés, la cual podría hacer rápido. Estaba caminando por la acera de la calle, escuchando a Artic Monkeys

Y sentí la presencia de alguien caminando a mi lado. Voltee un poco mi cabeza al lado derecho y vi su enorme sonrisa blanca, y sus ojos verdes mirándome, sonriente. Estaba, como si nada malo hubiera pasado. Como si no supiera que sin él, había sido malo el resto de mi día.  

Estaba enfadada con él, había dicho que nos veríamos después pero seguramente no tuvo la molestia de buscarme. Dirigí mi mirada de exasperación hacia enfrente dejando de mirarlo y avancé más rápido dejándolo atrás. 

― ¡Ey espera!―me alcanzó y me toco el hombro. Lo ignoré, me sorprendió que no se alejara y siguiera intentando que le prestara atención.

― ¿Estas enfadada? ―paro en seco y frunció el ceño. ¿Cómo no estar enfadada, cuando me había  dejado plantada y sola? Bueno pero seguro, yo ya tenía que estar acostumbrada a eso. Pero me sorprendía de él. Tal vez solo quería que estuviera a mi lado.

―No, sólo estoy demasiado contenta por haber estado el primer y el segundo receso sola―dije obvia e irónica. Pero no le tenía que echar en cara nada, no  había prometió nada. Tampoco dijo cuándo nos volveríamos a ver.

―Lo siento, debí buscarte es que yo….―se rasco la nuca en señal de nervios.

―No, no te preocupes no debes explicarme nada. ¿Sabes? No tienes por qué seguir hablándome por lástima―lo interrumpí, para continuar caminando. 

Si estaba conmigo por lástima, era mejor que se alejará. No necesitaba la lástima de nadie para sentirme más patética que antes. O ilusionarme con sus apariencias y decepcionarme al yo descubrir la verdad de una manera no muy agradable. Ni si quería imaginar cómo sería si llegara a pasar. 

―Pero, nunca te hablé por lástima ¿Por qué no puedes comprenderlo?―volteé para evaluar su cara de decepción con un poco de frustración.

―Tú tienes amigos, ¿por qué tendrías que  perder tú tiempo al estar hablándome?

―Habló contigo porque me agradas, y no pierdo el tiempo contigo, al contrario―dijo acercándose a mí paso a paso. Yo sólo observaba cada paso que se acercaba a mí. 

―Está bien, sólo es que…. bueno yo pensé…. que sólo me tenías lástima. Y por eso me hablabas.

―Bueno pues pensaste mal―creó que con eso admitió que no le tenía lástima. Así que le creí y deje a un lado la idea de que me hablaba por lástima. Está bien, si quería ser mi amigo, dejaría que lo hiciera. No tenía sentido discutir el por qué.  Me tranquilicé de saber que realmente podría llegar a ser mi amigo, después de todo 

―Entonces, vives cerca de aquí. Supongo―se pasó a mi lado y empezamos a caminar juntos. Realmente prestaba atención a los detalles. Cuando me entrego mi diario, ya que paso por el mismo camino que tomé el primer día de clases.

―Sí, algo ¿y tú?

­―Sip y podría visitarte de vez en cuando e irnos juntos camino a la escuela. Así si tropiezas, yo estaré ahí para evitarlo―sonrió hacia mí. Y estaba segura que lo decía en serio. Entonces miles de mariposas empezaban a formarse en mi estómago y podría jurar que tenía una estúpida sonrisa en mi rostro.

Odio, Amarte tantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora