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[ Domingo/ 일요일 ] CINCO
omegaverse!

ADVERTENCIAS: smut y un poquillo de fluff. Pueden saltearse el limón pero espero que no lo hagan :y

ACLARACIÓN: sé que yo dije en el principio que eran civilizados, pero la relación entre el Ramón y el jungu ya es bastante fuerte, y sí, los dos quieren lo que se viene ;D

ACLARACIÓN: sé que yo dije en el principio que eran civilizados, pero la relación entre el Ramón y el jungu ya es bastante fuerte, y sí, los dos quieren lo que se viene ;D

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Las pupilas de NamJoon se dilataron, su alfa había despertado. Las feromonas de JeongGuk lo llamaban; clamaban por él. Quería... quería embarazarlo. Y casi se lanzó hacia él pero una voz en su cabeza le dijo que detuviera. JeongGuk tal vez no quería eso, ¿eso era cierto?

Miró a JeongGuk, mojándose en sus propios pantalones con la mirada apagada y sus pupilas abiertas como enormes platos, al igual que él; completamente excitado. Él definitivamente quería eso.

El omega se removió incómodo, estaba agachado en el suelo, gimoteando frustrado. Quería tocarse, o aún mejor, ser tocado. Su mano se deslizo hacia sus pantalones, –totalmente empapados– y se tocó por encima de ellos, apretando su mano alrededor de su polla, moviendo su mano.
La sensibilidad que poseía en ese momento era increíble, jamás había sentido tanto placer.
Apenas se tocó su endurecida polla soltó un gemido placentero que dejó a NamJoon más confundido de lo que estaba y con las ganas de tocar a JeongGuk a punto de ganarle.

¿Qué debía hacer? ¿Qué era lo correcto en ese momento? No había tiempo para pensar, pero no quería hacerle daño a JeongGuk.

Se alejó de JeongGuk a duras penas y revolvió los muebles de su casa buscando algo que podría calmarlo. Supresores. Demonios, ¿dónde estaban?

Estaba dispuesto a subir las escaleras, a encontrar el baño y calmar a JeongGuk. Pero nada de eso pudo pasar. No cuando JeongGuk tiró de los pantalones de NamJoon, llamándolo en un patético estado que JeongGuk jamás hubiera querido que NamJoon viera.

—NamJoon —logró balbucear, puesto que a cada roce que sufría su entrepierna se derretía—. Alfa... por favor.

Los ojos del omega brillaban, suplicándole.
NamJoon ya estaba en su límite, pero, eran novios, ¿verdad? No estaría moralmente mal. ¿Y qué hay de su consentimiento?

NamJoon se arrodilló frente a JeongGuk y tomó sus temblorosas manos, acariciándolas suavemente, intentando no perder la cordura frente al desastre que era el omega en ese momebto.

—¿Tú quieres esto, JeongGukkie? —preguntó titubeante, aún sabiendo que él no estaba en sí mismo. Oír un sí por lo menos haría que no se sintiera como un depravado.

Las pupilas de JeongGuk no parecían tener limite alguno, cada vez se expandían más y más, y el brillo que emitían era descomunal.
Una ola de feromonas con un intenso olor a lavanda lo golpeó, y cada vez se sentía más débil. Se estaba rindiendo ante sus instintos. Que débil.

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