Horneando Para La Paz / Autor original: Broken_hearted_bard / Traductor: The Snarry's Archivist
~Disclaimer: Los personajes son propiedad y autoría de JK Rowling y WB.
Resumen: Después de la guerra, Harry abandona el Mundo Mágico (aunque no la magia...
Severus se sentó al otro lado de la calle en un banco del parque. Ya había estado allí durante horas, y solo gracias a la ayuda de amuletos de amortiguación y un amuleto de calentamiento fue capaz de seguir sentado allí.
No sabía cuándo abrió la tienda de Harry, Pottering, y resultó que había pasado horas antes. No había llegado a tiempo para ver encender las luces traseras ni nada, pero había estado mirando desde lejos mientras Harry preparaba pasteles y productos horneados. Los muggles no podrían ver a través del frente a la habitación de atrás, pero Severus no era un mago en vano.
El hechizo era temporal y solo duraba unos doce minutos antes de que Severus tuviera que cambiarlo, pero le había dado una buena idea de la vida de Harry. Había visto a Winky ayudar a preparar bandejas para hornear y almacenar en la sala principal. Había visto a Dobby aparecer en el jardín de la azotea y comenzar a atenderlo. Había visto con asombro los muchos panes, pasteles, tartas, pays y cupcakes que Harry hizo durante toda la mañana.
Luego, se sentó allí cuando Harry fue a la sala principal y abrió la panadería por un día. Había estado abierto por un número de horas, y Severus todavía estaba sentado en el banco, en el parque, al otro lado de la calle. Él no podía decidirse a moverse, todavía. Estaba extremadamente complacido de ver a Harry haciendo un negocio tan rápido, de verle sonreír y charlar de forma tan casual, de verlo brillar. Le hizo preguntarse dónde demonios podría incluso comenzar a encajar en el mundo de Harry. Un mundo del que no sabía nada.
Severus suspiró y dejó el banco. Iría a buscar algo para comer en el café que había visto a la vuelta de la esquina y calle abajo. Cuando terminara, tal vez tendría el valor de buscar a Harry antes de que cerrara la tienda.
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La campana sobre la puerta sonó justo cuando Harry salió de detrás del mostrador con la intención de cerrar por el día.
—Realmente lo siento—dijo Harry mientras movía una canasta grande en sus manos—Pero estamos a punto de cerrar—Lanzó su mejor sonrisa y su mejor voz de "el cliente siempre tiene la razón", pero no levantó la vista.
—Está bien, Sr. Potter. No necesito que su tienda esté abierta para lo que necesito—dijo Severus suavemente.
Harry titubeó y se alegró de que la canasta estuviera vacía cuando se estrelló contra el piso. Su magia saltó y las ventanas se agrietaron a su alrededor—¡Mierda! —.
—Un sentimiento excelente, Sr. Potter—respondió Severus mientras agitaba su varita y las ventanas se reparaban—Ahora que los dramas han terminado, ¿podrías continuar en tus deberes de cierre para que podamos hablar? —.
Harry recogió la canasta y luego fue a la puerta principal. Volteó el cartel de abierto a cerrado y cerró la puerta. Dio la vuelta—¿Eres real? —susurró.
Severus asintió—Soy, de hecho, real, Sr. Potter—.
—Dime algo sobre ti que solo yo sabría—respondió Harry mientras se alejaba, de vuelta al mostrador.
