-¿Cuál es tu fruta favorita? -pregunté con una sonrisa.
-Las uvas, son geniales, una creación hermosa de Dios, cosa rica e infaltable en mi vida -respondió serio y me reí.
Eso fue hace unos días, y ahora ya sé que hacer para conquistarlo. Ese día se quejó de que no hay uvas por acá, ¿qué hice? Llamé a una granja de Sudamérica, dónde sí es época de uvas, y les pedí que exportaran a nuestra ciudad. Ellos me pidieron una cantidad importante de dinero a cambio, pero lo entiendo, ¿qué loco pide que un cajón de uvas viaje kilómetros y kilómetros para poder enamorar a alguien? Sí, yo.
Esta mañana me llegó el cajón de uvas, por suerte en buen estado. Agarré una caja grande, y metí el cajón adentro. Con una cinta azul, di una vuelta a la caja y lo até con una moña, y con un marcador rojo escribí: "Para Joel".
Dejé la caja arriba de su cama, ya que debe estar por llegar, porque se fue a hacer compras con Johann y Zabdiel hace unos 10 minutos.
-¡Llegamos! Trajimos las leches, el pan la docena de huevos, la carne y el kilo de tomates -informó Joel.
-¿Y el coso para limpiar? -preguntó mi hermana.
-¿Qué coso para limpiar?
-El coso de colores con olor.
Me reí ante la explicación y pregunté:
-¿El limpiador no será?
-¡Te dije que faltaba algo! -le exclamó Joel a Johann.
-¡Fue Zabdiel el que se aprendió la lista! -se defendió Johann.
-Loco, ustedes tienen la misma capacidad de memorización que yo.
-Ta, ta, ta -dijo Yanelis-, yo voy a comprar, cállense un poco.
Ella se fue y Joel caminó hacia la habitación.
-¿Y esto? -preguntó y Johann fue corriendo a chusmear; Zabdiel ya sabía. -¡Son uvas! Amgandokdj están buenísimas, saben igual a las de Uruguay, cuando fui de viaje comí muchas... Pero, ¿quién me dio uvas?
-¿Y quién va a ser? -le pregunté.
Corrió y me abrazó. -Gracias, gracias, gracias, juro que te amo.
Te amo repetí en mi mente.
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DIEZ DÍAS DESPUÉS VOLVÍ AHRE
Les cuento que deje de seguir a todos, así que si quieren que las siga, díganme.