Capitulo 5

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Por uno momentos Reiji se sintió asustado, pero el efecto del afrodisiaco y la feromonas hizo que rápidamente lo olvide; así que dejando de lado todos sus prejuicios por primera vez en su larga vida, se dejó llevar.

Shu en cuanto vio que su hermano dejo de pelear supo que era su momento de actuar; pues era muy probable que no tenga otra oportunidad como esta en toda su vida; así que se agacho y beso con impaciencia la boca de su hermano, que a duras penas y podía seguir aquel beso.

Reiji estaba disfrutando verdaderamente de las caricias, besos y mordisqueos que repartía su hermano en su pecho; pero rápidamente comenzó a sentir algo de pánico cuando sintió las frías manos de su hermano pasearse desde su cuello, por su columna hasta finalmente llegar a su trasero.

-¡No!... No lo hagas- dijo Reiji algo asustado, mientras trataba de empujar a su hermano.

-Vamos, tranquilízate, prometo que no dolerá... demasiado- murmuro Shu lo último ya en voz baja, mientras palpaba la entrada de su hermano, provocando que a este le recorriera un escalofrió en toda su espina dorsal.

-Shuuuuuu...... no lo hagas, por favor, si te detienes prometo que no habrá represalias- dijo Reiji entre gemidos no muy masculinos, que delataban su estado de excitación.

-Creo que en este momento debería traer los juguetitos que amablemente me obsequio Laito... ¿no lo crees?- murmuro Shu mientras se levantaba de la cama e iba en dirección al armario de donde saco una caja no muy grande.

Aquella caja poseía toda clase de juguetes sexuales y lubricantes, a los que Shu les daría el mejor uso posible.

-Shu, por favor- siguió rogando Reiji

-Lo primero que haré es cerrar tu boca, ya verás... o sentirás... todo lo que te hare, y lo disfrutaras, por lo que no vas a tener la necesidad de usar esa boca para algo más que no sea darme algo de placer- dijo Shu mientras ponía la caja a un lado de la cama y sacaba una mordaza de bola que no dudo ni un solo instante en usar.

Reiji trato de evitar que su hermano lo amordace pero no lo logro; lo único que le quedo por hacer fue tratar de morder lo que tenía en su boca con la esperanza de romperlo.

-Deja de intentar soltarte, no lo lograras, con suerte y me complicaras las cosas- murmuro Shu

El cuerpo de Reiji se estremeció en cuanto sintió como las grandes manos de su hermano comenzaron a acariciarle, incluso trato de reprimir un fuerte , cuando estas se detuvieron mucho más tiempo de lo debido sobre sus pezones.

-¿Sabes algo?... Laito me dijo que esta es una zona erógena, claro, si los estimulas bien- dijo lujurioso Shu, mientras comenzaba a retorcer y apretarlos al mismo tiempo hasta que estuvieron completamente duros, sin embargo quería extender ese juego previo tanto como le fuera posible, quería llevar a Reiji al límite solo para que este le ruegue; quería conocer y memorizar cada una de sus zonas erógenas para que de esa manera pueda tenerlo a su merced en cualquier momento.

Reiji comenzó a retorcerse de placer cuando sintió como su hermano repartía bruscos besos y mordidas sobre su cuello y clavículas, sobre todo cuando comenzó a mordisquear sus pezones que a cada momento se volvían más sensibles; haciendo que se vuelva inevitable que trate de gemir a pesar de la mordaza.

Shu se rio complacido de las reacciones que provocaba en el cuerpo de su hermano,-Te ves tan apetecible,- susurro cerca de los rojizos y ahora si extremadamente sensibles pezones de Reiji, para luego incorporase y tomar de la caja unas pequeñas pinzas de pezones que al final tenían unos pesos en forma de corazones de alrededor de 5 cm; esto añadiría algo de picante al momento y de paso haría retorcerse a su hermano, sin duda alguna dos golpes de un tiro.

-Veamos si es que eres capaz de encontrar placer en el dolor... y si no, pues te enseñare... y yo me convertiré en el dueño de tu placer- murmuro Shu mientras le ponía sin contemplaciones las pinzas provocando que Reiji grite y se retuerza por la sensación que rápidamente nublo cualquier otra sensación de su cuerpo, cegando cualquier otra sensación que no tuviera que ver con esas partes de su cuerpo.

Reiji sentía demasiado dolor, sus pezones estaban siendo maltratados además había un extraño peso que tiraba de ellos debido a la gravedad; quería gritar pero la mordaza impedía que cualquier sonido que saliera de su boca llegara a entenderse, sin embargo aun así lo intento,-¡shitamloz! ¡shitamloz! (quítamelos)-

-¿Acaso dijiste que los ajuste más?... está bien- dijo Shu ajustando todavía más las pinzas, provocando que su hermano suelte un fuerte alarido que era una mezcla de dolor y sorpresa.

Reiji se dio cuenta que sus sentidos se atontaron completamente, pues la mezcla de las feromonas de su hermano, el afrodisiaco de Laito y el dolor provocado por las pinzas, crearon ráfagas de placer que a cada instante eran más fuertes, provocando que suelte jadeos desesperados y su entrepierna despierte completamente.


......Continuara.....


Disfrutenlo ^-^

Mis otras historias no actualizo porque las estoy editando a todas

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