Capitulo 6

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-Deberías mirarte, reaccionando tan bien a mis caricias, veamos que más logro encontrar en la caja que me dio Laito-, dijo Shu mientras se volvía a bajar de la cama y rebuscaba entre las cosas, lo que más le llamo la atención fue una delgada vela roja y muy al fondo de la caja un encendedor.

Se volvió a subir en la cama, mientras que encendía la vela, que rápidamente emano un delicado aroma dulzón muy similar a los duraznos; lastimosamente eso alerto a Reiji que comenzó a moverse desesperado de un lado a otro.

-Quédate quieto o también te amarrare los pies- dijo ligeramente molesto Shu; para su suerte en cuanto Reiji oyó esa amenazada se dejó de retorcer, pues sabía que no era le era para nada favorable estar totalmente amarrado.

Shu espero unos segundos hasta que la vela se derritió lo suficiente para llevar a cabo su plan; se acomodó entre las piernas de Reiji, de tal manera de que si se movía no escaparía de su agarre y lleno de malicia dejo caer sobre uno de los pezones de su hermano la cera derretida.

Reiji solo grito a través de la mordaza, mientras trataba de moverse y retirarse, sobre todo cuando más gotas de cera caliente cayeron en sus dos pezones de manera aleatoria

Shu disfrutaba de la gran vista que tenía frente a él; pues tenía a su pequeño e insolente hermano bajo su cuerpo mientras se retorcía para evitar que las gotas de cera caigan sobre él, aunque era imposible, además se dio cuenta que lentamente los quejidos de dolor se iban transformando en gemidos ahogados por la mordaza

-¡Ah!... Mmm... Agh... - Reiji sentía como su entrepierna estaba más viva que nunca, lastimosamente no podía remediarlo; además se sentía abochornado pues no pensaba que estas cosas de dominación y sumisión le gustaran tanto, sobre todo el hecho de ser el sumiso.

-¿Te gusta? ¿Verdad?... y ni te atrevas a negarlo, que esta parte de aquí no miente- dijo Shu, mientras acaricia el abdomen de Reiji hasta estar a centímetros cerca de su miembro.

A pesar de que todo lo que decía Shu era cierto, el menor negó frenéticamente con su cabeza, todo por no darle el gusto a su hermano y de paso mantener algo de orgullo.

Shu soltó una risilla burlona, para luego decir- No seas altanero sé que te gusta, es más te lo voy a demostrar- dijo mientras dejaba caer varias gotas de cera alrededor del maltratado pecho de su hermano, que solo atino a gemir más alto, antes de soltar un sonido similar a un sollozo.

-Bueno, veamos que más sorpresas encuentro en la adorada cajita de Laito- dijo Shu mientras apagaba la vela y luego se volvía bajar de la cama y rebuscaba en la caja, esperando que algo llame los suficiente su atención; aunque se tomó su tiempo buscando, logrando que su hermano menor se impaciente en la cama, tratando de predecir cuál sería el siguiente movimiento.

-Veamos, veamos... todo me parece interesante- dijo Shu mientras comenzaba a sacar todo el contenido de la caja.

Reiji oía claramente como Shu sacaba varias cosas de la caja y las distribuía a lo largo de la cama, y eso le preocupa; además se estaba quemando las neuronas pensando cómo diablos era que Shu sabía tanto de juguetes sexuales.

Mientras tanto el rubio encontró un interesante objeto en el fondo de la caja y con una mirada diabólica dijo -¡Oh! Pero mira que cosa más interesante encontré... cierto que no puedes ver... así que solo siéntela... mientras tanto te voy a poner esto aquí-

Reiji soltó un respingo, y luego un largo gemido al sentir como su hermano le daba un fuerte apretón a su pene; y otra vez la mezcla de placer y dolor lo atormentaba; pero luego sentido un extraño objeto que apretaba la base de su pene provocando un extraño dolor, intento quejarse pero con la mordaza no lo logro del todo- Shu, Shu... ¡shitamlo!-

-No, no te lo quitare... y para que te culturices ese es un anillo de restricción; y si el nombre no te da una idea de para qué sirve, te aseguro que en unos cuantos minutos lo sabrás...- dijo burlón Shu

Reiji lentamente estaba comenzando a darse cuenta cual era la función del objeto; pero no tuvo tiempo de procesar correctamente la idea cuando Shu bruscamente le dio la vuelta, obligando a poner su peso en todas sus extremidades, quedando en la vergonzosa , de seguro parecía un perro.

Incluso le costaba mantener esa postura debido a la manera en que sus manos quedaban atadas; al final tuvo que apoyarse en sus codos y rodillas, obligando a tener su cadera en alto y mostrar más de lo que le gustaría; además ahora si se sentía igual que un perro; no podía ser más humillante.


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¿Que tal gente? ¿Les gusto?

Sorry por no publicar seguido, pero he estado sufriendo con el oscuro mundo de la programacion... que ni me he dado cuanta de que no he publicado, porque las historias las tengo escritas en mi compu

q sad  

   

Odio Amarte (ShuXReiji)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora