Capitulo 4

200 10 0
                                    

- Ya basta de estar hablando y vamos a comer. - dije. Las puertas del gran salón estaban frente a nosotros, esta escuela parece un castillo rústico y viejo. La verdad es que necesita color, es totalmente oscuro, como esas historias de vampiros. Lo único que podemos decorar son nuestras habitaciones y con restricciones.

Apenas me había dado cuenta de que el salón estaba lleno. Las paredes son color perla con cuadros con obras de artes extrañas, había una que siempre me llamo la atención, es una mujer de piel pálida y cabello oscuro muy hermosa dormida en una cama color roja y un hombre sentado en un sillón negro al lado de la cama, a mi siempre me pareció que ese era el hermano de ella dolido por su muerte. Las mesas de cristal largas me confundían, en cada mesa caben 20 personas, y hay más de 30 mesas, con sillones de cuero largos y blancos. Habían luces azuladas en las esquinas de la habitación, aunque no lo crea tiene unos pocos toques modernos. Lo que es raro.

Las mesas se dividen entre Dumclures y Monroics. Ya sabemos la clásica historia de que los Monroics no se mezclan con los Dumclures y blah blah blah, pero no le veo la lógica de que nos pongan a estudiar juntos y que no nos dejen mezclarnos. Vi la mesa de Lissa y sus amigas, con toda su banda de los del aire. En otra mesa estaban los del fuego, en la otra los de la tierra y en la otra en la de los del agua, que es a donde yo pertenezco.

Tengo varios conocidos ahí, por ejemplo: Jane, es una chica de cabello acaramelado y ensortijado, tiene la piel bronceada y los ojos oscuros, es delgada y alta, incluso más alta que yo, aunque bueno, yo a penas mido 1,52 m. Soy una de las más pequeñas de mi clase. Ella es una chica simpática y cariñosa. Tiene los labios finos y pálidos y la nariz alargada. El otro: Ian, es un chico guapo de cabello claro y piel pálida, tiene los ojos azules, es fornido y tiene los labios rojizos, es un chico atractivo. Hablo con el a veces, pero el no se pasa con nosotros. Los otros dos son los gemelos: Jannethe y Kevin, los dos tienen la piel pálida y el cabello castaño oscuro, los ojos marrones claros y son algo introvertidos, tienen una sonrisa muy peculiar y miden alrededor de 1,65 m, la verdad es que me siento bajita, pero es una ventaja a veces.

En este momento nos tenemos que dividir, Claire se sentó en la mesa de los Dumclures con Zack, tenía los hombros tensos y Zack tenía el mentón rígido, ¿que les estará pasando?

- Vaya, vaya, miren quien decidió regresar. - la voz de Patricia me mutilaba los oídos.

- Miren, si es la traidora. - añadió Thomas por otro lado, me sorprende que no este con Mason, generalmente son inseparables, aunque los chicos son dos polos. Unos es ignorante y cruel y otro es raro y manipulador.

- Oh, ¿traidora? Para mi que es una Musaic. - dijo por otro lado Linn.

- ¿Cómo quieres que te llámenos? ¿Traidora o desgraciada? - pregunto otra voz, ya no quiero ni mirar, la verdad es que odio la hora de la comida, siempre me hacen sentir incómoda. Sentía como una lagrima quería salir de mi, pero aguante lo más posible hasta que ya no pudieron mas. Eso es lo que quieren, que los ataque o que diga algo fuera de lugar para terminar de hundirme.

- Vamos, solo es una estúpida traidora. - añadió otro. Mis manos se cerraron en puños y mi mentón de puso rígido, las piernas me temblaban y sentía que el corazón me palpitaba con fuerza chocando contra mis costillas.

- ¡Déjenla en paz! - grito una voz que resonó por toda nuestra mesa, los rostros de los demás se les fue el color del rostro. Fue Mason.

- ¿Qué te pasa? - se paró Thomas de un golpe de la mesa.

- ¿Cuál es el problema de estar molestándola? - el rostro de Mason estaba rígido, sus manos estaban cerradas en puños y el color de sus manos desapareció. Mordía su labio y tenía los ojos clavados en los ojos de Thomas.

- ¿Que te habrá dicho la estúpida esta para que te pongas en contra de nosotros? - dijo Thomas arqueando las cejas y jalando a Mason por la camisa. Los rostros de los demás se clavaron en los dos chicos de pie. La habitación se fue silenciando lentamente hasta que sólo quedaban pequeños murmullos.

- ¡Ya basta de estar humillando a la gente, en especial a ella! - grito Mason.

- Eres un idiota, siempre defendiendo a los débiles. - dijo Thomas riendo. No es una broma, técnicamente lo esta retando. Mason le lanzo un puñetazo que hizo caer a Thomas en el suelo.

Me puse de pie y pase mi pie por encima de el mueble alargado y blanco. Camine lo más rápido que pude y escuchaba mis botas mientras caminaba, era lo único que se escuchaba en la habitación a parte de la pelea de amigos.

- Corre traidora.

- Mejor corre tonta.

- No huyas Musaic.

- Vamos huerfanita. - sentía como los ojos se me llenaban de lágrimas y escuchaba mis pasos más rápidos. En estos momentos los pasillos están vacíos, uno que otro guardián dando su ronda. Odio que me insulten, no les eh hecho nada malo para que me traten así, no es mi culpa que mis padres están muertos, no soy una traidora. Apenas me había dado cuenta de que tenía la cara empapada de lágrimas y ya estaba cerca de mi dormitorio cuando resbale y mi brazo choco contra la pared y caí al suelo sobre el brazo. Gemí, no aguanto el dolor y no siento el brazo.

- ¡Hailey! - Mason me alcanzo en un momento y detrás de el estaba la sombra de Thomas, que se dio media vuelta cuando me vio en el suelo. Me trato de levantar pero apretó mi brazo.

- ¡Espera! - chille.

- ¿Qué te sucede?

- Mi brazo. - paso una mano por mi espalda y me apoye en el. Tenía dolor en mi tobillo así que me quite las botas y camine con mis medias.

- ¿Te duele mucho? - pregunto, que pregunta más irónica.

- Un poco. - estoy mintiendo.

- Vamos a ver. - dijo estrechándome el brazo un poco.

- ¡Ay! - grite. Me puse una mano en la boca para tapar el grito.

- Vamos a la enfermería. - dijo parando de caminar.

- Esta muy lejos. - me queje, me duele el brazo y el tobillo un poco. - Mi habitación esta en la vuelta.

- Pero te va a doler toda la noche y no has cenado. - dijo subiendo las cejas.

- No tengo hambre. - sigo mintiendo.

- Si, después de el entrenamiento todos terminamos con hambre.

- Bien, tengo un poco de hambre pero el cansancio me gana. - dije, ahí no miento, estoy rendida y el brazo me duele.

- Bueno, tu ganas. Pero mañana vamos a la enfermería, por lo menos a checar tu brazo y tu tobillo. - añadió, ¿porqué se preocupa tanto por mi?

- Bien. - dije. Caminamos hasta mi habitación, antes la compartía, pero decidieron que cada persona tendría su habitación individual. Nos paramos en seco en la puerta. - Si quieres puedes entrar, no esta desordenada. - dije.

- No, esta bien. - dijo Mason sonriendo. - Yo paso, es tu privacidad.

- Gracias. - sentí un gran alivio. No se siquiera como me atreví a invitarlo a pasar.

- Que descanses. - dijo sonriendo. - Y olvida lo de la carta hoy, lo dejamos para otro día. - dijo.

- Como quiera no iba a ir. - dije pero más parecía una broma que la verdad.

- Ya veté a descansar que estas diciendo incoherencias. Buenas noches Hailey.

- Buenas noches Mason. - me sonrió y entre a mi habitación.

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora