Después de un corto recorrido desde la escuela, el chico llegó a su casa, sus ropas no venían mojadas, (mas que sus zapatos, que pisaron varios charcos en el camino), todo gracias al paraguas negro que ese tal Adrien fue tan amable de prestarle. Lo cerró y sacudió el agua que escurría, para después entrar a su dulce hogar. Al estar dentro, lo dejó colgando en el perchero a la derecha de la puerta de entrada, aun algunas pequeñas gotas que caían desde la contera de este y aterrizaban en la duela clara.
Vio a la izquierda donde se encontraba una silla de madera, sigue sin saber el por qué de esa silla, nadie se sienta en ella, solo sirve para poner cosas en ella, específicamente el bolso de su madre, el cual al no verlo allí supo que aun no llegaba a casa. Pensando en si hacer algo de comer o pedir algo a su domicilio, subió las escaleras y entró a su habitación.
Le dio un vistazo rápido a esta apenas entró, (como si no conociera cada detalle de ella), paredes azul índigo con una que otra mancha de pintura de otros colores, su cama contra la pared en la esquina izquierda con una mesita de noche al lado, una lampara y una cajita musical sobre esta, una ventana que estaba cerrada la mayoría del tiempo, y por último su zona favorita, aquella parte donde está su escritorio con cajas y estuches llenos de materiales para hacer lo que ama: crear. Describir lo que siente cada vez que toma un carboncillo, un pincel, tal vez un poco de arcilla si quiere salirse del lienzo; para plasmar mil y un cosas que pasan por su mente o sus ojos, cuando quita algún proyecto personal terminado (como le gusta llamar a las cosas que hace) del viejo caballete, sería lo bastante largo para redactarlo aquí, así que dejémoslo para después.
Después del rápido vistazo, tiró su mochila en el suelo para después acercarse a su escritorio a sentarse en la silla frente a el. Apenas se encontró sentado su mente empezó a recrear la cara de aquel chico de antes, se le hacía tremendamente conocido de alguna parte, mas estaba seguro de que nunca antes le había hablado o se había topado con el. Recuerda a un montón de personas pronunciando ese nombre. Recuerda a Chloe hablando y hablando de un tal Adrien, ahora ese nombre tiene cara, sin embargo, tampoco era que le prestara atención a lo que decía Chloe para saber el porque ella estaba tan fascinada con su llegada.
"Adrien Agreste vendrá a estudiar aquí, ni se les ocurra querer acercarse, él no hablaría con ustedes"
De las cosas que había dicho la rubia de aquel chico, solo recordaba esa, y solo porque realmente se sintió incomodo porque ella se había acercado mientras almorzaba junto a sus amigas solo a dar esa información.
"Agreste"
Sacó su celular, con el apellido y el nombre en mente lo puso en el buscador y los resultados empezaron a aparecer en la pantalla. Adrien Agreste, hijo de Gabriel Agreste, joven promesa en el mundo del modelaje.
Bueno, eso no lo esperaba, ahora tenía sentido del porque habían tantas personas hablando de él cuando ni siquiera había entrado. Empezó a ojear títulos de artículos sobre el chico, reconociendo en un segundo cuando se trataba de alguno perteneciente a la prensa amarillista; títulos que le hacían reír, que, a pesar de no conocer al rubio, le parecía patético lo que publicaban para llamar la atención.
Su mente se contamino un poco por todas esas noticias, por lo que prefirió dejar de leer y mejor levantarse de esa silla y tirarse en su cama. Rió un poco para sí mismo, ¿Cómo no pudo darse cuenta antes?, se sentía algo extrañado, ya que él solía prestar atención a los detalles y a su entorno, sin embargo en ese momento no se había preguntado el porque había una limusina esperando por el chico, como si fuera de todos los días que a alguien lo recojan en una, (a menos que sea a Chloe).
Su vista se fijo en la esquina de su habitación, donde se encontraba su viejo caballete, regalo de su difunto padre, él cual partió cuando Nathaniel tenía apenas ocho años. (Puede que subirse a un auto no le de problema alguno, pero la idea de algún día conducir uno aun no cabía dentro de él, ya sospecharán el porque). Se levantó de un salto, (no literalmente, no tenía la condición para tanto, pero se levantó muy rápido), y se fijo en la pintura que aun no secaba por completo en aquel proyecto personal que acababa de terminar el día de ayer, simplemente un escenario caricaturesco, después de una semana en su creación y etapas de secado, tal vez debería descansar un poco.
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¿Lo vas a tomar? - Adrinath
Fanfic¿Y si Marinette sí llevó un objeto para cubrirse de la lluvia? ¿Qué pasa si Adrien le da el paraguas a otra persona?