"¿Vamos Juntos?"

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Nathaniel amaba a sus amigas, para el eran realemente seres divinos a los que solo deseaba el bien, antes de conocerlas, nunca había pensado en que dos personas tan diferentes funcionaran juntas, pero ellas le habían demostrado que las diferencias que tenían eran pequeñas cosas que mutuamente se complementaban creando una linda relación, amaba verlas juntas, le hacía pensar que él algún día podría estar de esa forma con alguien.

—No se preocupen.

—¿Seguro? Podemos pasar después por ti— decía Rose, la pequeña rubia con un tono de preocupación en su voz.

A pesar de todo, ser el amigo de una pareja siempre suele significar algo: en varias ocaciones (sino es que siempre) te sentiras como la tercera rueda entre tantas miradas complices y risas pequeñas.

—Estaré bien, ya les dije, no es la primera vez que salen sin mi, además estuviste hablando mucho sobre querer llevar a Juleka a ese evento, llevala y disfruten juntas— decía mientras recostado en su cama jugaba con el mechón de pelo frente a su ojo—. Además va a haber una exposición de arte en el museo, la quitarán la proxima semana y no quiero desaprovechar la oportunidad.

—Esta bien, pero la próxima irás con nosotras, ahora tengo que ir a arreglarme.

—Anda, espero que se diviertan mucho. 

—Gracias Nath, ¡adiós!.

Tras ese gracias adiós y el corte de la llamada, el pelirrojo se levantó de la cama caminando al baño. Eso de ir al museo no era mala idea, tal vez una de último momento para convencer a su amiga de que estaría bien si el no iba. Aunque le habría gustado ir con ellas, sabía que ellas merecían un día tranquilo y sin ojos curiosos, solo entre las dos.

Parado frente el espejo, se empezó a debatir mentalmente si dormir lo que quedaba del día o ir al museo, las dos cosas se escuchaban tentativas, pero creía ya haber dormido demasiado. Así que lavó su cara y sus dientes, antes de quitarse su pijama y ponerse su ropa casual; tomó su mochila y su celular para después salir de la habitación y bajar las escaleras.

Eran las tres de la tarde, lamentablemente, el sol estaba en todo su fulgor en esos momentos (a pesar de la leve brisa fría que se sentía de momentos), pero era una buena hora para ir si quería regresar temprano, por lo que tomo un sombrero que pudiera cubrir su cara lo suficiente y se aplicó un poco de protector solar, su piel era sumamente sencible y no quería que su cara se volviera del mismo color de su cabello.

Justo cuando iba a salir, distraido con sus pensamientos, no notó que le faltaba algo importante,  despedirse de su madre y pedir permiso para ir. Por lo que caminó a la sala y al ver a su madre leyendo sentada en el sillón, solo se acercó y besó su mejilla rapidamente.

—¿Puedo ir al museo? hay unas exposiciones que quitarán la próxima semana y no quiero perdermelas.

—De acuerdo, llega antes de que anochesca totalmente, y contesta mis llamadas por favor, te quiero.

—Yo también te quiero.

Caminó a la salida y antes de que su cuerpo saliera por completo por el marco de la puerta escuchó un "¡Ponte tu chaqueta!", por lo que solo sonrió y cerró la puerta no sin antes dar una afirmativa a la orden de su madre.

Empezó a caminar, agradecía el llevar ese sombrero, a pesar de que evitara las zonas con sol, se sentía más protegido así.

Su cabeza empezó a divagar, sus pensamientos le pertenecían a alguien en ese momento, no podía sacarse de su cabeza a cierta pelinegra que últimamente empezaba a actuar raramente.

¿Lo vas a tomar? - AdrinathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora