Bloqueada

CAPÍTULO 10

"El punto sin retorno, no podemos volver atrás nunca más. Supongo que no puedes ver cómo mi corazón fue apuñalado con este cuchillo"

Super Junior KRY-The point of no return

La cafetería del Exylion carecía del tamaño adecuado como para que todos sus miembros estuvieran sentados en la misma mesa, sin embargo esto no era un impedimento para que ellos compartieran el almuerzo. Les bastaba con repartirse entre las dos mesas más grandes. En la primera se encontraban Luhan y Suzy ocupando uno de los bancos mientras que Tao y D.O estaban sentados frente a ellos. Por su parte Chen y Lay se ubicaban en el banco de la segunda mesa dejando el de enfrente vacío aguardando por la única persona ausente.

—oigan, me parece que Jieun-sunbaenim se está tardando demasiado en bajar—comentó D.O

—¿Cuanto tiempo le puede tomar vaciar una caja?—refunfuñó el cobrizo puesto que ya empezaba a tener hambre.

—acordamos esperarla para comer todos juntos, así que tranquilízate Tao—pidió el Magister.

—pero él tiene razón—le defendió Suzy—es injusto que muramos de hambre solo porque Jidew no se digna en venir.

—creo que es por mi culpa—suspiró Chen.

—¿A qué te refieres?—preguntó Lay con una mirada Inquisitiva—¿Ustedes dos se pelearon?

—¿Acaso es tan obvio?—se quejó el rubio apoyando la barbilla sobre una de sus manos.

—no en realidad, pero soy bueno notando estas cosas.

—lo que Lay intenta decir es que traes cara de gato atropellado y sólo te pones así cuando se trata de Jieun-sunbaenim—tradujo Tao esperando alguna reacción del rubio—¡vaya! debe ser algo serio—añadió sorprendido de que no se hubiera molestado.

—de cualquier forma, evitándose el uno al otro nunca resolverán el problema—dijo Lay poniéndose de pie.

—¿A dónde vas?—le preguntó Chen extrañado.

—a buscar a Jieun-nim, ella debe saber lo mal que la estas pasando—respondió con su típica actitud reconciliadora—Estoy seguro que ambos se sentirán mejor después de hablar sobre ello.

—Lay espera...—le llamó intentando detenerlo más el pelinegro ya estaba estaba fuera de su alcance.

Sin otro remedio Chen se puso de pie para seguirlo y de algún modo los dos terminaron parados frente la puerta del último cuarto.

—Jieun-nim, soy yo, Lay. ¿Podrías salir un momento?—dijo el pelinegro dando golpecitos en el portón—en verdad creo que tú y Chen necesitan hablar.

—Noona, se que te comportas así por lo de esta mañana—habló el rubio—yo puedo almorzar en otro lado pero no te quedes aquí encerrada sin comer.

Los dos hombres aguardaron unos segundos y sólo recibieron un mudo silencio a cambio de sus palabras.

—Noona, al menos dinos si estás bien y nos iremos—dijo Chen, quien ya estaba preocupándose y de nuevo les respondió el silencio.

—¿Crees que le haya pasado algo?—preguntó Lay frunciendo el ceño.

El rubio procedió a sujetar la perilla más esta se rehusó a girar. Tras varios intentos fallidos de abrir la cerradura y llamadas sin respuesta Chen se dejó llevar por la desesperación y casi arremete contra la entrada pero Lay lo detuvo sugiriéndole ir con el Magister Lu a pedirle la llave de respaldo. Ambos bajaron las escaleras deprisa y luego de contar lo sucedido los magos se dirigieron todos juntos a la habitación de Jieun quedándose pasmados al descubrir que estaba vacía.