Ravi agitó las riendas de sus caballos para hacerlos avanzar más deprisa. El ruido de los cascos al chocar con el camino de tierra hacia eco en la noche, al ritmo del galope de los equinos que tenían al rechinar de las ruedas de madera como acompañamiento. El carruaje se movía de forma abrupta de un lado a otro tambaleándose debido al pésimo estado del trayecto. Ravi supuso que el anciano que tenía por cliente debía estar pasándola mal con tantos brincos pero al menos estaba cálido ahí dentro en lugar de congelarse con el frío viento que le estaba azotando sin misericordia desde su puesto como cochero.
La pequeña lámpara de gas apenas iluminaba unos metros por delante a medida que avanzaban y la pálida luz de la luna dibujaba sombras a su alrededor haciendo que la solitaria vereda tuviera un aire tétrico. Ravi empezó a preguntarse cómo fue que se dejó persuadir de hacer aquel viaje tan imprudente hasta que recordó la insistencia del anciano en que lo llevara porque debía reunirse con personas muy importantes de inmediato. La determinación de su cliente sumado a una pequeña bolsa con doblones de oro vasto para que le dejara subir sin hacer muchas preguntas. Pero ha estado llevando las riendas por lo que parece una eternidad y él no ha pronunciado ni una palabra salvo que debía galopar hacia el este.
—¡aquí está bien!—le indicó asomando su arrugado rostro por la ventanilla—ya puede parar.
Ravi tiro de las riendas hacia él y los caballos se detuvieron. Su cliente bajo del carruaje antes de que pudiera dejar su puesto para ayudarle. Dio un vistazo rápido a la zona, salvo por el camino de tierra y el bosque ubicado a unos metros, no había nada más allí.
—disculpe la pregunta pero, ¿De verdad quiere bajarse? Este lugar es...desolado.
—las personas que busco están cerca. Estoy seguro de que llegarán pronto.
—¿No sería mejor esperarlos en alguna posada?—sugirió con la esperanza de alejarlo de aquel sitio—hay un pequeño pueblo a unas leguas de distancia. No es necesario que me pague dinero extra.
—pero si me muevo de aquí ellos no podrán encontrarme—repuso el anciano.
Ravi se mordió el labio nervioso. Su cliente debía ser extranjero, de otro modo sabría del gran peligro que representaba quedarse parado allí solo. Se supone que no debería hablar de eso pero, ¿Qué podía hacer?, se trataba de un señor mayor, por lo menos debía advertirle. Miró alrededor para asegurarse de que nadie los estuviera espiando y le hizo señas para que se acercara.
—de verdad espero que vengan por usted pronto. Pero mientras tanto no se acerque al bosque por ningún motivo—dijo en voz baja.
—¿Por qué?—preguntó extrañado—¿Acaso hay animales salvajes?
—si...más o menos.
—no se preocupe joven—contestó el anciano con una sonrisa confiada—a mi esas criaturas no me asustan.
Ravi se pasó la mano por el rostro desesperado. El no estaba entendiendo nada.
—mire señor, lo que voy a decirle es un secreto. No debe contárselo a nadie más ¿De acuerdo?—él asintió—en algún lugar de ese bosque se ubica el edificio de Nexus. Ellos son un gremio ilegal, hacen toda clase de canalladas y les disgustan los intrusos. No se tentaran el corazón solo porque usted es mayor, así que debe quedarse parado justo aquí.
—¡oh, eso es terrible!—comentó el viejo espantado y Ravi se alegro de que por fin captara el mensaje—muchas gracias por avisarme—dijo con una inclinación—le aseguro que seguiré su consejo.
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Bloqueada
Hayran KurguSINOPSIS Jieun es una florista insatisfecha con su estilo de vida carente de emoción pero un día todo eso cambia al conocer a Chen, un mago proveniente de otro mundo que asegura conocerla. +++ -Escucha, no sé por qué actúas así pero no tenemos tiem...