Capítulo #2

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Danna acababa de inclinarse para recoger unos cristales del suelo cuando sonó el timbre. Sobresaltada, se cortó un dedo y, sin pensar, se lo llevó a la boca como cuando era niña. Afortunadamente, era un corte pequeño.

El pesado marco que le había caído en la cabeza mientras estaba intentando colocarlo ya le había provocado un chichón. Le daban ganas de tirarlo a la basura.

Pero todo eso quedó olvidado cuando abrió la puerta y se encontró a Harry Styles al otro lado, con un traje de chaqueta que, evidentemente, estaba hecho a medida.

–He oído ruido de cristales rotos –dijo él, sin preámbulos, mirándola de arriba abajo.

Era una mirada seductora, sensual… y Danna sacudió la cabeza, recordando quién era aquel hombre y qué quería de ella. Como mínimo, querría dinero.

Y en el peor de los casos…

–¿Cómo ha entrado en el edificio? Se supone que el código de seguridad sirve para alejar a los indeseables.

–Tengo mis contactos –respondió él, con la arrogancia de los hombres muy ricos–. ¿Y los cristales rotos?

–Se me ha caído un cuadro.

–¿Te has hecho daño?

–No, un cortecito nada más –Danna levantó el dedo para enseñárselo, pero al ver que el pañuelo estaba manchado de sangre se asustó.

–Eso no es un cortecito –murmuró él, tomando su mano.

Ella intentó apartarse, intentó que no le gustase el roce de su piel, pero Harry no la soltaba.

–No me habría cortado si usted no hubiera llamado al timbre. Estaba recogiendo los cristales.

–La próxima vez dejaré que te desangres –murmuró él, quitándole el pañuelo para observar la herida–. No creo que tengan que darte puntos. ¿Alguna otra herida?

"Dile que no, dile que se vaya"

–Solo un chichón en la cabeza.

–A ver, enséñamelo.

–No es nada...

–Estas sangrando.

Danna trago saliva.

–Me lo curaré ahora mismo.

–¿Donde tienes el botiquín?

–En la cocina, pero...

Harry la tomó del brazo.

–Vamos a limpiar la herida.

–Señor Styles,  supongo que tendrá cosas mejores que hacer que jugar conmigo a los médicos.

El la miró entonces. No tenía que decir en voz alta lo que pensaba.

En cuanto llegaron a la cocina y Danna sacó la cajita que hacia las veces de botiquín,  Harry empezó a buscar algodón y ella aprovechó para apartarse un poco. Y para respirar.

–Siéntate en ese taburete,  bajo la lámpara. Así podré verte mejor.

Eso era lo que Danna se temía. Pero, con el corazón golpeando contra sus costillas, decidió no protestar. Lo mejor sería acabar con aquello lo antes posible.

Harry se acercó, la bola de algodón que tenía en la mano en contraste con lo bronceado de su piel. Olía a una cara colonia masculina. Lo había notado cuando entró a casa, pero el aroma se había Intensificado ahora que estaba tan cerca. 

Danna dio un salto cuando el apartó un mechón de pelo de su frente y empezó a rozar la herida con el algodón. El roce era suave, pero firme, como debía ser el roce de un hombre.

Chantaje Amoroso 💕|Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora