✧*｡A la Merced de los Callejones✧*｡[omegaverse] [+16]

Cap. #1 "Presentaciones"

Dedicado a KukisKawaii

Todas las luces de la casa estaban apagadas, sólo una lámpara del living en donde ellos se encontraban estaba encendida. Jonathan estaba recostado en un sillón con su mirada fija al sofá contrario, reflexionando sobre si las decisiones que tomó estaban bien. En frente de el estaba aquel niño que rescató de ese callejón, cubierto con una manta, mojado y temblando.

No sabe en que parte de su trayecto olvidó su paraguas, y si en la entrada todavía quedaba la bolsa con los envases vacíos que arrojó.

Sólo sabía que tenía a un menor de edad en su sala, claro, el también lo era porque tenía 16 años, pero si la gente se llegaba a enterar que tenía a un niño en su casa iban a malinterpretar las cosas.

Jonathan sólo lo observaba, pensando si debía despertárlo o no.

-Mmgh~ -el chico se removió incómodo en el sofá-.

-¿Hola?, hey, despierta -puso una de sus manos en el hombro del contrario y lo sacudió suavemente.

El chico sólo se dedicó a abrir sus ojos despacio, separando sus espesas pestañas. Dió un bostezo largo, notándose esos pequeños y afilados colmillitos en la parte superior de su boca.

-¿Mamá?

Jonathan negó seriamente.

El chico al enterarse se la situación fue agrandando sus ojos cada vez más por el miedo y la sorpresa, aparecer en la casa de un extraño mientras duermes no es para nada normal.

-¿Do-dónde estoy?, ¿Que hago aquí? -palpó su pecho sintiendo la humedad de sus ropas-, ¿Quién e-eres...?, ¿Qué m-me has he-hecho? -demasiadas preguntas para contestar.

El chico se abrazaba a si mismo, apretando la manta en sí, su respiración era entrecortada y agitada.

-Hey, hey, tranquilo amigo, no te hice ni te haré nada, lo juro.

Este sólo lo miraba intranquilo, asustado, vaya que era un niño.

-Soy... Soy Jonathan, encantado -exclamó moviendo su mano suavemente-.

Silencio.

-Yo... Iba caminando por la calle cuando te escuche, empezó a llover fuerte, apenas si te cargué -la cara del Omega se tenso, ahora su mirada estaba gacha- ¿Como te llamas?

-No debo confiar en los extraños -dijo con soltura.

-Je -rió cansino, él también estaba empapado-, pero este extraño te acaba de salvar de morir por hipotermia...

El sonido de un estómago rugiendo se escuchó fuerte y claro, y no precisamente fue el de Jonathan.

-... Y de hambre. Ven, vamos a la cocina -extendió una de sus manos para el chico-.

Las mejillas del infante tomaron un leve color rozado por la vergüenza. Con desconfianza aceptó la mano del anfitrión.

-Antes que nada deberías cambiarte de ropa, o te enfermarás, no tengo una de tu talla pero una camisa mía servirá en lo que pongo a secar la tuya -sus palabras las decía firmemente, pero con amabilidad-.

Empezaron a subir las escaleras, vaya que la casa era oscura, el chico las escaló ciegamente.

-¡Ouch! -se tropezó en un escalón-.

-Perdón si no vez, me gusta ahorrar en electricidad, ya te acostumbrarás.

«Espera, ¿acostumbrase?, ¿se quedaría más tiempo ahí?»

Su queja mental fue interrumpida al ver que el mayor abría la puerta -al parecer de su habitación- y encendía el interruptor.
Jonathan rebuscaba entre los cajones de un pesado armario Narniático, sacando una camisa de botones color lila talla XL.

El mayor la aventó a los pies del chico mientras se recargaba en su cama.

-No es mucho, pero al menos no estarás desnudo.

Las mejillas del Omega volvieron a encenderse al imaginar que se debería cambiar en frente del tipo. Su cola estaba quieta y temblando.

-Amm...

-...Oh, si, si, lo siento, iré a preparar algo.

Se dedicaba a salir de la habitación cuando un murmullo lo interrumpió:

-Thomas~ -dijo bajito-.

-¿Que dijiste? -volteó a su dirección-.

-Mi nombre, me llamo Thomas -dijo lo más asustado e inocentemente posible.

A Jonathan le gustó eso.

-Un gusto, Thomas, dime Jonas -sin más salió de la habitación.

A medio escalón, a Jonathan se le cruzo un pensamiento por la cabeza. Su realidad.

«¿En que me acabo de meter?»

Primer capítulo señoras, faltas de ortografía avicenme plz

Besos (^*^)

[editado]