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—Sammy.- Murmuró el más chico.- Creo que Dean no esta feliz.- Gabriel se escondió detras de su mejor amigo temeroso.

—Ugh ¿Tu crees?- El rubio se inclinó hacia atras murmurando.

—¡Samuel!-El Winchester mayor entró a la casa furioso.- ¿Que le has hecho a baby?- Los ojos de Dean estaban llenos de furia.
Horas antes, Sam y Gabriel se encontraban junto al auto de su hermano mayor jugando basket en el garage.
Resulta que Gabriel no es muy alto, no es novedad ya, por lo que aventó la pelota tan fuerte hacia el aro que esta rebotó y golpeó contra el capó del auto haciendo un pequeño raspón.
Esa insignificante ralladura era la vida para Dean.

—Cuando diga tres.- Sam se agachó hacia el oido de su amigo.- Correras con todas tus fuerzas lejos de la casa.- Uno... -Tomó a su mejor amigo de la mano.- Olvidalo... ¡Tres!- Tiró de la mano del chico corriendo con todas sus fuerzas lejos de su hermano.
Una vez que estaban en la esquina de la cuadra Sam puso sus manos en su rodilla reponiendose, mientras que Gabriel se encontraba en el piso casi sin pulmones.

—¿Acaso corriste veinte kilómetros? Levanta tu diabético trasero del piso.- El más alto tendió su mano a su acompañante.- Iremos a la casa de Castiel, el sabrá contener a Dean.
Gabriel asintió, asistir a su hermano era lo mejor que podían hacer, hacía años ya mantenía una relación de noviazgo con el hermano de su mejor amigo.

—Sammy.- El más chico se levantó del piso y comenzó a jugar con sus manos.- ¿Me llevas en tus hombros?

—No tienes 17 años al pedo.- Gabriel puso cara de cachorrito y Sam no pudo lidiar con ello.- Esta bien Gabe, ven aquí.

El chico sonrió, era un niño muy mimado por su hermano y mejor amigo.

Say cheese! ; SabrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora