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—Vamos gabe, dame un caramelo.- Sam se tiró encima de su amigo a centimetros de su cara. Grabriel se nego y apretó los caramelos contra su pecho.
El rubio bajo sus manos a la cintura del menor y comenzó a hacerle cosquillas.
El castaño comenzó a reir sin parar tirando patadas al aire.
Sam aprovechó su vulnerabilidad y le quitó un caramelo y se lo metió a la boca saboreandolo.

—¡Hey! Eso es trampa, devuelveme mi maldito dulce.- Sam se negó y continuó saboreando el caramelo.
—¿Lo quieres?- Gabriel asintió efusivamente.- Agarralo.- Se acercó a sus labios con una mirada perversa.

—¿Planeas que meta mi lengua en tu boca para sacar el dulce?- Sam se encogió se hombros.- Ugh ve y pídeselo a Lucifer.
El rubio se partió de la risa y se alejó de Gabe.

—Que Lucifer y yo hayamos sido pareja, no podría ser tan descarado de ir y pedirle un beso cuando fui yo quien teminó con el.

Gabriel se encogió de hombros y se paró del sofá caminando hasta la nevera que se encontraba en la cocina-: Pero te gustaría.

Sam volvió a reirse.
Amaba ver a Gabriel celoso, le daba un poquito se esperanzas a que el menor sienta algo por él.

—¡Ja! No respondiste eso significas que te gustaría.- El castaño volvió a la sala con unas sodas en las manos.

—Olvidalo Gabriel, Lucifer es mi ex.- Sam rodó sus ojos y tomó una de las latas de su amigo de las manos.- ¿Crees que te reemplazaría así de rápido?

—No lo se alce dime tu.- Achinó sus ojos.

—Sos un pelotudo.- Se levantó y caminó escalera arriba para encerrarse en su habitación.

Say cheese! ; SabrielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora