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Me había levantado muy temprano hoy, bueno no soy de esas personas que duermen mucho pero esta vez me levanté más temprano de lo habitual.

¿Por qué?

Bueno es que anoche no pude dormir casi nada, no sé que es lo que me pasa con ese chico pero cada vez tengo más curiosidad hacia él. Decidí que iría a tratar de hablarle nuevamente, tal vez si estamos solos los dos me responda.

Salí de mi casa y me dirigí hacia la fuente donde se supone que esté. Llego y no puedo encontrarlo, no está donde siempre y me desconcierta no saber donde podría estar. Siento una mano sobre mi hombro y me giro encontrándome con él, abro mis ojos muy grandes al notar la sonrisa que tiene dibujada en su rostro.

- Hola - saludo - Tu... yo... solo quería saber - comencé a tartamudear.

- SeokJin.

- ¿Qué? - me quedé en blanco totalmente.

- Mi nombre, Kim-Seok-Jin - repitió despacio para que yo pudiera entenderlo.

- Oh - bajé la cabeza. Estaba realmente nerviosa, no se supone que debería ponerme así - Siento si te asusté anoche, solo es que siempre te veía aquí en la mañana y verte en la tarde fue algo extraño.

- Tu eres muy bonita - dijo de la nada y yo quedé en shock.

- Gracias - mis mejillas se incendiaron.

- ¿Quieres que hablemos en otro lugar? - su voz sonó suave.

- Sí, creo que podemos ir al café que está aquí cerca, es muy tranquilo y podremos hablar con calma - las cosas resultaban así de raras, ahora mismo me estaba dirigiendo hacia un café a hablar con un completo desconocido - Cada vez que te veía allí parado como si estuvieras buscando algo me daba mucha curiosidad - reí - No sé por qué, esto es bastante raro y demasiado descabellado, me parece sorprendente como es que quería saber que es lo que estabas haciendo...

- Yo estaba buscando a alguien - habló - Me quedaba allí así porque no podía ver nada, solo veía un montón de cuerpos a mi alrededor - explicó y se me erizó la piel.

- ¿No podías ver nada? - fruncí el ceño - ¿A qué te refieres?

- Volver fue difícil, pasé un día entero sin poder ver claramente. Supongo que al haber llegado de un tiempo diferente...

- Mira se que parezco loca por querer saber cosas de un desconocido, pero no lo soy - lo miré a los ojos - Esto de tiempos diferentes es demasiado infantil, que ahora me vas a decir que viajaste en la maquina del tiempo, podías haberte inventado otra escusa o haberme mandado a volar.

Terminé de hablar y el seguía mirándome como si no entendiera lo que yo le estaba diciendo.

- Yo me largo.

Caminé hasta la entrada del café él me siguió y me tomó de la mano.

- No tengo tiempo ahora, pero es la verdad, te juro que te estoy diciendo la verdad - parecía desesperado.

Esas fueron sus últimas palabras antes de voltearse he irse. Yo que aún me mantenía en la puerta del café di un paso hacia afuera y me quedé como una estaca ahí parada. ¿Que había acabado de pasar? Está loco, tiene que estarlo.

No puedo ni protestar, estas cosas me pasan por estar de curiosa. ¿Que rayos tenía que hacer metiéndome en la vida de las personas? Me lo merezco.

Caminé de vuelta a casa y en la entrada me encontré a Jimin.

- Jihe, ¿donde estabas? - preguntó.

- Por ahí Jimin. ¿Por qué, algún problema? - le devolví la pregunta.

- Ninguno, vaya, al parecer despertaste de mal humor - entramos juntos a mi casa.

- ¿Que te trae por aquí? - pregunté yendo hacia mi cuarto - No me digas que sigues con lo mismo porque soy capaz de tirarte por la ventana.

- Bueno sigo con lo mismo pero no vengo hoy a eso - explicó - Vine a traerte algo que te mandó tu padre.

- Pues puedes volvertelo a llevar y decirle a ese Señor que no quiero nada de él.

- Jihe por favor, solo miralo y después decides qué hacer - sentí que dejó algo sobre la mesita - Ahora me voy, tengo muchas cosas que hacer antes de irme de viaje.

Me senté sobre la cama y miré hacía la mesita donde estaba el sobre azúl. No debería siquiera mirarlo, debería tirarlo y listo. Pero como no lo voy a hacer, mejor veo que es. Me levanté y tomé el sobre para después volver a sentarme en la cama y comenzar a abrirlo. Había un atrapasueños. Es hermoso, desde pequeña me gustaban estas cosas. Lo tomé y lo colgué cerca de la ventana.

Al colgarlo miré hacia afuera y me quedé helada al ver a SeokJin allí parado. Fruncí el ceño y debatí conmigo misma varios minutos si debía o no bajar a preguntarle que quería.

Al final me decidí por bajar y cuando llegué al portón de mi casa lo abrí y me dirigí hacia donde se encontraba.

- ¿Que es lo que haces aquí? - pregunté enfadada - Vamos dime antes de que llame a la policía y te acuse de acoso.

- Necesito que me creas, si tu no me crees... - me tomó de los hombros y me atrajo hacia él - Por favor, dí que me crees.

- ¿¡Que estupidez es esta!? - grité y creo que lo asusté porque me soltó enseguida - Mira, no sé por qué haces esto...

- Por tí - me miró con cara de tristeza.

- Ni siquiera me conoces - expresé - Yo fui la que te habló y ahora me arrepiento.

- ¿Te arrepientes de haberme conocido? -de nuevo esa expresión de tristeza. Me dolió verlo así pero que puedo hacer.

- Ese es el problema - respondí - Tú y yo no nos conocemos, tienes que entender que no tenemos nada que ver.

- Pero yo... - comenzó a tartamudear nervioso - Nosotros... nos conocemos.

¿De que rayos está hablando este chico?

¿De que rayos está hablando este chico?

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Feelings; ksjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora